En víspera de que la Itaipú Binacional defina su presupuesto 2022 y con ello la tarifa anual del año próximo, de momento no se cerraron plenamente los acuerdos con el Brasil sobre la tarifa de la energía debido a que el gobierno brasileño busca reducir la tarifa a toda costa tras la amortización de la deuda, así como lo establece el Anexo C del Tratado de Itaipú.

Para hablar del tema fue invitado en el programa “Fuego cruzado”, emitido por canal GEN, Victorio Enrique Oxilia Dávalos, experto en temas energéticos, doctor y profesor de la Universidad Nacional de Asunción y del Consejo Nacional de Ciencias y Tecnología (Conacyt). En tal sentido, señaló que se está llegando tarde, porque la posición de Paraguay está llegando prácticamente sobre los 40 o 42 minutos del segundo tiempo.

Indicó que los valores que se manejaban sobre el componente del costo del servicio energético ya eran conocidos de antemano. Por tanto, la decisión de expresar la posición sobre la tarifa, como país, está llegando tarde.

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“Todos sabíamos desde hace varios años que en el año 2022 el componente del costo del pago del servicio a la deuda de Itaipú ya iba a bajar en el orden de 640 millones de dólares. En el año 2023, esa reducción va a ser aún mayor porque se estaría pagando prácticamente toda la deuda; todos sabemos que el componente del costo que corresponde al servicio de la deuda es el componente más importante del costo del servicio de electricidad”, explicó.

Por tanto, indicó que ya se sabía que en el 2022 se daría la reducción de ese componente, y aún no se tiene marcada la revisión del Anexo C del Tratado de Itaipú, que de acuerdo a los documentos debe ser revisado a partir del mes de agosto del año 2023, teniendo en cuenta el mes que había sido ratificado el tratado. Entonces, hay un periodo entre el año 2022 y el momento en que se debe sentar a renegociar el Anexo C, es una oportunidad que se le abre al Paraguay para mantener una condición favorable de negociación, según el ambiente que favorezca al país en la negociación.

“Desde la sociedad civil, hace varios meses venimos defendiendo que se tendría que buscar un acuerdo puente; es decir, desde ahora que tenemos estas condiciones de menor costo del servicio de electricidad, hasta el momento que nos sentemos a revisar el Anexo C, lograr un acuerdo entre ambos países en el que se mantenga el costo del servicio, lo que significa mantener la tarifa”, comentó.

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No están agotadas las instancias de discusión

El ingeniero Oxilia señaló que cuando llegue la discusión entre las altas partes, y a los presidentes de la de ambas repúblicas, será el momento en que se agote en la entidad binacional. “Esa discusión todavía no se agotó, en teoría entre hoy o estos días se resolvería en el ámbito del concejo de la binacional. Es evidente que la postura del Brasil es más hacia su posición de reducir la tarifa de manera drástica en el año 2022. Mientras que en el año 2023, reducir los 1.400 millones, eso ya nos abrirá un camino en que la revisión del Anexo C estaría en unas condiciones bastante desfavorables para el Paraguay”, insistió.

Respecto a un preacuerdo sobre una tarifa intermedia, que también se viene mencionando, indicó que el peor escenario no es la tarifa intermedia, sino que el peor escenario sería que no se llegue a un acuerdo. “Es decir, que nos levantemos todos de la mesa sin llegar a un acuerdo, porque eso significaría que quedaría un escenario más favorable para el Brasil y desfavorable para el Paraguay. Porque al levantarse de la mesa y no haber un acuerdo, se mantendrían los componentes que se refieren a los gastos de explotación, y es lo único que se puede tocar en el ámbito del consejo de administración”, explicó.

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Resaltó además que si no se llega a un acuerdo con el país asociado, el ambiente bilateral de negociación va a quedar muy deteriorado, y se generará un ambiente que se extenderá hasta el 2023, que para el Paraguay es un año crítico, y va a ser muy malo que los socios de una misma empresa lleguen enojados a la mesa negociadora.

As bajo la manga

El experto energético indicó que Paraguay cuenta con un “as bajo la manga”, en un escenario intermedio en que baje la tarifa a un orden del 21 dólares el kilovatio mes, que es el componente de compensación por cesión de energía, un componente que no se está negociando ahora y no se puede negociar porque eso debe ser ratificado por ambos congresos.

“Justamente es el plus que paga Brasil por la energía paraguaya y se suministra en el Brasil, y no se habla de eso ahora. Hoy en día se está manteniendo en 10 dólares megavatios hora. Si la tarifa llega a caer, nosotros podemos decir: la tarifa ya cayó, ahora el componente que corresponde a la cesión nosotros queremos aumentar”, precisó.

Por otra parte, señaló que otro punto favorable para Paraguay podrían ser las obras complementarias que están previstas en el Anexo D y no se están cumpliendo. Pero debido a que son inversiones muy grandes, se debería atar a una programación plurianual.

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