• Pedro Juan Caballero.
• Por Emerson Dutra, corresponsal.

El hallazgo de la aero­nave se registró en la mañana de ayer lunes en una zona boscosa de la estancia San Isidro, ubicada en la colonia Fortuna Guazú de la ciudad de Zanja Pytã, a unos 40 kilómetros de la capi­tal departamental, informó la Secretaría Nacional Anti­drogas (Senad).

Datos revelan que el heli­cóptero narco, de la marca Robinson, modelo R66, estaba oculto bajo árboles y cubierto, a la vez, con ramas y telas de camuflaje con el propósito de evitar ser visto desde el aire. A metros del sitio, los uniformados encon­traron equipos de comunica­ción, armas de fuego y ropas parapara’i (camuflada).

Según se dio a conocer, un trabajo de inteligencia llevó a los antidrogas hasta el lejano sitio. Grande fue la sorpresa cuando, al ingresar en la espesura del bosque, encontraron un helicóptero oculto. La aeronave, se pre­sume, estaba siendo utilizada por los narcotraficantes para transportar drogas al mer­cado brasileño.

Ninguna persona fue captu­rada durante ese operativo narco que estuvo a cargo del agente fiscal Celso Morales.

El sangriento suceso se regis­tró en la colonia indígena Ciropoty, perteneciente a la parcialidad paî tavyterã de esta región del país. Datos revelan que Porfirio Benítez Romero (25) se encontraba durmiendo en compañía de su esposa cuando hombres armados con fusiles de gue­rra irrumpieron en su preca­ria vivienda y, a la fuerza, lo sacaron afuera.

Acto seguido, los desconoci­dos lo asesinaron frente a su esposa que nada pudo hacer para evitar el crimen. Infor­mes revelan que el aborigen recibió más de 30 impactos de bala en diferentes partes del cuerpo de fusiles calibre 7,62 y 5,56 milímetros. Testigos afirmaron que los autores del asesinato tenían vestimentas de camuflaje.

Según dio a conocer la Policía Nacional, la víctima poseía antecedentes por homicidio y coacción sexual. “Tenía orden de captura pendiente”, revelaron agentes policiales.

La hipótesis más fuerte que se maneja en torno a este violento homicidio es que Porfirio habría sido ejecu­tado como consecuencia del constante robo de ganados en esa región. “Aparente­mente, estaba metido en el negro negocio del abigeato”, sostuvieron los uniformados a cuyo cargo se encuentra la investigación del caso.