“Qué difícil es hacer un análisis o tener una perspectiva de cómo podíamos condensar en tan poco tiempo lo que fue este pontificado fascinante“, expresó el comunicador católico Pedro Kriskovich, en torno al papado del argentino Jorge Bergoglio, primer papa latinoamericano de la historia y el primero no europeo desde el siglo VIII.
"Era alguien que supo hablar el lenguaje del mundo de hoy. Por eso lo vamos a extrañar tanto, por eso lo lloran tanto hasta los ateos, los agnósticos", dijo en el programa “Fuego Cruzado” emitido por el canal GEN y Universo 970 AM/Nación Media.
Kriskovich recordó algunas enseñanzas dejadas por el papa Francisco desde su elección en marzo del 2013 y que marcaron importantes hitos en la historia de la Iglesia católica. “En el ámbito de la economía, el papa hablaba de la teoría del derrame, que él no creía en ella, que es mentira, que si le va bien a un cierto sector de la población, iría bien a todos”, indicó.
También hizo alusión a las enseñanzas que impartió el sumo pontífice a los comunicadores. “Primero, amar la verdad, amarla más que a uno mismo, segundo, comunicar la belleza. En ese sentido era muy crítico, que el periodismo no sea publicar siempre sangre", mencionó.
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El comunicador mencionó que “como tercera enseñanza se encuentra el denunciar lo malo, la corrupción, que es una tarea nuestra, por supuesto. Mientras que el cuarto se centra en hacer memoria, el quinto me impresionó mucho y es el saber escuchar y que como periodista miremos la totalidad de la realidad“.
Kriskovich agregó que “fue un papa tan humano, supo leer al hombre que ha perdido la fe, que perdió el sentido de la vida”. El papa Francisco fue sepultado ayer sábado en la basílica de Santa María la Mayor de Roma, el primer sepelio de un pontífice fuera del Vaticano desde León XIII en 1903. Su pontificado estuvo marcado principalmente por la defensa de los migrantes, el medio ambiente y la justicia social.
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León XIV visitó la tumba de Francisco
- Ciudad del Vaticano, Santa Sede. AFP.
El papa León XIV visitó el pasado sábado la tumba de su predecesor Francisco tras pronunciar un discurso ante los cardenales, en el que se declaró “humilde siervo de Dios” y afirmó querer seguir el camino trazado por el jesuita argentino. Dos días después de ser elegido jefe de la Iglesia católica, el papa peruanoestadounidense visitó la sepultura del pontífice argentino, fallecido el 21 de abril, en la basílica Santa María la Mayor, en Roma, indicó a AFP una fuente vaticana.
Durante la jornada León XIV, que pertenece a la Orden de San Agustín, también visitó la basílica de Nuestra Señora del Buen Consejo de Genazzano, a 50 kilómetros al sureste de Roma, indicó El Vaticano. Antes, en una reunión de cardenales en la Santa Sede, el 267.º pontífice de la Iglesia católica dio algunas pistas sobre sus prioridades y estilo.
El nuevo papa fue ovacionado al entrar en la sala de conferencias vestido con una túnica papal blanca, según muestra un video difundido por el Vaticano. Nacido en Estados Unidos y nacionalizado peruano, el pontífice explicó que la elección de su nombre papal refleja su compromiso con las causas sociales defendidas por León XIII, que durante el siglo XIX fue un decidido defensor de los derechos de los trabajadores.
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“Pensé tomar el nombre de León XIV. Hay varias razones, pero la principal es porque el papa León XIII, con la histórica Encíclica Rerum novarum, afrontó la cuestión social en el contexto de la primera gran revolución industrial”, declaró el pontífice de 69 años.
Esta encíclica de 1891, un tipo de texto donde los papas abordan asuntos importantes, puede traducirse como “cosas nuevas” o “innovaciones” y es la base de la doctrina social de la Iglesia católica que tiene como objetivo promover la dignidad de la persona, la solidaridad y el bien común, entre otros valores.
“Hoy la Iglesia ofrece a todos su patrimonio de doctrina social para responder a otra revolución industrial y a los desarrollos de la inteligencia artificial, que comportan nuevos desafíos en la defensa de la dignidad humana, de la justicia y el trabajo”, dijo. En la primera misa de su pontificado el viernes, este antiguo misionario nacido en Chicago y que ejerció como obispo en Perú, denunció el declive de la fe en favor del “dinero”, el “poder o el placer”.
Tras su elección como líder espiritual de 1.400 millones de católicos en el mundo, Robert Francis Prevost ha perfilado poco a poco su estilo. El jueves por la noche, en su primera aparición en público inmediatamente después de su elección habló en italiano y español desde el balcón de la basílica de San Pedro ante la multitud.
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Destacó el estilo de Francisco
En su discurso del sábado, el papa rindió también un homenaje a su predecesor, Francisco, un jesuita argentino fallecido el 21 de abril a los 88 años y que se inspiró en el santo de los pobres durante su pontificado. “El papa, desde San Pedro hasta mí, su indigno sucesor, es un humilde siervo de Dios y de los hermanos, y nada más que esto. Lo han demostrado bien los ejemplos de muchos de mis predecesores, como el del papa Francisco”, declaró.
León XIV destacó el estilo de Francisco de “total dedicación al servicio y de sobria esencialidad de vida” y llamó a retomar “esta valiosa herencia”. El Vaticano tiene prevista el 18 de mayo una misa de entronización para León XIV en la basílica de San Pedro.
El nuevo papa asume el liderazgo de una Iglesia que enfrenta numerosos desafíos, como la crisis de vocaciones, el papel de las mujeres y los casos de agresiones sexuales. Las asociaciones de víctimas de estos abusos, como SNAP y Bishop Accountability, acogieron con preocupación su nombramiento, al estimar que en el pasado mantuvo el secreto de los casos que supervisó.
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Narciso Velázquez: “León XIV no representa un continuismo, sino un afianzamiento del rumbo de la Iglesia”
Tras la elección del papa León XIV, diversas voces dentro de la Iglesia comenzaron a pronunciarse sobre el perfil del nuevo pontífice y el posible rumbo que adoptará su papado. Uno de ellos fue el sacerdote Narciso Velázquez, quien ofreció una mirada reflexiva sobre lo que representa esta nueva etapa para la Iglesia Católica.
Lejos de hablar de un simple “continuismo” con el legado de Francisco, Velázquez expresó que lo que está ocurriendo es un “afianzamiento” de una visión iniciada en el Concilio Vaticano II. “Cuando hablamos de continuismo, parece una connotación estática. A mí me gustaría decir que este es el rumbo que viene tomando la Iglesia desde el Concilio Vaticano II, una mirada nueva hacia adelante”, sostuvo.
Durante el programa “Fuego Cruzado”, emitido por GEN/Nación Media, señaló que el nuevo pontificado apunta a “una presencia mucho más abierta ante los problemas que tiene el mundo en este momento”, y destacó que la iglesia no puede limitarse a ser una institución intimista o meramente espiritual, sino que debe ser una “presencia transformadora” a través de sus miembros y líderes.
“La Iglesia se define a sí misma como maestra, como enseñadora, como quien tiene que interpelar y preguntar qué es el mundo, qué es el hombre y cómo estamos llevando estas cuestiones”, reflexionó.
Velázquez también se refirió a debates actuales que seguirán marcando la agenda eclesial bajo el liderazgo de León XIV, tales como el acceso a la comunión de personas divorciadas, el matrimonio igualitario, el sacerdocio femenino y el celibato. Según explicó, muchos de estos temas ya se vienen discutiendo internamente y continuarán abiertos a reflexión. “Son temas que hacen al quehacer propio de la iglesia. Cuál será el rumbo que tomará, es una incógnita, pero sin duda son temas de actualidad”, afirmó.
Consultado sobre las tensiones internas entre sectores más conservadores y la línea progresista que caracterizó al papado de Francisco, y que, según se estima, León XIV continuará, el sacerdote reconoció que “ha habido experiencias que llevaron a separaciones”. Sin embargo, remarcó el esfuerzo de los últimos pontífices por promover la unidad.
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“Hay un día dedicado a la unidad de los cristianos. Respetando las diferencias, se trata de encontrar elementos comunes que nos unan”, dijo, y cerró con una imagen evangélica: “Si se produce una separación, es como el hijo pródigo que se va. Jesús continuamente nos llama a la unidad”.
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Cónclave: sastres apuran tres tallas de sotanas para nuevo papa
- Ciudad del Vaticano, Santa Sede. AFP.
Una sastrería en Roma ha confeccionado por décadas las sotanas blancas que los nuevos papas se colocan inmediatamente después de ser elegidos. Pero en este cónclave hay competencia. Tradicionalmente, los sastres de la casa Gammarelli preparan tres conjuntos para no errar la talla del nuevo pontífice: bajo, medio, alto. Pero en esta oportunidad, el Vaticano les pidió no hacerlo.
Y a horas de que los cardenales se encierren en la Capilla Sixtina para elegir al sucesor del papa Francisco, la sastrería rival de Raniero Mancinelli aprovecha la oportunidad para ofrecer su propio conjunto. “Debo entregarlos entre hoy y mañana, las sotanas blancas, el fajín, el solideo”, explicó a la AFP Mancinelli. “Puede que las necesiten para el nuevo papa, tienen que estar listas antes del cónclave para que las usen si las necesitan”.
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Peso sobre altura
Mancinelli ha confeccionado ropa para varios papas en el pasado, pero nunca ha tenido el honor de hacer el primer conjunto, que se usa cuando el nuevo pontífice se dirige al público desde el balcón de la basílica de San Pedro. Confecciona a mano las piezas con el plan de entregarlos al Vaticano antes del cónclave, que arranca el miércoles.
Mancinelli también está haciendo tres tamaños para adaptarse a todo tipo de papa, aunque indicó que prioriza el ancho más que el alto porque desde el balcón no se aprecia la caída del traje. Lorenzo Gammarelli dijo a la AFP la semana pasada que su sastrería familiar se había preparado para hacer las tres sotanas vírgenes, como es tradición, pero que el Vaticano les informó que “se habían ocupado de ello”.
Estimó que las vestimentas del nuevo papa serán “las de los cónclaves anteriores”. “Cada vez hicimos tres túnicas y ellos usaron sólo una”, aseguró. Pero Mancinelli, que ha sido sastre durante 70 años en su histórica tienda en el Borgo Pio, a un paso del Vaticano, espera lo contrario.
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Una oferta
Aunque el Vaticano no ha solicitado que haga las sotanas, explicó que tiene las habilidades necesarias para elaborarlas, ya que trabajó ya con siete papas. “Las estoy haciendo, las estoy ofreciendo, no las pidieron”, aclaró. “Si usan mis cosas estaré muy feliz”. El sastre viste también a obispos, sacerdotes y seminaristas católicos. De hecho, está muy ocupado con encargos de última hora antes del cónclave. “Hay cardenales que necesitan una faja, un solideo, un cuello. Me encargo de eso”, dijo Mancinelli.
Originario de la región de las Marcas, en el centro de Italia, entró en este oficio por casualidad después de que un día le ofrecieran el trabajo de hacer sotanas para el Vaticano. El taller está lleno de fotografías de Mancinelli y los papas. Hizo personalmente trajes para los últimos tres pontífices, incluido Francisco. Clérigos de todo el mundo pasan a visitarlo durante sus visitas a Roma. Algunos son amigos, otros han escalado en las filas de la jerarquía católica.
Francisco
La elección de Francisco fue una sorpresa: un forastero del “fin del mundo”, como él mismo dijo el día que inició su reinado. No estaba en las listas de favoritos antes de su elección en 2013. Mancinelli dijo que el argentino no había sido uno de sus clientes habituales, aunque pudo haber pasado por la tienda en algún momento. “Con tantos sacerdotes, obispos y cardenales entrando y saliendo, es difícil recordarlos a todos”, señaló.
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Historial de cónclaves: de elección con palomas a tres años de votaciones
- Ciudad del Vaticano, Santa Sede. AFP.
Los cardenales que elijan al sucesor del papa Francisco a partir del miércoles tendrán una tarea más fácil que muchos de sus predecesores, que soportaron condiciones espartanas y a veces estuvieron encerrados tanto tiempo que algunos murieron. A continuación, algunas de las elecciones más notables.
La paloma decide
En el año 236, la comunidad cristiana de Roma debatía sobre posibles candidatos a papa, cuando una paloma blanca se posó sobre la cabeza de un espectador, Fabián. “En ese momento, todo el mundo, como movido por una única inspiración divina, clamó con entusiasmo y de todo corazón que Fabián era digno”, según Eusebio, un historiador de la Iglesia de la época. Pero esta bendición acabó mal. El emperador romano Decio lo persiguió y ejecutó 14 años después.
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Corrupción
En los primeros tiempos de la Iglesia, el clero y la nobleza romana escogían a los papas, pero a menudo las votaciones estaban amañadas. Una de las elecciones más infames tuvo lugar en 532, tras la muerte de Bonifacio II, con “sobornos a gran escala de funcionarios reales y senadores influyentes”, escribe P.G. Maxwell-Stuart, en “Chronicle of the Popes” (“Crónica de los papas”). Al final, el escogido fue un sacerdote ordinario, Mercurio, quien fue el primer papa en cambiar su nombre de nacimiento por el de Juan II. En 1059, Nicolás II dio a los cardenales el poder exclusivo de escoger al pontífice.
Encerrados
La idea de encerrar a los cardenales para acelerar la elección remonta al siglo XIII. La palabra cónclave proviene de la expresión en latín ‘cum clave’, que se significa “bajo llave”. En 1241, visto que la elección se alargaba, el jefe del gobierno de Roma encerró a los cardenales en un edificio en ruinas y se negó a limpiar los lavabos o permitir que los médicos atendiesen a los enfermos.
Según cuenta Frederic Baumgartner en su “A History of the Papal Elections” (“Historia de las elecciones papales”), los cardenales sólo llegaron a una decisión cuando uno de ellos murió y los romanos amenazaron con exhumar su cadáver. Después de 70 días, se pusieron de acuerdo y Goffredo Castiglioni se convirtió en Celestino IV.
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Tres años
El cónclave más largo de la historia duró casi tres años tras la muerte de Clemente IV en noviembre de 1268, en el palacio papal de Viterbo, cerca de Roma. A finales de 1269, los cardenales aceptaron encerrarse para intentar alcanzar una decisión y, en junio de 1270, los frustrados habitantes retiraron el techo para acelerar el proceso. Su inspiración vino aparentemente de las palabras de un cardenal inglés que aseguró que, sin techo, el Espíritu Santo descendería más libremente. Teobaldo Visconti se convirtió en el papa Gregorio X en septiembre de 1271.
A dieta
En respuesta al caos que condujo a su elección, Gregorio X cambió las reglas: exigió que los cardenales se reunieran 10 días después de la muerte del papa y ordenó que la comida se racionara progresivamente. Si no había ninguna decisión en tres días, las comidas contarían con un solo plato principal, de los dos tradicionales en Italia. A los cinco días, sólo tendrían pan, agua y vino, según el libro “Conclave” de John Allen.
Catres
Los cónclaves se celebraron durante siglos en el Palacio Apostólico del Vaticano y, desde 1878, de forma ininterrumpida en la Capilla Sixtina, que ya acogió otros en el pasado. Los cardenales dormían en el pasado en catres dentro de cubículos erigidos temporalmente en el Palacio Apostólico, con un baño para cada 10 purpurados, según el libro de Allen.
Las ventanas estaban selladas, pero, en agosto de 1978, estalló un principio de revuelta entre los cardenales que pedían abrirlas en pleno verano caluroso en el Vaticano. Juan Pablo II, escogido en un segundo cónclave celebrado en octubre de ese año, ordenó a continuación construir la Residencia de Santa Marta en los jardines vaticanos, donde los cardenales se quedan ahora. Esta residencia, en la que escogió vivir Francisco, cuenta con un centenar de suites y una veintena de habitaciones simples. Pero durante el cónclave, las ventanas también se sellan.
No cardenales
Técnicamente, cualquier hombre bautizado puede convertirse en papa, pero el último no cardenal elegido como pontífice fue el arzobispo de Bari, Bartolomeo Prignano, que se convirtió en Urbano VI en 1378.
Papa reticente
No todos los cardenales se muestran entusiastas con la perspectiva de convertirse en cabeza de la Iglesia. Las primeras palabras de Albino Luciani, cuando se convirtió en Juan Pablo I en 1978, fueron: “¡Que Dios les perdone por lo que han hecho!”. Murió 33 días después.
Champán
En 1978, tras aparecer ante la multitud en la plaza de San Pedro, Juan Pablo II sirvió él mismo champán a los cardenales y cantó canciones folclóricas polacas. En 2005, Benedicto XVI invitó a los purpurados a cenar con champán y también hubo canciones, indicó el entonces cardenal británico Cormac Murphy-O’Connor.
Cada vez más corto
El último cónclave largo fue en 1831, cuando se necesitaron más de 50 días para escoger a Gregorio XVI. Desde entonces, han durado menos de una semana. El más largo del siglo XX fue en 1922, cuando se escogió a Pío XI en cinco días (14 rondas de votación). Las últimas elecciones se cerraron en dos días: Benedicto XVI necesitó cuatro rondas de votación en 2005 y Francisco, cinco rondas en 2013.