Hoy inicia el primer día de la Cuaresma, y se celebra el Miércoles de Ceniza, un día santo para la religión católica. Representa un símbolo de rito que se realiza desde la antigüedad con que los pecadores convertidos se sometían a la penitencia.
En La Catedral Metropolitana, uno de los templos más tradicionales del país, se llevó a cabo la primera misa a las 6:15, luego a las 8:00; y se tiene prevista otras para las 11:00, 13.30; 19:00. El arzobispo Edmundo Valenzuela presidió la de las 6:15 y además estará presente para el de las 11:00.
El ritual que se realiza en la misa, donde se impone en la frente una cruz con la ceniza hecha de las palmas bendecidas en el Domingo de Ramos del año anterior, se realiza el rito con la frase “Acuérdate de que eres polvo y al polvo has de volver”.
Desde este día se inician con los 40 días en los que la Iglesia llama a los fieles a la conversión y a prepararse verdaderamente para vivir los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo que se recuerda todos los años durante la Semana Santa.
Durante este tiempo litúrgico del calendario cristiano, los católicos viven su preparación espiritual hasta la fiesta de la Pascua. Inicia el miércoles de ceniza y finaliza con la víspera del domingo de Resurrección, en el cual algunas iglesias cristianas preceptúan ciertos días de ayuno y penitencia en memoria de los cuarenta que ayunó Jesús en el desierto.
El color litúrgico de este tiempo es el morado, que significa luto y penitencia. Es celebrado en la Iglesia Católica, copta, ortodoxa, anglicana y buena parte de las Iglesias protestantes, incluyendo algunas evangélicas pero con inicios y duraciones distintas.
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Misa en memoria de Chiquitunga en Roma, presidida por el cardenal Adalberto Martínez
Desde Roma, Mónica Fabiola Ayala
Acaba de concluir esta noche la misa por la festividad de la querida beata paraguaya Chiquitunga. La misma fue presidida por el cardenal paraguayo Adalberto Martínez Flores.
La celebración tuvo lugar en la basílica parroquial Santa Teresa de Ávila, sede de la curia general de los Carmelitas Descalzos en Roma.
Fue concelebrada por sacerdotes paraguayos y otros miembros carmelitas descalzos. Asistieron autoridades nacionales, la embajadora del Paraguay ante la Santa Sede, la señora Romina Taboada; la embajadora de Paraguay ante la República de Italia, la señora María José Argaña.
También fueron parte del acto funcionarios administrativos y coordinadores de la comunidad Virgen de Caacupé en Roma; residentes paraguayos y miembros de la comunidad parroquial; el superior general de los Carmelitas Descalzos, el padre Miguel Márquez, quien destacó la cercanía espiritual que siente con la beata.
“El día que me eligen general tenía dos frases para decir, una de Santa Teresa y otra de Chiquitunga. La de Chiquitunga era esta: Con miedo y cobardía, pero me entrego. Es una frase que ella dice el día de la toma de hábitos”.
El cardenal Adalberto Martínez compartió un pequeño episodio vivido en la ciudad de Roma:
“El otro día desapareció mi maletín en la plaza Minerva. Yo me preocupé mucho porque dentro tenía la reliquia de Chiquitunga y mi pasaporte. Pero después de dos horas se encontró el maletín intacto en otra iglesia. Quedé feliz y estoy seguro que es fue por obra y gracia de Chiquitunga”.
A 66 años de su partida, la luz de Chiquitunga sigue brillando, cruzando fronteras, manteniendo viva su presencia en la memoria y en el corazón de todos.
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Misa de Domingo de Pascua reunió a cientos de feligreses
Ante cientos de fieles católicos se llevó a cabo en varias iglesias de nuestro país la misa del Domingo de Pascua o de resurrección. Igualmente en las homilías se criticó a la Justicia y a otros poderes del Estado.
Con la celebración eucarístistica de la Pascua, los cristianos recuerdan la resurrección de Jesucristo, quien fue colgado de un madero y resucitó al tercer día.
Gran cantidad de feligreses se pudo observar en la misa central de Pascuas de Caacupé. Se instó a seguir trabajando en la educación de todos los niños, adolescentes y jóvenes de la república.
Tupasy ñuguaiti
Una de las costumbres más arraigadas en la cultura paraguaya es la celebración de la Pascua y de modo especial en muchas iglesias se realiza el tradicional Tupasy ñuguaiti, que traducido del guaraní se refiere a que la Madres (la Virgen María) ha encontrado a su hijo (Jesucristo).
No habrá paz social sin justicia
Por su parte el obispo de Caacupé, Ricardo Valenzuela, en su homilía realizó una profunda reflexión de la resurrección de Jesucristo. Señaló que la fe en la resurrección “nos propone pasar de una situación de vida marcada por el pecado a otra situación de vida marcada por la intimidad, la confianza, la solidaridad, la caridad, la apertura a lo trascendente y a la esperanza”, indicó.
Asimismo, el religioso sostuvo que “nos ponemos más allá de la absurda muerte y de las miserias. La muerte ya deja de ser absurda, pero si lo es para alguien, entonces se nos propone, desde la fe más profunda, que Dios nos ha destinado a vivir con él. No es posible negar la dinámica de la resurrección, estamos llamados a vivir para siempre”, expresó.
Valenzuela manifestó que se debe construir un país nuevo con la participación de la ciudadanía y que las autoridades “deben y tienen la oportunidad de dar el nuevo horizonte a nuestro país”. Fue claro en señalar que “no habrá paz social con inequidades y sin justicia”, afirmo monseñor Ricardo Valenzuela en la misa central de Caacupé.
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“Vivamos esta Cuaresma como un tiempo de curación”, dice el papa Francisco
El papa Francisco, convaleciente en el Vaticano tras más de cinco semanas hospitalizado por una grave neumonía, instó este domingo a los católicos a vivir la Cuaresma como un “tiempo de curación”, en el séptimo rezo del Ángelus en el que no estuvo presente.
El pontífice argentino, de 88 años, abandonó el hospital Gemelli de Roma el domingo pasado tras 38 días de hospitalización por una neumonía bilateral que puso en peligro su vida en dos ocasiones. Jorge Bergoglio debe ahora proseguir su convalecencia de al menos dos meses, con terapias de rehabilitación y sin actividades públicas, indicaron los médicos.
Francisco volvió a ausentarse este domingo para la oración del Ángelus, que suele pronunciarse a mediodía desde una ventana del Palacio Apostólico que da a la plaza de San Pedro, publicando en su lugar un texto. “Queridísimos, vivamos esta Cuaresma, sobre todo en el Jubileo, como un tiempo de curación”, escribió, refiriéndose al periodo previo a la Pascua, el más sagrado del calendario cristiano que este año se celebra el 20 de abril.
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“Yo también lo estoy experimentando así, en el alma y en el cuerpo”, añadió. Y continuó: “La fragilidad y la enfermedad son experiencias que nos unen a todos; pero con mayor razón somos hermanos en la salvación que Cristo nos ha dado”.
“Ligeras mejorías”
La Santa Sede informó el viernes que el papa presentaba “ligeras mejorías” y progresos en su capacidad de hablar. Antes de abandonar el centro médico, el papa apareció públicamente con aspecto débil, hinchado y con la voz frágil, respirando con dificultad. Fue la hospitalización más larga de sus 12 años al frente de la Iglesia.
El jesuita argentino ofreció el domingo sus oraciones para las víctimas de los conflictos en Ucrania, los territorios palestinos e Israel, Líbano, República Democrática del Congo y Birmania, golpeada por un terremoto.
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También dijo que seguía “con preocupación” la situación en Sudán del Sur, donde en las últimas semanas se recrudecieron los enfrentamientos entre facciones rivales que combatieron en la guerra civil de 2013-2018. Francisco también instó a entablar cuanto antes nuevas negociaciones en Sudán, país devastado por la guerra.
El líder de los 1.400 millones de católicos del mundo señaló que “gracias a Dios, también hay acontecimientos positivos”. Calificó de “excelente logro diplomático” el reciente acuerdo fronterizo entre Kirguistán y Tayikistán, considerado clave para la estabilidad de Asia Central.
Fuente: AFP
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IV Domingo de Cuaresma (C)
- POR EL HNO. MARIOSVALDO FLORENTINO
- Capuchino.
También hoy muchas personas aún piensan que las bendiciones, la atención y el cuidado de Dios son un derecho reservado solamente a aquellos que siempre hacen todas las cosas bien. Ciertamente el Señor aún hoy escucha muchas reclamaciones, que cuestionan su actitud, en relación a los pecadores, y que quieren enseñarle a, cómo castigar a los malos. Es para responder a estas críticas que Jesús cuenta la bellísima Parábola del Hijo Prodigo. Y hoy él nos cuenta a nosotros. Conforme sea nuestra vida, cada uno de nosotros podrá identificarse con uno de los dos hijos. Cada uno de ellos tiene un comportamiento muy característico y un modo de relacionarse con el Padre.
El hijo más joven es aquel que agarró toda su herencia y dejó al padre. Él entendía lo que significaba ser un hijo, esto es, tener derecho a la herencia, pero no entendía lo importante que era estar junto con el padre. Malgastó todos sus bienes. Probó la dureza de la vida. Hizo la experiencia de una profunda humillación (que en este evangelio es descrita con el hecho de tornarse un servidor de chanchos y no poder ni comer la comida de ellos). Y así, en el sufrimiento él descubrió cuanto había perdido. Entendió que estar cerca del padre, aunque ahora sin ningún derecho, sería lo mejor. Y decidió empezar el camino de retorno. Ciertamente no era fácil. Tuvo que vencer su orgullo. Estaba decidido a humillarse. Ya tenía hasta programado decir al padre: “Padre, pequé contra Dios y contra ti, ya no merezco llamarme hijo tuyo, trátame como a uno de tus empleados.”
Es muy importante este gesto del “retornar”. Es ser capaz de revisar la decisión. Es querer reempezar la vida. Es asumir públicamente que se había equivocado. Ciertamente la reacción del padre sería otra si al envés de volver, él hubiese mandado a alguien solamente a pedir dinero, porque estaba muy necesitado, pero queriendo seguir la misma vida.
El padre cuando ve al hijo que retorna a su casa, se llena de alegría, y le ofrece a él mucho más de lo que él se merece. El padre entendió que la vida ya le había castigado, y le había dado sus lecciones. Por eso le recibe con un abrazo. Le cubre de besos. Le devuelve la dignidad colocándole el anillo, vistiéndolo y calzándolo. Manda a matar el mejor novillo y hace una fiesta. En su corazón de padre, entiende la justicia a partir de la misericordia.
El hijo mayor, al acercarse a la casa, no entiende lo que pasa. Pero, creo que sospechaba, pues él conocía la tristeza de su padre desde que su hermano había partido, y por eso no fue él mismo a ver lo que sucedía, prefirió preguntar a un empleado. Cuando descubrió que era su hermano que había retornado, se llenó de rabia, porque le parecía muy injusto, después de todo el mal que hizo, premiarlo con una fiesta. Nació en su corazón también el celo. “¿Por qué a él todo esto, y a mí, que soy bueno, nada?”, “Yo siempre obedecí, siempre trabajé, siempre estuve aquí... y nunca recibí nada...”, “¡Yo merezco, pero él no!”.
El padre reconocía todo el valor de este hijo mayor y por eso salió fuera para buscarlo. Pero, él descubrió algo muy triste: el hijo mayor, aunque le haya sido siempre fiel, se sentía más bien un empleado y no un hijo, al acusar al padre de no haberle dado nunca ni un cabrito para hacer una fiesta con sus amigos, él estaba revelando que no se sentía dueño, que no se sentía heredero. Tal vez todo lo que siempre había hecho, no era por estar convencido de que esto era lo mejor, sino por miedo, o solo por obedecer, sin sentirse realizado. El padre descubrió que el hijo mayor, que siempre le fue “fiel”, también necesitaba cambiar.
¡No basta cumplir todo bien! Es importante tener la motivación justa. Pues, si no es así, nos sentiremos defraudados, y pensaremos que no valió la pena ser buenos. No sirve de nada estar siempre con el padre, si no me siento un hijo.
Este es tiempo de Cuaresma. Jesús nos invita a hacer una radiografía de nuestras vidas y descubrir si estamos en las condiciones del hijo menor, esto es: lejos de Dios, gastando nuestras vidas con cosas inútiles, o experimentando pruebas y dolores por opciones equivocadas que hicimos... o si estamos en las condiciones del hijo mayor, esto es, participando, sirviendo, colaborando, rezando pero con motivaciones equivocadas, pensando que estoy haciendo un comercio con Dios, o sintiendo a Dios como un patrón, y lleno de rabia, o envidia, o celos de aquellos que creo que no son tan buenos como yo, pero que me parece que reciben más gracias que yo...
¡Ambos necesitan conversión! El menor necesita decidir retornar a casa y colocarse en el camino, pero también el mayor necesita encontrar la verdadera motivación para ser bueno, sin depender de los demás.
Dios quiere mucho a ambos hijos. Los quiere abrazar y festejar, pero depende de cada uno.
El Señor te bendiga y te guarde, El Señor te haga brillar su rostro y tenga misericordia de ti.
El Señor vuelva su mirada cariñosa y te dé la PAZ.