Un 30 de junio, hace 15 años, la llegada de una nueva vida marcaba un antes y un después en la historia de Víctor y Rossana, unos entusiasmados padres que esperaban con amor a su pequeño bebé Nigel Domínguez.

El matrimonio había seguido al pie de la letra cada indicación y recomendación médica, sometiéndose a todos los estudios necesarios, por lo que la noticia que les esperaría tras el nacimiento de su hijo en el Hospital de Barrio Obrero no la vieron venir ni podían estar preparados.

En conversación con La Nación/Nación Media, Víctor Domínguez recordó el gran día en que conoció a su pequeño y el camino largo y difícil por el que debieron caminar en familia para superar una enfermedad que hasta ese momento en nuestro país no había tenido antecedentes y de la cual se sabía muy poco.

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Don Víctor relató que al día siguiente de la llegada de Nigel ya se empezó a percatar de que su apariencia no era la esperada, ya que su piel presentaba un color azulado, pero a pesar de que manifestó esto a su esposa y a la enfermera, primeramente se creyó que este color era a raíz del proceso de parto.

“Al día siguiente viene el pediatra y le consulto nuevamente y me dijo que le harían un chequeo general, y le llevaron para hacerle el test del piecito también y ahí mi bebé se puso más morado e inclusive azul. Lo que me llamaba también la atención era que él no lloraba con normalidad, no lo hacía ni fuerte”, comentó Domínguez.

El mismo destacó que aquellos minutos se volvieron horas y esas horas terminaron en un diagnóstico que debía ser a su vez confirmado por otro especialista con el cual no contaba el hospital y necesitaba que fuera trasladado. Recién cuando esta especialista aparece y analiza la situación del pequeño Nigel da una noticia aterradora.

“Cuando la doctora sale de hacerle los estudios, nos dice que tiene una atresia pulmonar más cinco malformaciones, y nos explicó que esa patología cardiaca hacía que el corazón y el pulmón funcionaran por un agujerito alternativo que, una vez que se cierre, ya no habría vuelta atrás. La doctora nos dijo crudamente: ”Treinta y dos horas de vida le doy a la criatura, más de eso no va a poder”, relató don Víctor.

Correr contra reloj

Ante esta noticia que empañaba la felicidad de toda una familia, iniciaba a su vez una carrera contra el reloj en busca de soluciones que ayuden a que el pronóstico del pequeño Nigel mejore y pueda continuar luchando por la vida que para él recién empezaba y a la que ya le ponían fecha de tope.

Víctor aseguró que las siguientes horas fueron críticas y que la ayuda del entonces director del hospital de Barrio Obrero fue clave para poder lograr el traslado de su hijo hasta el Hospital Pediátrico de Acosta Ñu y poder ser tratado con los especialistas que en el lugar se encontraban.

“Al día siguiente llegamos sin ninguna esperanza. Después, solo cada 24 horas le podíamos ver a nuestro bebé y sale el cirujano y nos dice que ellos no tienen aún el conocimiento para hacer esa cirugía, pero que había posibilidades y que le harían una intervención paliativa para que mi bebé pueda vivir hasta hacerle otra cirugía y le dimos la autorización; no existía otra opción”, recordó don Víctor.

Con tan solo 15 días de nacido y ante un futuro aún muy incierto debido a la magnitud de su patología, Nigel fue sometido a su primera cirugía a corazón abierto, saliendo airoso y logrando burlar la terrible predicción de 32 horas de vida.

De aquella primera cirugía debieron esperar tres años hasta su segunda intervención y luego, cuando cumplió cinco años, el pequeño luchador pudo ser beneficiado con una corrección cardiaca de la mano de un equipo de médicos norteamericanos que eran parte de un proyecto de colaboración con el Hospital de Acosta Ñu.

Con tan solo 15 días de nacido Nigel fue sometido a su primera cirugía a corazón abierto. Foto: Gentileza

La lucha sigue.

Tras tres intervenciones a corazón abierto y otros tres cateterismos complejos, hoy Nigel cumple 15 años, demostrando que el amor y la dedicación de una familia pueden ser el mejor motor para seguir viviendo y vencer cualquier adversidad.

“Nosotros pasamos por muchísimas cosas. Había falta de medicamentos en el hospital, existían inclusive remedios que no había acá, que debían traerse de la Argentina y que eran cruciales para que mi hijo siga viviendo y logramos conseguir siempre, luchando contra reloj. Buscábamos quién nos podía ayudar para que mi hijo pudiera vivir”, comentó Domínguez.

Este padre luchador reconoció que tanto Nigel como toda su familia continúan luchando en pos de la salud, ya que su hijo nunca ha abandonado su tratamiento y cumple con todos los procesos médicos que le son solicitados, ya que, a pesar de ser un joven con una salud estable y realizar una vida completamente normal, ahora debe someterse a otro cateterismo que debe solucionar una filtración de sangre importante que lo pone en riesgo.

Tras tres intervenciones a corazón abierto y otros tres cateterismos complejos, hoy Nigel cumple 15 años. Foto: Gentileza

Agradecimiento

Ante este camino que han afrontado y continúan haciéndolo, Víctor comentó que lograr salir adelante no fue fácil, pero que no hubieran logrado llegar a este festejo de cumpleaños si no fuera gracias a cada médico y personal de blanco que los ayudó, asistió y participó de los diferentes procesos.

En la misma tesitura, agradeció a cada una de las personas que, tanto con su apoyo moral y espiritual, al igual que con sus donaciones a las diferentes campañas de recaudación para costear los tratamientos de Nigel, hicieron posible que este adolescente luchador continúe sus tratamientos y su proceso de recuperación completa.

“Sé que hay muchas personas que siguen en la lucha en casos similares a los de mi hijo y a ellos quiero decirles que tengan fuerza, recordarles que mi hijo sigue vivo y que después de ese drástico pronóstico que tuvimos seguimos luchando hasta ahora”, expresó Domínguez como mensaje final.

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