En febrero pasado, la designación del comisario Baldomero Jorgge Benítez como subcomandante de la Policía Nacional generó polémica, ya que, con base en investigaciones, el prontuario del segundo en la línea de mando de las fuerzas de seguridad, lejos de admirar, preocupa por la vinculación a procesos ligados a drogas y armas. El jefe policial fue condenado con sentencia firme.

En conversación con el senador Enrique Riera en el programa “Apunto”, emitido por canal GEN-Nación Media, se supo que el comandante de la Policía Nacional, Gilberto Fleitas, y el exministro del Interior Arnaldo Giuzzio, apartado del cargo por sus vínculos con el narcotráfico, propusieron al Poder Ejecutivo el nombre del comisario Baldomero Jorgge Benítez para ocupar el cargo de subcomandante de la Policía Nacional.

“Revisé el prontuario de este comisario e inmediatamente hice la denuncia ante el pleno en la Cámara de Senadores solicitando que Fleitas explique las circunstancias de este nombramiento y que me traiga documentos que demuestren el desarrollo de los procesos en los que estuvo implicado Jorgge Benítez”, dijo Riera.

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Las acusaciones

Según las investigaciones, Baldomero Jorgge estuvo implicado en una incautación de droga en agosto del año 2014, en la que supuestamente robó 2.300 kilos de marihuana a un narco en Presidente Franco. Los jefes policiales habrían extorsionado con uno del grupo narco y comercializaron con otro personaje.

En setiembre del mismo año, un mes después de ese procedimiento, apareció la denuncia de un inspector policial contra altos jefes policiales, entre ellos Jorgge Benítez, por supuestamente apropiarse de 22 kilos de cocaína y 3 fusiles AK 47 incautados en medio de un procedimiento en poder de efectivos policiales. A raíz de esta situación, el entonces ministro del Interior, Francisco De Vargas, ordenó la “barrida” de la cúpula policial del Alto Paraná, además de un sumario interno.

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En setiembre del 2020, el comisario Baldomero fue nombrado como director del Departamento de Policía de Amambay pese a que ya estaba condenado en tres instancias por violación de derechos humanos, resarcimiento de daños y perjuicios por un ciudadano al que habían sindicado culpable por un caso, pero al final el mismo resultó ser inocente.

“Le dije que él debía tener un documento que autentique que su caso se archivó, se rechazó, pero el me responde: ‘Oparei, doctor’, a lo que yo le cuestiono que una situación así no podía quedar en ese estado por ser el número de dos de la policía”, argumentó Riera. “Le pedí documentos para demostrar que los procesos están archivados y le dije que me comprometía mostrar ante el pleno en senadores, pero hasta hoy no llegó ningún papel, nunca más hablé con él”, sentenció el parlamentario.

No hubo filtros

Sobre la posibilidad de que este nombramiento sea reconsiderado por los parlamentarios o por el propio presidente de la República, Riera opinó que es algo difícil ya que no es facultad de los congresistas designar nombramientos o removidas. “Yo me preguntó cómo pasó todos los filtros para ser subcomandante, cómo fue posible que ningún legislador se haya percatado de esto y me incluyo, porque nosotros somos los que aprobamos los ascensos de policías y militares y quiere decir que a nosotros se nos está escapando o alguien esté haciendo la vista gorda”.

“Esperemos que alguien salga a contestar, el ministro, el comandante, el presidente, pero no podemos seguir en estas circunstancias, me parece muy grave que el número 2 de la Policía tenga estas denuncias sin aclarar, no puede un comandante o subcomandante ser nombrado con procesos abiertos”, puntualizó el senador Enrique Riera.

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