En el cuarto día del novenario en honor a la Virgen de Caacupé, el encargado de celebrar la homilía de este viernes fue monseñor Miguel Ángel Cabello, obispo de Concepción, quien se explayó sobre la oración con la palabra de Dios y el fuerte impacto que este tipo de oraciones puede llegar a tener en la vida de un creyente.

“Hoy se nos invita a orar con la palabra de Dios, es decir, con la Sagrada Escritura, la Biblia, y es una de las formas más bellas y enriquecedoras, esta forma o método de orar es muy antiguo, pero sumamente fructífero para los fieles”, indicó monseñor Caballero.

El religioso explicó a los fieles que este método de oración cuenta con varias etapas, en la primera que es la de la lectura, se lee el texto bíblico con detenimiento buscando comprender que es lo que dice la palabra, en el segundo paso se medita respecto a cuál es el mensaje que a través de su palabra el Señor nos busca hacer llegar, para el tercer paso se realiza una oración donde nos comunicamos con Dios luego de haberlo escuchado e interpretado.

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En cuanto al último paso, que es la contemplación u acción, monseñor subrayó que es una de las etapas más complejas de este método de oración, ya que nos lleva necesariamente a reconocer a Jesucristo en el prójimo y nos compromete a mantenernos involucrados con los problemas de nuestro entorno y con los que más sufren.

“La oración con la palabra de Dios debe llevar al creyente a convertirse en don para los demás, a poner en íntima relación, la palabra y la vida debe llevar a vivir el amor a los demás, porque el que ama y conoce a Dios debe amar también a su hermano”, remarcó el religioso.

El religioso explicó a los fieles que la lectura divina como método de oración cuenta con varias etapas. Foto: Roberto Zarza

El obispo de Concepción sostuvo que con la lectura divina se busca profundizar la reflexión y lograr cambiar nuestras acciones erróneas por las correctas a través de un proceso de meditación y análisis con la Biblia como herramienta clave, instando a los fieles a practicar este tipo de oración en solitario y en comunidad para llegar a un estado de contemplación continua que nos permita mejorar como comunidad.

“Contemplar no es solo mirar a Cristo, es darme cuenta de que Dios me mira con misericordia y me está diciendo hijo/a cambia tu vida, mejora, no dejes que esos vicios y pecados se apoderen de ti, la mirada de Jesús ha ayudado a cambiar la vida de muchas personas y así también contemplando a Cristo Jesús me irá trasformando de tal manera que mis ojos vean como él, mi corazón palpite sus sentimientos, piense y tenga el coraje que le caracterizaba”, finalizó.

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