El documento “La madre del pueblo fiel”, aprobado por León XIV el pasado mes de octubre y dado a conocer ayer martes por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, hace una aclaración sobre los apelativos que deben usarse para nombrar a la Virgen María y desaconseja otros usos, en base a fundamentos bíblicos sobre la devoción mariana.
Pide especial atención para el título de “mediadora de todas las gracias” y considera inapropiado llamarla “corredentora”. Sin embargo, son valorados, títulos como “madre de lo creyentes” o “madre espiritual”. El diario La Nación/Nación Media recabó la opinión de dos sacerdotes.
El padre Freddy Romero, cura párroco de la iglesia Santa Ana de Asunción, dijo lo siguiente: “En cuanto al título de no considerarla como la corredentora, de acuerdo a la nota doctrinal emitida por el Vaticano, es una simple mención que nos recuerda a todos los cristianos que el único mediador entre Dios Padre y todos los hombres es únicamente Jesucristo y nadie más”, explicó.
Añadió que la dignidad de ser Dios y redentor es algo que solamente pertenece a Jesús, pero corresponde recurrir a ella como madre espiritual para los creyentes.
“Está dentro de lo correcto considerarla como nuestra madre, pues, ella así como lo ha hecho con su hijo ante el calvario, de igual manera nos acompaña en los momentos difíciles y dolorosos, por lo que, es una mujer que acompaña como verdadera madre a todos sus hijos e hijas sin excepción”.
Sin embargo, aclaró que es importante tener en cuenta que lo emitido por el Vaticano “no obstaculiza” devociones populares a la Virgen de Caacupé, Luján, Guadalupe, Aparecida, Itatí, y otras advocaciones.
“Tales devociones expresan el amor y el cariño que se le tiene a la Virgen María. Es válido creer y resaltar que María intercede y reza por nosotros como una madre amorosa, preocupada y atenta por sus hijos e hijas ante todas nuestras situaciones y necesidades”, apuntó.
No cambió nada
También el padre Pablino Villalba, sacerdote de la parroquia San Miguel Arcángel de la diócesis de San Lorenzo, dio su parecer.
“La verdad, el documento no cambió nada respecto a María. María sigue siendo la madre de Dios, inmaculada, virgen antes, durante y después del parto. Lo que se determinó fue ya no usar el título de corredentora. Pues sólo Jesucristo es el único mediador entre Dios y los hombres. Pero, sigue siendo la intercesora”, acotó. Por ende, una ayuda muy importante para llegar a su hijo Jesús.
Añadió que en cuanto a los milagros, la Iglesia siempre sostuvo que los milagros los realiza Dios. “María y los santos son intercesores. Y mediante sus ruegos y oraciones Dios nos concede muchas gracias y bendiciones. En resumen, nada cambió en la doctrina de la Iglesia. Siguen los mismos dogmas”, subrayó el cura párroco.

