Atacó a tiros a su expareja y mató a su exsuegra de 73 años en Guairá
Compartir en redes
Un hombre asesinó a su exsuegra de 73 años e intentó acabar con la vida de su expareja de 43 años, de quien se había separado hace seis meses, en la localidad de Iturbe (Guairá). Madre e hija recibieron heridas de arma de fuego en la cabeza y el hombro, respectivamente, por parte del sujeto que irrumpió en la vivienda familiar realizando varios disparos, para luego fugarse del sitio.
El presunto autor fue identificado como Elvio Cáceres Duarte, quien ya tiene antecedentes por violencia intrafamiliar, siendo la víctima fatal Justina Ortiz Aquino, quien fue baleada en la parte frontal de la cabeza, en tanto que su hija Nilsa Riveros logró salvarse del ataque y se encuentra internada en el Instituto de Previsión Social (IPS). El caso fue reportado a la policía por los médicos de guardia de urgencias del ente previsional. La septuagenaria habría llegado con vida y su deceso se produjo minutos después de ingresar al hospital.
“Yo recibí una llamada del personal que estaba apostado en el IPS, manifestándome que dos personas de sexo femenino ingresaron en Urgencias posiblemente con heridas de arma de fuego. Nos constituimos en el lugar y constatamos que la señora quien acusó impactos en la parte frontal de la cabeza no aguantó la lesión que recibió y murió”, relató el suboficial Cristhian Bogarín a la 1080 AM.
La víctima de intento de feminicidio alertó a los policías que en la casa quedaron sus hijos menores, por lo que se dispuso el resguardo correspondiente. “De inmediato nos constituimos en el domicilio donde ocurrió el citado hecho, encontrando al hermano de la señora, Teófilo Riveros quien nos recibió. Tras ingresar, verificamos y ya no se encontraba más el supuesto autor”, manifestó el agente interviniente.
De acuerdo a los investigadores, el trasfondo del asesinato sería pasional, ya que el atacante habría abandonado el hogar, tras ser denunciado por maltratos, por lo que habría planeado arremeter contra la familia de su exconcubina. “El agresor ingresó en una pieza donde estaba la suegra y su expareja. Y se forcejearon y efectuó varios disparos. En la casa estaban ellas dos más tres menores. Del hombre acá se recepcionó como dos denuncias por maltratos y entiendo que estaban separados hace seis meses”, dijo Bogarín.
Este miércoles 17 de septiembre se cumplen 45 años del asesinato del último dictador de Nicaragua, Anastasio Somoza en Asunción, Paraguay. Foto: Archivo
El “bazucazo” en Asunción que marcó el fin de Somoza
Compartir en redes
Por Lourdes Torres - Periodista - lourdes.torres@nacionmedia.com
Este miércoles se cumplen 45 años de un hecho que conmocionó a la sociedad paraguaya y tuvo repercusiones internacionales: el asesinato con un bazucazo del último dictador de Nicaragua, Anastasio Somoza Debayle. El atentado ocurrió en pleno corazón de Asunción el 17 de septiembre de 1980.
Este hecho dio una dura sacudida a la entonces dictadura stronista y tuvo repercusión internacional al demostrar que ni siquiera el exilio en un régimen autoritario ofrecía protección absoluta.
Recordar este hecho no es solo repasar una página violenta de la historia regional, también ayuda a comprender cómo nuestro país fue escenario de un episodio que marcó las tensiones políticas de toda América Latina en plena Guerra Fría.
Para comprender este hecho, La Nación/Nación Media conversó con el historiador Fabián Chamorro, quien señaló que a más de cuatro décadas, la memoria de aquel acontecimiento sigue siendo necesaria para reflexionar sobre la violencia, el poder y las huellas que dejaron las dictaduras en la región.
“Como todo evento que, como en el caso nuestro, ocurrido acá en Paraguay, es importante que lo tengamos como memoria y también como una lección de cómo podrían terminar ciertos dictadores”, reflexionó.
Tras cuatro décadas de la dinastía Somoza, el frente Sandinista derrocó a Anastasio Somoza Debayle en Nicaragua. Foto: Gentileza
Historial nefasto
Chamorro señaló que Anastasio Somoza Debayle formó parte de una dinastía en Nicaragua, ya que su padre fue también dictador en su país y lo habían asesinado. Su familia ejercía el poder en ese país desde 1937. Al padre Anastasio Somoza García, conocido como “Tacho”, lo mataron en 1956, estando éste en el poder.
“Le sucede el hijo mayor, Luis Somoza Debayle en la presidencia hasta que fallece por causas naturales en 1967, también ejerciendo el poder. Ahí le sucede Anastasio Somoza. Fue presidente 13 años, hasta 1979, cuando la famosa Revolución Sandinista logró derrocarlo en julio de ese año”, precisó.
Señaló que tras su derrocamiento buscó instalarse en los Estados Unidos, ya que además de que realizó sus estudios en ese país, logró tener la formación militar en la Academia Militar norteamericana. Respecto a cómo vino a parar a Paraguay, indicó que existen dos versiones: una, que el gobierno norteamericano le obligó a ir a Paraguay, y la otra es que era conocido o amigo de Alfredo Stroessner.
“Somoza no solo fue parte de una élite y contaba con poder económico. Pensó que podía instalarse en EE. UU., pero los norteamericanos le bajaron el pulgar. No hay documentación que demuestre que EE. UU. le impone a Paraguay para recibirlo. La otra opción es que los dos dictadores se conocían y por una cuestión económica, aceptaron que Somoza se instale en Paraguay. El tipo había malversado durante su gobierno, estamos hablando de cientos de millones de dólares para aquella época” comentó.
Chamorro señaló que, de acuerdo a los historiadores hondureños, Somoza Debayle fue “un tipo loco”, que cometió crímenes atroces, violaciones de derechos humanos e incluso cometió asesinatos con sus propias manos.
Pese a ese antecedente, indicó que se instaló en Paraguay, lo hizo con grandes lujos, se compró propiedades, tenía una vida bastante pública, eso también facilitó el trabajo de sus asesinos.
Dinorah Sampson, la pareja sentimental del exdicador nicaraguence, contenida por el ex ministro del Interior Sabino Motanaro. Foto: Archivo
Izquierdistas ejecutaron el plan
El historiador señaló que la organización de su asesinato fue ejecutada por el grupo de izquierda de la región, que tenía fuertes vínculos con el Frente Sandinista, que justamente lo había derrocado del poder nicaragüense. Este grupo comando se instaló en Paraguay y estuvo encabezado por Enrique Gorriarán Merlo, dirigente argentino del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP).
“El plan se llamó Operación Reptil y fue realmente una operación muy bien hecha. Hicieron un trabajo de inteligencia durante meses. Alquilaron casa, montaron un negocio sobre la Avenida España, donde podían verlo pasar todos los días marcando su rutina y cuándo ya tuvieron graficada llevaron adelante su plan de emboscada sobre la calle España y América”, precisó.
El atentado se produjo poco después de las 9:00. Los guerrilleros prepararon dos lanzacohetes, lo que acá conocemos como bazooka. Con esa arma lograron parar el vehículo que estaba transitando. Uno logró ser gatillado, el segundo no. Con ese disparo prácticamente ya se dio muerte a los tres ocupantes del vehículo. Cuando paró el auto de Somoza bajaron de otro vehículo más guerrilleros que atacaron con fusiles", comentó.
Junto a Anastasio Somoza fallecieron también en el automóvil Mercedes-Benz blindado, José Francisco Guerrero, exministro de Hacienda de Nicaragua y cercano colaborador de Somoza y el coronel Joaquín López, jefe de escolta y hombre de confianza del exdictador.
Con un bazucazo asesinaron a Somoza y sus dos acompañantes que transitaban sobre la avenida España en un Mercedes Benz blindado. Foto: Archivo
Sicarios guerrilleros
En cuanto al número de miembros de esta operación, el historiador señaló que no hay datos precisos sobre la cantidad, ya que algunos libros hablan de 5, otros de 7 miembros e incluso señalan hasta 15 revolucionarios, de los cuales, solo uno de los que ejecutaron a Somoza fue capturado en Asunción. Se trata de Hugo Irurzún o “Capitán Santiago”, quien fue muerto supuestamente en un intento de fuga, pero fue torturado. Mientras que Gorriarán Merlo logró escapar y permanecer prófugo durante varios años.
Respecto a la motivación del plan de ejecución, Chamorro señaló que Gorriarán Merlo, el que ejecutó el asesinato, escribió un libro en el cual señala que ellos tomaron la decisión de matarle a Somoza, como una forma de ajusticiamiento por los crímenes que le había cometido contra el pueblo de Nicaragua.
“En el fondo fue por una cuestión ideológica, no por una material, No es que lo mataron por una cuestión específica de la guerrilla, sino por una cuestión filosófica, doctrinaria de los líderes de la revolución.
El historiador explicó que este grupo de guerrilleros logró movilizarse con total tranquilidad en Asunción, pese a la dictadura stronista, porque ninguno de ellos fue objetivo de investigación. Recordó que el gobierno dictatorial ya tenía entonces sus objetivos a quienes consideraban subversivos, y esta información también procedía de los EE. UU., sobre quiénes debían ser vigilados o puestos bajo arresto.
“Esta gente vino como un argentino más. No existía todavía esa inteligencia norteamericana, que era la que le nutría a todos. Evidentemente, EE. UU. no filtró adecuadamente la información y estos tipos se instalaron tranquilamente en Paraguay, porque no estaban en la mira”, explicó.
Tras este suceso, Pastor Coronel encabezó un periodo terrible, comenzaron a buscar casa por casa a los guerrilleros. Foto: Archivo
Apagó la noche asuncena
Como detalle, el historiador Fabián Chamorro agregó que tras este suceso, Pastor Coronel encabezó un periodo terrible, pues comenzaron a buscar casa por casa. Después eso ya se volvió extensiva a cualquiera que fuera opositor al gobierno. Indicó que este suceso fue aprovechado para golpear a sus enemigos. También comenzaron las riquezas en los colectivos.
“Hubo todo tipo de abusos después de la muerte de Somoza. Es más, fue uno de los motivos que mató la noche asuncena, que justamente a finales de los 70 comenzaba a tener nuevamente vida. El asesinato de Somoza hizo que muera nuevamente la actividad nocturna en la capital, debido a las medidas restrictivas, persecución a los civiles, militares subiéndose a los colectivos, policías parando automóviles, eso hizo que mate lo que quedaba de noche asuncena”, concluyó.
Como consecuencia del atentado, la militarización de Asunción terminó por matar la incipiente movida nocturna asuncena. Foto: Archivo
El asesinato a puñaladas de un médico naturalista conmocionó a los pobladores de Paso Yobái, departamento de Guairá. La víctima fue identificada como Maximiliano Esteche López (76), quien fue atacado en su propia casa, ubicada en la compañía Planchada.
Su primo de nombre Bonifacio Aguilera (64) fue quien reportó el hecho a la Policía, tras el macabro hallazgo del cadáver.
Contó que acostumbraba pasar todos los días a saludar a su pariente, y en esa ocasión se encontró con la trágica escena.
El cuerpo de la víctima quedó tendido en el suelo, bañado en sangre y lo más impactante es que tenía un cuchillo de mesa incrustado en el cuello, según el informe policial.
El médico forense, David Martínez realizó la autopsia certificando como probable causa de muerte: shock hipovolémico producido por las heridas que recibió en diferentes partes del cuerpo.
La principal herida fue la del cuello que tuvo cuatro centímetros de profundidad. El cuerpo fue entregado a los familiares.
El hombre era muy querido en su comunidad que lo catalogaba como una persona muy servicial aparte de sanar con sus brebajes a quienes acudían a pedirle atención.
Se desconoce el trasfondo del crimen aunque según datos preliminares de la investigación podría tratarse de un homicidio con fines de robo.
La policía hace guardia en la entrada de una sala de audiencias durante una audiencia en la que se espera que los fiscales presenten cargos contra los presuntos autores intelectuales del asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio. Foto: AFP
Fiscalía de Ecuador acusa a dos exfuncionarios de Correa por magnicidio
Compartir en redes
La Fiscalía de Ecuador acusó de asesinato a dos exfuncionarios correístas que están fuera del país a los que considera autores intelectuales del magnicidio del candidato presidencial Fernando Villavicencio en 2023, informó el miércoles el ente acusador.
Villavicencio, duro crítico del gobierno del exmandatario socialista Rafael Correa (2007-2017), fue asesinado a balazos por un sicario colombiano al salir de un mitin en Quito una semana antes de la elección presidencial de ese año.
La justicia aún no ha determinado sentencias contra los acusados. El autor de los disparos fue abatido por guardaespaldas del político y cinco implicados más fueron condenados en 2024 a penas de hasta 34 años de cárcel. Otros seis colombianos presuntamente vinculados al magnicidio fueron asesinados en la cárcel.
La cancillería peruana informó que la víctima es Zetro Leonardo Purba, de 40 años, quien había llegado a Perú el pasado mes de abril en compañía de su familia. Foto: Red social X
Un funcionario diplomático de la embajada de Indonesia en Lima murió asesinado a balazos por sicarios la noche del lunes, un crimen que la policía ya investiga en medio de una ola de violencia urbana en la capital peruana.
La cancillería peruana informó el martes que la víctima es Zetro Leonardo Purba, de 40 años, quien había llegado a Perú el pasado mes de abril en compañía de su familia.
El diplomático fue ultimado de varios balazos por un sicario en motocicleta cuando llegaba a su apartamento en el distrito residencial de Lince a bordo de su bicicleta, según imágenes de cámaras de seguridad de la municipalidad difundidas por la prensa local y redes sociales.
La fiscalía anunció el martes en un comunicado que agentes de la división de homicidios de la policía interrogan a la familia del diplomático en busca de sospechosos “para esclarecer lo ocurrido”.
La cancillería peruana aseguró en un comunicado “que este crimen será investigado a fondo”. “No se descarta un ajuste de cuentas”, indicó el comandante de la policía, David Guivar, a la televisora estatal TV Perú.
Las autoridades peruanas anunciaron también que reforzarán la vigilancia policial a la sede diplomática y brindarán “toda la asistencia y protección necesaria” al embajador de Indonesia en Lima. Según la policía, no existen registros recientes de asesinatos de diplomáticos extranjeros en el país.