En la víspera del día de la Virgen de los Milagros de Caacupé, se desarrolló la misa cuya homilía estuvo a cargo del presbítero Alberto Luna y de Raquel Peralta, presidente de la Conferencia de Religiosas del Paraguay y Sierva del Espíritu Santo, respectivamente. Ambos abordaron problemáticas sociales que atraviesa nuestro país e hicieron un llamado al gobierno a atender el bienestar de todos los paraguayos por igual.

En su introducción, los religiosos hablaron sobre la importancia de la esperanza y cómo este debe ser el motor incluso en los momentos de mayor adversidad. Mencionaron que Dios nos observa y que ve las inmensas desigualdades que se viven en nuestro país por lo que invita a la iglesia católica a estar unida.

“Dios escucha que se dice con mucha fuerza que hay un solo de tipo de familia, madre, padre e hijos y si miramos a nuestro alrededor no encontramos muchas familias así. Desde hace mucho tiempo hay muchas madres solteras que solas crían a sus hijos y a veces la imagen paterna son tíos o abuelos. Como dijo Juan Pablo II, cuántas veces la madre queda abandonada en su maternidad cuando el padre del niño no quiere aceptar su responsabilidad”, aseveró Peralta.

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La presidenta de la congregación religiosa hizo un llamado al reconocimiento y respeto a todo tipo de familias en nombre de todas aquellas que se forjaron tras la guerras que azotaron nuestro país, donde las madres tuvieron que ocupar también el rol de padres y fueron las que educaron a sus hijos, levantaron al país e hicieron que perdure nuestras tradiciones y cultura. “Por eso nuestra esperanza tiene rostro de mujer y de madre”, afirmó.

Por su parte, el presbítero se dirigió a la población masculina y se pronunció contra la violencia hacia la mujer. Calificó al machismo como una enfermedad dañina dado que desconoce de compromisos y respeto hacia las personas y hacia la vida. “Hay muchos hombres que matan a sus parejas, debemos dejar de llamar macho a los hombres, eso es el nombre que reciben los animales, no las personas”, aseveró.

Luna también se refirió a las grandes desigualdades y las facilidades que existen para los inversores, empresarios y dueños de grandes extensiones de tierras. Instó a que Paraguay tome con responsabilidad su compromiso con la situación medioambiental y que preste vital atención a los sectores más desfavorecidos.

“Las comunidades campesinas y a los indígenas son obligados a dejar sus tierras y empujados a una terrible precariedad en las periferias de la capital como en otras ciudades, se convirtieron en extranjeros y mendigos en su propia patria, no encajan entre nosotros, sobran”, lamentó el presbítero.

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El presbítero hizo mención a la movilización de jubilados del Instituto de Previsión Social (IPS), quienes manifestaron estar preocupados por el futuro de sus aportes. Hizo un llamado al diálogo y que se combata la pobreza asegurando que no se vacíen los bolsillos de los asegurados.

“Tenemos problemas de narcotráfico y comercio de armas, se necesita de inversión social en salud y educación, es una deuda pendiente que arrastramos por muchas décadas. Tiene resiliencia nuestro país, no paran las actividades, para cubrir las necesidades de medicamentos e insumos, lo que el Estado no es capaz de cubrir”, expuso Peralta.