La Dra. Sofía Hernegard, especialista del Departamento de Endocrinología y Metabolismo del Hospital de Clínicas de la FCMUNA, destaca la importancia de comprender la menopausia como una transición natural en la vida de las mujeres, caracterizada por el cese de los ciclos menstruales. Insta a mejorar la alimentación, la actividad física, las horas de sueño y a no olvidar la salud mental para que sea una etapa llevadera.
Se puede hablar que una mujer de entre 45 y 55 años está en la menopausia cuando experimenta el cese de los ciclos menstruales por el periodo de un año, sin necesidad de un estudio laboratorial.
La experta destaca que, si este proceso ocurre antes de los 45 años, debe ser evaluado por un especialista, ya que no es considerado normal y puede traer consecuencias a largo plazo. “No es normal que el cese del periodo menstrual se dé muy temprano y si este ocurre se debe investigar en el paciente”, dijo el profesional.
La menopausia por lo general está presidida por el climaterio o perimenopausia, una etapa durante la cual los ciclos se pueden volver irregulares, extenderse en el tiempo, o presentar sangrados cada tres o seis meses. O pueden presentarse sangrados más frecuentes, como ser cada 15 días y más abundantes.
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De la menarquia a la menopausia, ¿cómo cambia el período con la edad?
Así como la mayoría de los aspectos de la salud cambian con la edad en una persona, también lo hace el ciclo menstrual. Ni el volumen ni la duración o la regularidad permanecen iguales a medida que se envejece, por eso desde la menarquia hasta la menopausia es importante saber qué va sucediendo en el cuerpo.
Cada mujer tiene su propia duración y flujo del ciclo, que puede considerarse normal y va cambiando con los años. Se considera que un ciclo menstrual debe durar entre 3 a 5 días, con intervalos de 25 a 35 días y un flujo promedio sin dolor o con algo de molestias físicas, además de las consecuencias emocionales.
Las niñas suelen llegar a la menarquia con 11 o 12 años, pero si el período inicia antes de los 10 años se conoce como pubertad precoz. Según los datos médicos, esto puede ser constitucional o secundario a cualquier tumor, meningitis o hipotiroidismo. En el caso que el primer período se retrase más allá de los 16 años, sus causas pueden ser himen imperforado, útero ausente, desequilibrio hormonal y anomalías cromosómicas.
Además, puede ser consecuencia del ovario poliquístico, disfunción tiroidea o desnutrición. Todas estas condiciones necesitan una adecuada evaluación y tratamiento por parte de un ginecólogo o endocrinólogo, incluso el retraso en la menstruación, los ciclos muy frecuentes, flujo abundante o períodos muy dolorosos, ya que estos cambios a cualquier edad hacen que sea importante tomarlos en cuenta.
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La etapa de la perimenopausia es una transición de los años reproductivos a la menopausia, donde los períodos irregulares, el flujo temprano, tardío o abundante son comunes. Cuando una mujer entre los 45 a 55 años de edad no tiene menstruaciones durante un período de al menos 1 año, se considera menopausia.
Cualquier sangrado vaginal después de la menopausia se denomina sangrado posmenopáusico, que puede ser pesado o muy ligero. No obstante, cada vez que esto sucede, la mujer necesita una evaluación para descartar problemas de salud.
Cambios en el ciclo menstrual en años reproductivos
1. Periodos frecuentes o sangrado intermenstrual. Durante los ciclos reproductivos, los ciclos menstruales frecuentes o el sangrado intermenstrual también son motivo de preocupación. Pueden deberse a un desequilibrio hormonal, pólipos uterinos o cervicales, fibromas, uso de píldoras anticonceptivas, infecciones vaginales/uterinas o cervicales, cánceres uterinos o cervicales, tumores de ovario y sin olvidar el embarazo y las complicaciones relacionadas. Un embarazo ectópico o un aborto pueden conducir a este escenario.
2. Períodos de retraso. Pueden deberse a un embarazo, síndrome del ovario poliquístico, hiperprolactinemia o uso de algunos medicamentos. Después de una evaluación adecuada, el médico puede recomendar modificaciones en el estilo de vida, como dieta, ejercicio o medicamentos para regularizar los ciclos.
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3. Períodos abundantes. La menorragia o sangrado menstrual abundante puede darse por un desequilibrio hormonal como ovario poliquístico o hipotiroidismo, fibromas, infecciones, tumores malignos posteriores al parto y, por supuesto, un aborto espontáneo. En estas situaciones, el ginecólogo recomendará medicamentos, extirpación histeroscópica o laparoscópica de pólipos o fibromas, y una histerectomía con DIU liberador de hormonas.
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¿Puede la menopausia causar la caída de cabello?
No es ningún secreto que la menopausia trae consigo una serie de cambios incómodos, incluso parece tener impacto en la caída del cabello. La buena noticia es que no es necesariamente permanente.
Los sofocos, sudores nocturnos, cambios de humor y sequedad son solo algunos de los síntomas físicos bastante desagradables que se experimentan durante la menopausia y, aunque no sea tan común, las fluctuaciones hormonales también pueden causar pérdida de cabello.
Y es que en la menopausia los ovarios dejan de producir estrógeno y progesterona, algo muy malo para el cabello porque es el estrógeno el que ejerce un “papel protector” que ayuda a mantener el cabello en la fase de crecimiento. Entonces, al no producirlo, el cabello empieza a caer o se hace más frágil y quebradizo con pérdida de fuerza, vigor y brillo.
La pérdida de cabello puede afectar el autoestima y causar una verdadera angustia psicológica. Sin embargo, la mayoría de las mujeres menopáusicas pueden estar seguras de que esto también pasará y, al igual que otros síntomas, se estabilizará con el tiempo.
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Consejos para el cuidado del cabello
La mala noticia es que no hay manera de prevenirlo, pero existen algunas formas de minimizar estos cambios. La ginecóloga Staci Tanouye recomienda llevar una dieta sana y equilibrada de manera constante, ya que el cabello necesita de todos los nutrientes para permanecer saludable. También aconseja hacer actividades físicas para reducir el estrés y aumentar la circulación, ya que son factores que pueden tener un impacto significativo en el ciclo capilar.
Priorizar el sueño y dormir en un mismo horario e invertir en otras actividades para reducir el estrés, como la meditación, el yoga y escribir un diario, son otras sugerencias que ayudan a mantener el autocontrol, y por consiguiente, evitar la pérdida de cabello. Otro consejo es usar productos a base de ingredientes naturales, ya que ayudarán a aumentar el volumen y dar al cabello un poco más de fuerza.
Tomar más agua para reducir la caída del cabello en la menopausia
Para mantener el cabello hidratado y fuerte, el organismo necesita hidratarse todos los días. Por esta razón, es esencial incrementar el consumo de agua y líquidos saludables, sobre todo cuando se presentan otros síntomas propios de la menopausia.
La adecuada hidratación promueve el bienestar de todo el organismo y, en este caso, asegura una buena circulación y oxigenación de las raíces. Es importante considerar que la cantidad necesaria varía en cada persona, de acuerdo a factores como la edad, actividad física y estado de salud general. Como regla general, consume por lo menos 8 vasos al día.
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Menopausia: cómo lidiar con los sofocos y otros síntomas
La señal más frecuente en mujeres que están en la pre y pos menopausia son los sofocos, que aparecen como golpes de calor en la cara, cuello y tórax, y se pueden darse durante el día o la noche.
Como cada organismo es diferente, la intensidad y frecuencia varía. Además de los golpes de calor, se puede padecer palpitaciones, náuseas, mareos e incluso insomnio. Los sofocos llegan de forma silenciosa y repentina, y muchas llegan a sentirse avergonzadas en cada episodio.
Las causas de la menopausia
Se los vincula a diferentes mecanismo de control en las funciones del hipotálamo, la glándula que se encuentra en medio de la cabeza, ya que se ve afectada por la disfunción termorreguladora, neuroendocrina, hormonal del sistema autónomo y la glucosa.
Esta glándula envía señales a los vasos sanguíneos para que se vasodilaten, lo que envía un flujo de sangre a la superficie de la piel al instante para enfriarla, de ahí el sofoco repentino. El cerebro enciende el propio sistema de rociadores del cuerpo en forma de transpiración para refrescar el organismo.
Existen otras causas posibles, por ejemplo, un desequilibrio hormonal en las tiroides. Lo ideal es consultar con un especialista apenas se padezcan los primeros síntomas.
¿Cómo aliviar los síntomas?
- Se puede incluir a la dieta fitoestrógenos, estos se encuentran presentes en las semillas de lino, granada, alimentos fermentados como kimchi, legumbres, manzana, ciruelas, brócoli y espinacas.
- Alimentos ricos en arginina y lisina. Estos aminoácidos mejoran la elasticidad de los vasos sanguíneos y se encuentran presentes en las nueces, semillas de girasol, huevo, pollo, atún, salmón, avena y semillas de calabaza.
- Omega 3, vitamina D y K. Ayudan a prevenir los problemas cardiovasculares, así como los síntomas de depresión y la intensidad de los sofocos.
- Anotá la frecuencia y duración de los sofocos, también la alimentación, de esta manera se podrá determinar si hay alimentos que los promueven y así evitarlos.
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La menopausia, una etapa de cambios en la mujer que requiere tratamiento
La menopausia es un proceso totalmente natural y fisiológico en el cuerpo de una mujer, en donde es importante acudir a un profesional para realizar el seguimiento, así como también es importante llevar una alimentación equilibrada y hacer actividades físicas al menos 30 minutos al día.
En este sentido, la Cátedra y Servicio de Gineco Obstetricia de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción (FCM-UNA), a través de su consultorio de Endocrinología Ginecológica realiza atenciones a pacientes que acuden por síntomas asociados a la menopausia.
“El proceso de la menopausia se define como el cese de la menstruación luego de un año, este diagnóstico retrospectivo se realiza a las mujeres cuando alrededor de los 50 años empiezan con ciertos cambios, pero antes de la menopausia, existe un periodo denominado transición a la menopausia”, explicó el Dr. Joaquín Galeano Monti, especialista en Endocrinología Ginecológica de la FCM-UNA.
La transición a la menopausia es una etapa previa a la menopausia en sí, que se caracteriza porque las menstruaciones van variando en su frecuencia normal de cada 28 a 30 días, convirtiéndose más espaciadas en sus fechas o cada vez más seguidas. En este proceso es normal que una mujer a partir de los 45 años o más pueda acudir a consultas por estos síntomas, precisó Galeano Monti.
En este sentido, señaló que los cambios de humor, la irritabilidad, la sensibilidad así como los sofocos o calores repentinos que puedan sentir las mujeres son síntomas normales de la transición hacia la menopausia. En tanto, en la parte del tracto genital inferior puede presentarse la sequedad vaginal, sensación de dolor durante las relaciones sexuales, e incluso disminución de la libido.
La menopausia y su tratamiento
El Dr. Galeano Monti señaló que al presentarse los síntomas se evalúan a las pacientes, solicitando unos estudios de rutina, de manera a verificar que otros parámetros se encuentren normales en el cuerpo y a partir de allí se les puede indicar un tratamiento que consiste en la terapia hormonal de la menopausia. El mismo consiste en indicar el consumo de estrógenos, los cuales de manera natural ya se encuentran en falta en la mujer que pasa por esta transición.
“En caso de una paciente que ya no tiene útero, el tratamiento indicado es solamente con estrógenos, mientras que, para una paciente que posee el útero, se prescribe el consumo de estrógenos y progesteronas, ya que si solamente es expuesta al estrógeno puede causar daño en el endometrio, ocasionando en ciertos casos una hiperplasia e incluso cáncer”, explicó el profesional.
El periodo de consumo de esas hormonas puede ser extenso, dependiendo siempre de cada mujer, algunas necesitan de uno o dos años, mientras que otras pueden consumirlos durante toda su vida. Se inicia el tratamiento por un periodo largo, verificando el progreso de la terapia hormonal de la menopausia.
“Otro tratamiento utilizado para lo que se conoce como síndrome genitourinario son las aplicaciones de cremas vaginales, que ayudan a mejorar la condición de la zona. Cada paciente es evaluada a fin de verificar e indicar el tratamiento oportuno”, dijo el Dr. Galeano.