A 21 años de la mayor tragedia en la era de paz en Paraguay, el incendio del supermercado Ykua Bolaños, en el que murieron alrededor de 400 personas, este viernes falleció uno de los responsables, Juan Pío Paiva.
Condenado a 12 años de prisión, ya había compurgado la pena y estaba internado en un sanatorio privado de la capital a causa de una dolencia relacionada a un diagnostico de diabetes. El deceso del empresario fue confirmado por su abogado, Luis Escobar Faella.
La tragedia ocurrió el fatídico domingo 1 de agosto de 2004, cuando un accidente provocó que las llamas tomaran en principio la cocina del patio de comidas y luego se extendiera rápidamente por toda la instalación del supermercado, que estaba atestado de clientes.
Fue Juan Pío Paiva quien dio la orden de que se cerraran los portones para evitar que las personas salieran sin pagar, pero esa indicación fue la sentencia de muerte de unas 400 personas que intentaron escapar y no pudieron.
El hijo de Juan Pío, Víctor Daniel, también estuvo implicado en la orden y como su padre igualmente fue sentenciado a prisión, pero en el año 2020 falleció a causa de complicaciones con el covid-19.
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Ycuá Bolaños: una tragedia que se vive, se recuerda y se lucha por sanar
Cada 1 de agosto el pueblo paraguayo recuerda uno de los días más terribles y luctuosos de su historia: el incendio del supermercado Ycuá Bolaños. Aquel domingo soleado del 2004 se vio teñido por el fuego, las cenizas y las lágrimas de casi 400 paraguayos fallecidos. Han pasado 21 años, pero la herida sigue sangrando, sigue doliendo.
El sol quedó cubierto por el negro humo que cubrió la ciudad, que se volvió gris y doliente por el terrible suceso que marcó para siempre al barrio Trinidad, donde en cada cuadra había al menos una víctima.
Las llamas habrían iniciado cerca del mediodía en la cocina del patio de comidas del super, el cual, debido al día y el horario, estaba lleno de familias que estaban compartiendo en el lugar o iban a retirar el almuerzo para compartirlo en sus casas.
Los múltiples testimonios refieren que segundos después de escucharse una explosión, el sitio estaba rodeado de llamas, las cuales se extendieron de manera voraz, generando pánico, miedo y un descontrol entre todos los que estaban en el lugar y que, al intentar huir del sitio, se encontraron con los portones y las salidas de emergencias cerradas, quedando atrapados en el infierno que, tras 21 años, permanece en la memoria de todo un pueblo.
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La historia de cientos de sobrevivientes ha sido contada año tras año, con la esperanza de que aquella tragedia nunca sea olvidada. Rocío Melgarejo es una madre que casi pierde a su hija aquel domingo. Ese día la siguió por años, ya que su hija no solo sobrevivió milagrosamente, sino que debió luchar por recuperarse y sanar.
“Mi hija Luna tenía 4 añitos apenas, pero ella cada domingo iba a la iglesia con mi hermano Nelson y su novia María Luisa. Ese domingo no fue la excepción, pero al salir del encuentro fueron hasta el super para almorzar; ellos estaban en el estacionamiento cuando el fuego los atrapó”, relató Rocío a La Nación/Nación Media.
Continúo recordando que, en medio de la densa humareda y las llamas que tomaban el lugar, casi por un milagro un pastor amigo de la familia apareció para ayudar a su hermano a rescatar a la pequeña Luna y su cuñada María Luisa, quienes lograron salir de las llamas al igual que su hermano Nelson, pero con graves secuelas.
“Ese día yo no entendía lo que pasaba, porque a mi hermano lo derivaron a un hospital, a mi cuñada a otro y a Luna al IPS; ahí me dijeron que estaban y fui a buscarla, desesperada. Cuando llegó una de las doctoras, me mostró unos aritos, muy peculiares, cuadraditos; eran los de Luna”, comentó Rocío.
Destacó que en los minutos posteriores a la tragedia, y en medio de la búsqueda y el hallazgo de su hija, no podía dimensionar todo lo que había pasado, pero al llegar a ver a su hija, quedó completamente paralizada, ya que si bien no podía creer el estado en el que se encontraba, sabía que era su retoña.
“Yo entré a la habitación y vi a Luna, estaba en una camilla, y tenía toda la cara colorada, hinchada, con respiradores y soporte médico; no podía creer que era mi hija. Miré sus piecitos, me detuve a mirar sus pies y sabía que era ella, me convencí de que era ella. Ella sufrió un paro respiratorio, estaba muerta al momento en que la rescataron; después volvió a la vida, pero no se sabía cuánto tiempo estuvo sin respirar”, indicó Rocío.
Entre las explicaciones médicas sobre el estado de Luna, surgían posibilidades terribles, como el hecho de que su capacidad del habla y desarrollo se hayan visto comprometidas debido a la falta de oxígeno sufrida, eso sin contar las quemaduras que habían sufrido.
“Luna sufrió quemaduras de segundo y tercer grado en un 20 % de su cuerpo, pero si bien esa cifra suena poco, ella era muy pequeña y esto hacía que la situación fuera muy grave según los médicos, y que la agravante era la zona de las quemaduras, ya que le afectaba la cara, parte de la cabeza, el cuello y las manos; además, pasamos por infecciones y otras dificultades”, explicó la madre de Luna.
Una vez fuera de terapia intensiva y con la capacidad de ser trasladada, la pequeña Luna inició su camino en una nueva vida, una vida donde debía aprender a lidiar con el dolor de las heridas, los tratamientos por quemaduras y los cuidados para la cicatrización.
La búsqueda de la recuperación total de Luna la llevó hasta Chile, hasta la Caoniquem, que es una corporación que se dedica a la rehabilitación de niños, niñas y adolescentes con quemaduras y otras cicatrices, donde por meses recibió atención médica especializada; debió quedar internada e inclusive permanecer en un albergue junto a su madre.
Rocío recuerda con resiliencia y fortaleza los procesos médicos a los que debió acompañar a Luna, incluyendo las cirugías de injerto y los procesos de confección de sus ropas compresivas que debía utilizar la pequeña para garantizar una rápida y buena recuperación.
“Ella usaba su máscara y ropas de compresión todo el tiempo, siempre; no se las sacaba porque se quería curar. Los primeros años de la escuela las usaba ahí y, si bien nunca me contó que haya pasado mal, sé como mamá y mujer que en algún momento se sentía incómoda por la forma en que nos miraban o hablaban, pero todo lo fuimos superando”, destacó Rocío.
Con una larga lucha, y algunas marcas tanto en la piel como en la memoria, hoy Luna tiene 25 años, trabaja, estudia y se destaca como una persona sumamente afín al arte, ya que baila, canta y pinta, logrando expresarse completamente a través de estas plataformas que la apasionan.
Hoy Rocío relata como un milagro que su hija y su hermano hayan sobrevivido, y recuerda con amor y cariño a su cuñada María Luisa, quien debido a la inhalación de humo y el paro que sufrió no logró sobrevivir. Hoy, a pesar de 21 años de perspectiva, Rocío nunca olvida aquel domingo que marcó la vida de su familia.
Esta madre es el fiel ejemplo de miles de familiares que perdieron a alguien aquel trágico 1 de agosto, pero que también lograron abrazar a un ser querido que fue arrebatado de las llamas aquella mañana, una madre que comprende que el milagro puede nacer en medio de una tragedia y que no existe nada que el tiempo, el amor y la dedicación no curen.
El 1 de agosto del 2004, el incendio del supermercado Ykua Bolaños se cobró la vida de 364 personas y resultaron con heridas graves más de 200, hombres y mujeres. Las familias de todos ellos nunca olvidarán la pérdida, el miedo y la injusticia vivida aquel día, en especial porque si las puertas no hubieran sido cerradas, quizá aún podrían abrazar a quienes aman.
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Pastor evangélico de San Lorenzo muere en accidente de tránsito en Brasil
Un pastor misionero de San Lorenzo falleció en un accidente de tránsito registrado el pasado viernes 25 de julio, en el kilómetro 194 de la Rodovia Castelo Branco (SP-280), a la altura de la ciudad de Pardinho, en el estado de São Paulo, Brasil.
Las víctimas fueron identificadas como el pastor misionero Davi Samuel Nienov, su esposa Roselândia Torquato Nienov y su hija menor, Daniela Ayelenn Nienov Torquato, quienes perdieron la vida cuando la camioneta en la que viajaba con matrícula paraguaya colisionó violentamente contra la parte trasera de un camión.
Cinco personas estaban en el vehículo donde fallecieron tres personas y dos ocupantes resultaron con heridas leves y las identidades y el estado de salud no fueron aún informados públicamente. Los equipos de rescate del Cuerpo de Bomberos de Botucatu y el Servicio de Atención Móvil de Urgencia (SAMU) trabajaron intensamente para liberar a los atrapados entre los restos del vehículo, según los medios del vecino país.
La familia Nienov residía en el barrio San Miguel de San Lorenzo, y era ampliamente reconocida por su labor misionera cristiana. Se encontraban de viaje rumbo a São Paulo, donde planeaban visitar a parientes.
Testigos señalaron que una densa niebla cubría el tramo de la carretera en el momento del accidente, lo que pudo haber sido un factor determinante para la colisión. La Policía Científica realizó peritajes en el lugar y la Policía Civil brasileña ya inició una investigación para esclarecer con precisión lo ocurrido.
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Mujer falleció mientras hacía sus compras en un supermercado de San Lorenzo
En el interior de un supermercado, ubicado en la ciudad de San Lorenzo, falleció una mujer mientras realizaba sus compras. La misma fue identificada como Alicia Librada Martínez Almirón, de 34 años de edad.
A las 13:00 se tuvo conocimiento del pedido de auxilio mediante una llamada recibida en la oficina de guardia, por lo que el personal de la comisaria acudió al sitio y al llegar convocaron a una ambulancia del Seme, a cargo de la licenciada Natalia Alcaraz de la zona de Fernando de la Mora. Los profesionales realizaron la reanimación cardio respiratorio y constataron que la misma ya no tenía signos de vida.
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Ante el suceso se convocó para que asista al lugar la agente fiscal de Turno de la Unidad Penal Nº 9 de San Lorenzo Dora Nohl, así como el médico forense de turno y personal de Criminalística del área Central, suboficial Catalino Gauto.
Una vez que se tenga los informes del médico forense el cuerpo de la mujer será entregado a los familiares para que pueda tener la cristiana sepultura.
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Familia de motociclista atropellada por un bus en Ñemby clama justicia
Los familiares de Ruth Karina Sánchez Caballero, quien falleció tras ser atropellada por un ómnibus del transporte público en la ciudad de Ñemby, claman justicia.
Denuncian que el chofer de la Línea 15 que protagonizó el accidente estuvo preso solo durante dos semanas y que los directivos de la empresa de transporte tampoco se hacen responsables de lo sucedido. El siniestro se produjo el viernes 18 de julio cuando la joven fue embestida mientras cruzaba la calle a bordo de su motocicleta.
“Hasta el momento ningún representante de la empresa se comunicó con nosotros. No se acercaron ni en el momento del accidente. Yo estaba en el hospital reconociendo el cuerpo de mi hermana, nadie se acercó, tuvimos que correr nosotros con todos los gastos”, señaló Benjamín Sánchez al canal C9N.
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El joven manifestó que recurrieron a la Fiscalía para averiguar sobre el avance de las investigaciones y recibieron la noticia de que el conductor del colectivo ya había recuperado su libertad.
“Nos dijeron que el chofer fue liberado, no sabemos con qué figura, pero tengo entendido que está en su casa. Hay gente que nos dice que inclusive ya le vieron trabajando, nosotros no sabemos, no podemos constatar eso, pero exigimos justicia”, afirmó.
Dijo que la citada empresa de transporte ya cuenta con “un historial de accidentes” con motociclistas, automovilistas y transeúntes, pero “siempre salen impunes”.
“Yo no sé si esto es propiedad de algún político, pero tienen vehículos totalmente obsoletos, igual siguen circulando. Entonces, exigimos justicia porque no puede mi hermana de 27 años, una vida joven, y que esto quede así en el opareí, sin que nadie se haga responsable”, subrayó.
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