El concejal Ernesto Guerín requirió la intervención del Ministerio Público en la Municipalidad de Ciudad del Este ante la escalada de actos violentos perpetrados por adherentes del intendente suspendido Miguel Prieto. El edil colorado alegó que la situación obstaculiza el normal funcionamiento de la comuna.
“Existe una guerra campal y no sabemos qué nos espera hoy. Los séquitos de Prieto rodean y asfixian a la municipalidad, hacen destrozos contra bienes públicos y hasta ahora eso no tiene una consecuencia jurídica, entonces uno puede venir a destrozar todo y no ir preso“, dijo Guerín, este martes, en una entrevista con el programa “Así son las cosas” del canal GEN y Universo 970 AM/Nación Media.
Señaló que Prieto mantiene movilizados a sus adherentes con la finalidad de generar caos en el marco del tratamiento de su destitución, que será analizado este martes por la Cámara de Diputados mediante una sesión extraordinaria. El informe final de la fiscalización emitido por el interventor de Ciudad del Este, Ramón Ramírez, expone graves irregularidades en la gestión del opositor y la tendencia apunta a que sería apartado del cargo.
“Esto es triste, hay mucha gente que quiere hacer sus gestiones, pero no puede debido a que la municipalidad está con los brazos caídos. Hay convocatoria a manifestaciones en la zona de la rotonda, no sabemos qué es lo que planean la gente de Miguel Prieto y hacia dónde nos vamos porque la municipalidad no está trabajando”, refirió.
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“Este grave hecho, que se suma a otros actos como el robo de equipos informáticos, el acceso de funcionarios directivos en horas de la noche y el ataque a vehículos asignados a la intervención, comprueba el sistemático esquema de maniobras arteras, violencia e intento de amedrentamiento sufrido por el equipo interventor durante todo el proceso”, refiere el comunicado lanzado días atrás por el interventor tras el atraco a su despacho y la instalación de micrófonos para espiarlo.
Todas las irregularidades señaladas por la Contraloría General de la República (CGR) en la auditoría fueron corroboradas por la intervención: el mal uso del combustible, las inversiones en gastos de capital que fueron a parar a gastos corrientes por más de 29.000 millones, la existencia de cajas paralelas, funcionarios municipales que efectivizaron cheques entregados a comisiones vecinales, entre ellos, uno de G. 600 millones.
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