Por Eduardo Palacios

A sus 87 años, Humberto Rubin falleció ayer en horas de la tarde, dejando un enorme legado para la comunicación.

La historia y el gran trabajo de Humberto Rubin están muy ligados a la historia misma de la radiofonía paraguaya. No solo porque construyó una sólida estructura periodístico-radial con Ñandutí, sino porque con el estilo que imprimió a la radio, esta dio un giro extraordinario a sus programaciones y creó un periodismo combativo, solidario, intransigente en cuanto a la defensa de los valores de la democracia y de las libertades, lo cual le valió sufrir prisiones, amenazas y todo tipo de tropelías, que no fueron barreras para seguir en la misma línea.

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Una trayectoria de éxitos jalonan su vida profesional y sus comienzos fueron en emisoras que hoy ya no están, pero que en las décadas pasadas gozaron de gran popularidad como radio Stentor y radio Teleco, sus pasos por radio Comuneros, donde fuera director artístico. Su ida al Uruguay, donde ocupó y dirigió programas de gran relevancia, lo hizo adquirir un prestigio que lo posicionó entre los mejores conductores. Tras su retorno de Montevideo, donde trabajó en radio Carve de la capital uruguaya, así como en la televisión y en los escenarios teatrales, a principios de los años 60, llevó adelante su proyecto radial ya en Asunción, para lo cual contó con el apoyo del Teófilo Escobar, un gran cantante nacional recién llegado en esos años de Buenos Aires, como un triunfador, y el Cnel. Pablo Rojas, saliendo al aire por primera vez el 29 de noviembre de 1962 con las siglas de ZP 14 Radio Ñandutí.

El teatro fue otra de sus grandes pasiones en los años pasados. Las obras teatrales representadas en el Teatro Municipal fueron siempre a sala llena. Una buena selección de obras, más sus cualidades artísticas y los grandes actores y actrices que conformaban su compañía, resultaban éxito seguro en una época en la que el teatro gozaba de gran popularidad en Asunción y las principales ciudades del país.

Creativo y original, Humberto constituyó toda una escuela de formación periodística que formó a varias generaciones de protagonistas de la radio en la actualidad. Sus entrevistas fueron siempre de un extraordinario nivel por la solidez de sus requisitorias. Fueron años de incansable labor en Ñandutí y su extensión, el Holding de Radio, que llegó a ser conformado por varios medios. Paralelamente a su labor radial, creó exitosos programas en diversos canales de televisión nacional, entre ellos “El saber”, en Canal 13.

Con Gloria Beatriz Godoy conformó una familia de comunicadores, quienes a partir de ahora tendrán a su cargo determinar el futuro de esa herencia de trabajo, profesionalismo y talento que deja como legado el maestro.

Humberto Rubin, en la Casa Argentina de Asunción, presentando un número artístico, al lado del locutor radicado en Formosa Lucio Bobadilla. (foto: HISTORIAS DE LA RADIO)

Vivió para dejar un gran legado

Horacio Cartes, ex presidente de la República.

Una de las personas que se sumó con su mensaje ante la noticia del fallecimiento del comunicador Humberto Rubin fue el ex presidente de la República Horacio Cartes.

En un mensaje posteado en sus redes sociales, el líder político envió un sentido mensaje de reconocimiento a Rubin y condolencias a la familia: “Don Humberto Rubin fue uno de esos paraguayos que vivieron para dejar un legado. Su lucha, su espíritu emprendedor, pero sobre todo su gran carisma, nunca serán olvidados. QEPD, querido Humberto, y mis condolencias a la familia”.

Despedida a un “gran maestro”

Gustavo Velázquez, periodista.

El fallecimiento de Humberto Rubin generó un gran pesar en el ámbito de la comunicación. Rubin fue formador de varias generaciones de periodistas. Muchos trabajadores del rubro sumaron su mensaje. Una persona que tuvo la oportunidad de compartir con él fue Gustavo Velázquez, jefe de prensa de Universo 970 AM. Velázquez se refirió a Rubin como un “gran maestro para quienes abrazamos la comunicación y el periodismo”.

“Pasaba la Navidad en la radio trabajando”

Enrique Dávalos, periodista.

Otro comunicador que sumó su mensaje ante la partida del gran maestro fue Enrique Dávalos, quien también tuvo su paso por radio Ñandutí. El periodista recordó a Rubin como “un luchador incansable por la libertad que no se resignó nunca. Un hombre que rendía culto al trabajo. El primero en llegar y el último en irse. Pasaba la Navidad en la radio trabajando. Un tierno lector de poesías que te hacía compañía desde la radio”.

Murió con las botas puestas

Por Augusto Dos Santos, gerente periodístico de Nación Media

Ayer se despidió Humberto Rubin, el más grande precursor y gestor del nuevo periodismo radiofónico paraguayo.

Era una tarde de junio del 2019 cuando lo entrevistamos en la querida radio Ñandutí para “Expresso”, nuestro programa de entrevistas de GEN. Hablamos de sus orígenes en Pilar, de su club Gral. Díaz, “que lleva la misma camiseta que Guaraní”, y de sus memorias de niño. Recorrimos su vida. Su fascinación por una nueva radio que estaba naciendo en Montevideo y Buenos Aires con matices de un periodismo que salía del viejo acartonamiento para meterse a escuchar a la gente y a interpelar al poder.

Humberto Rubin fundó una forma de periodismo radiofónico que atravesando generaciones sobrevive hasta hoy. Es imposible evaluar el inconmensurable favor que Humberto entregó como legado a decenas de periodistas radiales que empezaron a “ser como él” desde hace por lo menos 40 años. Queda para el recuerdo de su protagonismo histórico el debate frontal contra la dictadura, con consecuencias violentas contra su medio y su persona y queda, ya en los albores de la democracia, la expresión amistosa de advertencia para un amigo que moriría horas después en manos de la mafia, el mártir Santiago Leguizamón.

Gente como Humberto Rubin es semilla que se siembra al morir para seguir germinando y multiplicando en cosechas, porque testifica un camino para seguir apostando a la verdad por sobre las dificultades que conlleva militar en la difusión de la palabra libre.

La última vez que conversamos, en tal entrevista, le pregunté, pidiendo disculpas por la crudeza, si moriría con las botas puestas y no pestañeó para decir: sí, pero claro que sí. Y así fue.

A Gloria Rubin y a sus hijos y nietos, que en gran medida siguen en el sendero de la comunicación, que Dios les brinde paz y que les lleguen nuestras condolencias.

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