A días de las elecciones generales a disputarse el próximo 30 de abril, el obispo de Caacupé, Ricardo Valenzuela, durante su homilía instó a los paraguayos a ejercer su derecho al voto a conciencia, en libertad y sin presiones, con el fin de elegir a las mejores autoridades para el periodo 2023-2028.
“Como cristianos tenemos el deber de votar bien y eso significa votar a conciencia, en libertad y sin presiones. Les pido acudir a los locales de votación y no caer en los pretextos ni el viejo dicho de muchos que sostienen que la política no les da de comer. La ciudadanía tiene en sus manos la elección de todo un elenco de personas que en los próximos cinco años deberá tomar decisiones importantes sobre nuestras vidas, nuestros bienes y la función pública”, mencionó.
Los datos del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) señalan que un total de 4.782.940 electores se encuentran habilitados para ejercer su derecho al voto en las elecciones generales previstas para el 30 de abril, de los cuales 2.362.708, el 49%, son mujeres; y 2.420.232 son hombres, equivalente a un 51%.
“Ir a votar es un acto cívico que construye soberanía y si no acudimos a votar otros lo harán por nosotros. En las elecciones tenemos la oportunidad de premiar a los buenos y sancionar a los malos candidatos. Participar es una decisión madura, responsable y razonable”, indicó.
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“Una cita ineludible”
En total son 9.095 los candidatos, entre ellos, nuevas figuras dentro de la arena política y otros quienes apuntarán a buscar su reelección o pugnar por otro cargo electivo. En los comicios nacionales estarán participando 68 organizaciones políticas, ya sean partidos o movimientos.
“Tenemos un gran compromiso, una cita ineludible. Todas las personas mayores de 18 años tienen el compromiso de concurrir a votar. Es un llamado de la nación para elegir a un nuevo gobierno. Tenemos derechos, pero también la obligación de elegir y eso significa que estaremos participando en la conformación de autoridades nacionales y departamentales”, refirió Valenzuela.
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Cardenal pide “el fin inmediato” del secuestro de Óscar Denis en carta a su familia
Mediante una carta remitida a las hijas del exvicepresidente de la República, Óscar Denis, el cardenal Adalberto Martínez Flores, instó a las autoridades nacionales a redoblar esfuerzos y disponer de todos los recursos necesarios para lograr el retorno del político liberal y de los otros secuestrados por el grupo criminal autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
“Hacemos un llamado a las autoridades nacionales a redoblar los esfuerzos, a disponer de todos los recursos necesarios y a mantener firme el compromiso de esclarecer los hechos y lograr el retorno de los desaparecidos. Al mismo tiempo, apelamos al sentido humanitario de quienes mantienen en cautiverio a personas inocentes: que escuchen la voz de la conciencia, que abran su corazón a la compasión y a la misericordia, y que colaboren indicando su situación”, indica la carta escrita por el representante de la Iglesia católica.
Asimismo, Martínez Flores sostiene: “Como nación, recordamos que la Constitución Nacional nos exige preservar la vida y la dignidad de las personas. Este mandato fundamental compromete a todos: autoridades, instituciones y ciudadanía. A quienes retienen a otros contra su voluntad, les exigimos el fin inmediato de esa violencia y la diligencia para garantizar la liberación y la protección de las víctimas“.
Óscar Denis fue secuestrado por la tarde del jueves 9 de setiembre del 2020 cuando se encontraba en un camino interno de su estancia Tranquerita, ubicada en la zona de Yby Yaú, en el departamento de Concepción. El plagio del político, ya retirado en ese entonces, fue a sus 74 años.
“A las comunidades y a las autoridades, pedimos trabajar con transparencia y decisión para esclarecer los hechos, aplicar la justicia y promover la reinserción con dignidad. Nadie debe ser reducido ni negado en su humanidad: toda persona es imagen de Dios y merece esperanza, dignidad y oportunidades para vivir plenamente", manifiesta otra parte de la carta.
El cardenal también destacó el coraje, la persistencia y la valentía de la familia Denis, así como de las demás familias que siguen buscando a sus seres queridos desaparecidos. “Pedimos a quienes tienen en cautiverio a seres humanos inocentes se dejen mover por la compasión y la misericordia, liberándolos, o al menos ofreciendo señales claras que permitan saber dónde se encuentran o, si han muerto, el lugar donde reposan sus restos”, mencionó el religioso.
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Paraguay conmemora su tercer año con un cardenal paraguayo
Por: Sara Valenzuela
El mes de agosto se despide con un gran cúmulo de emociones para el cardenal paraguayo Adalberto Martínez, quien hace solo ocho días conmemoraba el aniversario 40 de su ordenación sacerdotal y el pasado miércoles 27 se cumplían 3 años de haber sido nombrado cardenal por el papa Francisco.
Adalberto Martínez Flores se convirtió no solo en el primer cardenal paraguayo nacido en suelo guaraní, sino que a su vez fue la imagen viva del compromiso de la Iglesia con nuestro país y su gente, que consideró este nombramiento un regalo a su fe y un mensaje de esperanza.
Tras convertirse en el primer purpurado paraguayo, Martínez ha vivido estos tres últimos años con el gran peso y honor de representar al Paraguay y a su pueblo católico ante la Santa Sede en Roma, asistiendo a eventos clave y siendo parte incluso de la elección del actual Papa, un hecho en el que Paraguay jamás había tenido un representante. En conversación exclusiva con La Nación/Nación Media, nos da detalles sobre sus desafíos y su rol en la iglesia paraguaya.
¿Cómo se sintió al saber que se convertiría en el primer cardenal paraguayo?
Me sorprendió. Pero siempre he procurado mantenerme abierto a la voluntad de Dios, que se manifiesta a través de la Iglesia. En este caso, el Papa Francisco se fijó en este servidor para regalar al Paraguay su primer cardenal. Sabemos que la creación de cardenales es una decisión muy personal del Santo Padre.
¿Qué significó este nombramiento para usted?
Significó una responsabilidad mayor a la que ya tenía como arzobispo metropolitano de Asunción. El Paraguay es una única Provincia Eclesiástica, cuyo centro es el Arzobispado de Asunción. Esta es una jurisdicción de alta demanda pastoral, que requiere cercanía, discernimiento y fortaleza. Y si a ello se suma el servicio de cardenal, el compromiso se hace aún más grande. Sin embargo, como dice el Señor: “mi yugo es suave y mi carga ligera” (Mt 11,30). Es la gracia de Cristo la que aligera este peso y sostiene nuestra misión.
Tras tres años de su nombramiento, ¿cómo gestiona este cargo?
Han sido tres años muy intensos, tanto en el ámbito eclesial como en el plano nacional. Acabo de cumplir 40 años de ordenación sacerdotal y próximamente 28 años de consagración episcopal. He ejercido el ministerio episcopal en diversas diócesis del país: como auxiliar de Asunción, primer obispo de San Lorenzo, obispo de San Pedro, de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, obispo de Villarrica y, finalmente, arzobispo de Asunción.
En este camino, el servicio del ministerio episcopal —vivido siempre en comunión con los obispos eméritos, con los pastores de otras diócesis y con el pueblo de Dios— ha buscado promover la cultura del encuentro: derribar muros y construir puentes, con la esperanza de que “todos sean uno, en el Señor” (Jn 17,21).
Como cardenal, esa misión se amplifica. En el Paraguay se confía en este servicio como un aporte concreto para ayudar a sanar divisiones y fomentar el diálogo, buscando consensos que conduzcan al bien común.
Las tareas pastorales propias del arzobispo son exigentes, pero se alivian gracias al compromiso de los obispos eméritos, de los otros obispos de nuestras jurisdicciones, del clero arquidiocesano, de los religiosos y religiosas, de los laicos organizados en movimientos, y también de personas de buena voluntad —incluso no católicos— que nos ayudan a impulsar la vida de la Iglesia y a cumplir su misión esencial: la evangelización de nuestro pueblo.
¿Cuáles cree que son los principales desafíos desde su actual puesto en la Iglesia católica paraguaya?
La tarea fundamental del obispo es la evangelización. En nuestra Carta Pastoral del 5 de marzo pasado, “Iglesia sinodal: peregrina de esperanza para la vida plena de nuestro pueblo, en Jesucristo”, expusimos los principales desafíos de la sociedad paraguaya y de la Iglesia en la Arquidiócesis de Asunción, así como las líneas de acción para los próximos años.
El Señor mismo nos recuerda: “Vine para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10,10). La prioridad de la Iglesia es promover la dignidad de la persona humana y su vida plena en Cristo. Como afirma el Concilio Vaticano II: “el gozo y la esperanza, la tristeza y la angustia de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de los afligidos, son también gozo y esperanza, tristeza y angustia de los discípulos de Cristo” (Gaudium et Spes, 1).
Nuestro objetivo es emprender toda acción eclesial en torno a las tres dimensiones fundamentales de la evangelización: escuchar y anunciar la Palabra, celebrar la redención y servir en la promoción humana integral. La voluntad del Padre es que respondamos al clamor de los pobres, siguiendo a Jesús, y que enfrentemos el pecado estructural que daña a nuestro pueblo con la fuerza del Evangelio y con la conversión del corazón, para construir sobre las ruinas del odio y la violencia la civilización del amor.
¿Qué mensaje le gustaría dejarle al pueblo paraguayo?
El gran desafío es afrontar, desde la fe cristiana, una sociedad cada vez más golpeada por la violencia. Invito a todos a asumir la responsabilidad de “transformar las realidades y crear estructuras justas según los criterios del Evangelio” (DA 210).
Si bien nuestra misión se dirige en primer lugar a los bautizados, la construcción del bien común es tarea de todos, sin distinción de credo religioso o de filiación política. Hago una llamada a todas las personas de buena voluntad para emprender juntos una cruzada nacional por el saneamiento moral de nuestra nación. Es una tarea urgente e impostergable.
El Paraguay necesita signos de esperanza de quienes tenemos responsabilidades en la sociedad. La Iglesia no puede defraudar la confianza que el pueblo deposita en ella. La Doctrina Social de la Iglesia es un tesoro que ofrecemos a quienes ejercen liderazgo en el país, y también a cada ciudadano, como una herramienta para el bien común y el desarrollo integral de nuestro pueblo.
El Paraguay nos necesita a todos. Nadie debe quedar excluido de esta misión de recuperar los valores y virtudes que nos permitirán construir el país que soñamos y necesitamos.
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Caacupé recibió a gran cantidad de fieles para la misa de los niños
En la Basílica de Caacupé se celebró ayer la Santa Misa del XX Domingo del Tiempo Ordinario, presidida por Mons. Claudio Giménez, obispo emérito de Caacupé.
En el marco del Día del Niño, el coro de 60 niños y niñas de los colegios jesuitas de Asunción (Colegio Técnico Javier y Colegio Cristo Rey) interpretó la “Misa de los niños”, creada en 2014-2016 bajo la guía del P. Casimiro Irala SJ.
Se escucharon cantos como: “Jesús está aquí”, “Jesús perdóname”, “Gloria de los niños”, “Aleluya”, “Santo” y otros, que llenaron la Basílica de alegría, fe y esperanza. “Fue un momento muy especial para compartir en familia y experimentar la fuerza del Evangelio unido a la inocencia y frescura de la voz de los niños”, señalaron los organizadores.
El coro de niños de los colegios Técnico Javier y Cristo Rey, integrado por 60 niños y niñas, actuaron bajo la dirección de sus profesoras de música y canto.
CREACIÓN
La “Misa de niños” fue creada en los años 2014-2016 por niños y jóvenes de parroquias y colegios de los jesuitas, empezando en el 2014, bajo la dirección del sacerdote Casimiro Irala, en el Colegio Cristo Rey de Asunción.
Posteriormente surgió en la parroquia de San Ignacio Misiones, con la colaboración de estudiantes jesuitas latinoamericanos en el año 2015, contando con niños y jóvenes de San Ignacio y Santa Rosa, Misiones. Fue grabada en el 2016 por el coro de niños de la Parroquia San Ignacio, y fue lanzada en diciembre de ese año con el apoyo de una entidad bancaria y la Fundación Jesuitas.
Las composiciones nacieron de la necesidad de tener en la celebración litúrgica músicas con letras y ritmos propios del lenguaje y sentimiento religioso de los mismos niños y niñas. Son melodías infantiles que incluyen ritmos variados y actuales.
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Coro de 60 niños cantará en la misa central de Caacupé
El coro de niños de los colegios Técnico Javier y Cristo Rey, interpretará canciones de la “Misa de los niños” en la eucaristía central de la Basílica de Caacupé a las 07:00 horas. El grupo integrado por 60 niños y niñas actuará bajo la dirección de sus profesoras de música y canto.
El repertorio de canciones a ser interpretadas por los alumnos incluye: Jesús está aquí, Jesús perdóname, Gloria de los niños, Aleluya, Santo y otros temas.
Será un momento muy especial para compartir con las familias, cantar y vivir la fe con la alegría y la inocencia que los niños saben transmitir, destacaron representantes de las instituciones educativas encargadas de dicha iniciativa.
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La “Misa de niños” fue creada en los años 2014-2016 por niños y jóvenes de parroquias y colegios de los jesuitas, empezando en el 2014, bajo la dirección del sacerdote Casimiro Irala, en el Colegio Cristo Rey de Asunción.
Posteriormente surgió en la parroquia de San Ignacio Misiones, con la colaboración de estudiantes jesuitas latinoamericanos en el año 2015, contando con niños y jóvenes de San Ignacio y Santa Rosa, Misiones. Fue grabada en el 2016 por el coro de niños de la Parroquia San Ignacio, y fue lanzada en diciembre de ese año con el apoyo de una entidad bancaria y la Fundación Jesuitas.
Las composiciones nacieron de la necesidad de tener en la celebración litúrgica músicas con letras y ritmos propios del lenguaje y sentimiento religioso de los mismos niños y niñas. Son melodías infantiles que incluyen ritmos variados y actuales.
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