Ciudad del Este. Agencia Regional.
Un equipo de investigadores de la Universidad Federal de Integración Latinoamericana (Unila), de Foz de Iguazú, y el Instituto Chico Mendes de Conservación (ICM Bio), ambas de Brasil, encontró una piedra cerca del río Iguazú y la misma representaría una primera prueba de que la guerra de la triple alianza habría tenido presencia en la región de la triple frontera. Esto, según divulgación del sitio www.g1.globo.com.
Agrega la publicación que, la piedra tiene la inscripción “Vapor Brazil. Greenhalgh. 23/9/1869″ y fue localizado en una de las márgenes del río, a pocos metros de la frontera fluvial del Parque Nacional de Iguazu. El hallazgo fue posible durante una expedición de los investigadores. El tema está siendo objeto de debate entre varios historiadores del vecino país.
Consultado por La Nación/Nación Media, el historiador paraguayo Néstor Gamarra dijo que tiene su importancia y “obliga a investigadores poder concluir aspectos geográficos poco estudiados hasta el momento, relacionados a la guerra de la triple alianza”.
“En un contexto histórico de fechas y región, podemos hablar de una hipótesis que la militarización llegó a estas zonas, pero para una conclusión debemos seguir el trabajo investigativo y documental, utilizar la arqueología para dilucidar muchas informaciones. Esta última sigue siendo una tarea pendiente en Paraguay”, expresó Gamarra.
“Nuestra nación se formó y se sigue formando de aciertos y errores muy dolorosos en lo social. En cuanto a la historia existe una deuda con nuestros antepasados. No valoramos el sacrificio de muchos y hay un nulo trabajo en investigaciones históricas, arqueológicas y de puesta en valor. Esta generación va pasando como muchas anteriores sin realizar nada de lo citado”, dijo también el historiador.
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Datos históricos hacen lógico pensar que las tropas pasaron por la zona del Iguazu
Para Néstor Gamarra, en cuanto al hallazgo de la piedra y su escrito, es importante contextualizar la fecha y la región con los eventos que se fueron dando en esa época. “Alto Paraná, territorialmente, correspondía a Curuguaty. En su viaje, (Francisco Solano) López llega a esa localidad en agosto de 1869 y decreta a Curuguaty como la cuarta capital del Paraguay en septiembre de 1869. Las fuerzas del ejército aliado estaban tras sus pasos”, relata el historiador.
“El jefe de la vanguardia paraguaya, general José María Delgado, dispuso dejar en Curuguaty un destacamento de 500 hombres de caballería, mientras que el resto de la caravana de López siguió su viaje más al norte hasta la cordillera de Amambay. Días después, el 28 de octubre de 1869, los aliados de la triple alianza llegaron y atacaron el destacamento de Curuguaty”, siguió contando.
Recuerda que algunos relatos mencionan que el ejército brasileño quemó y saqueó toda la ciudad y meses después, López sería muerto el 1 de marzo de 1870. “Es lógico pensar que la zona fue militarizada por varios frentes. Tarea pendiente es seguir investigando”, sostiene el historiador Néstor Gamarra.
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La increíble historia de cómo mil niños fueron salvados del genocidio en Ruanda
En 1994, en pleno genocidio contra la minoría tutsi en Ruanda, mil niños huérfanos o separados de sus familias fueron salvados gracias a los “convoyes de la vida” de una oenegé suiza, una historia que sale a la luz 30 años después. La escritora francoruandesa Beata Umubyeyi Mairesse, que entonces tenía 15 años, hizo el viaje junto a su madre en un convoy el 18 de junio.
Casi todo el viaje lo hizo “echada en el fondo” del camión, lleno de niños, y “cubierta con telas” para esconderse porque las autoridades ruandesas solo habían autorizado el rescate de menores de 12 años. Beata cuenta esta historia poco conocida en su libro “El convoy”, publicado recientemente, una investigación de varios años que empezó con sus propios “recuerdos difuminados” y que es al mismo tiempo la reconstrucción de lo que vivieron y un homenaje a quienes les salvaron, arriesgando sus propias vidas.
El genocidio contra la minoría tutsi en Ruanda, orquestado por el régimen extremista hutu entonces en el poder, mató a casi un millón de personas entre abril y julio de 1994. Fue un proceso de exterminio sistemático, perpetrado por los militares y los milicianos del grupo paramilitar hutu Interahamwe. Entre junio y julio de 1994, mil niños se salvaron de una muerte segura gracias a los convoyes que puso en marcha la oenegé suiza Terre des Hommes (Tdh).
También gracias al compromiso de varios extranjeros y ruandeses (una pareja de cooperantes, un cónsul, periodistas, sacerdotes y monjas) que permitieron sacarlos al vecino Burundi. La AFP habló con varios de estos huérfanos, adoptados o acogidos en el extranjero, y que han reconstruido con valentía su historia.
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Camiones abarrotados
En las fotos que Beata ha podido consultar se ven las miradas asustadas o sorprendidas de los niños mirando al fotógrafo desde el interior de los camiones o a su llegada a Burundi. Algunos habían sido internados en orfanatos o centros de acogida antes de las masacres, o eran huérfanos tutsis cuyos padres acababan de ser asesinados.
Fueron sacados del país en autobuses o camiones abarrotados, muchos eran supervivientes de las masacres y llevaban vendas. La muerte los acechaba en cada retén de las carreteras controladas por los extremistas hutus. Uno de los testigos, Jean-Luc Imhof, un cooperante que trabaja desde hace 30 años para la oenegé suiza, ayudó a la autora en su investigación.
En 1993 y 1994 estuvo destinado en Ruanda y volvió al país en 1995. La organización de estos convoyes fue “caótica”, recuerda. En ese momento el genocidio llevaba semanas en marcha. A medida que avanzaban los rebeldes tutsis del Frente Patriótico Ruandés (FPR), que acabaría poniendo fin al genocidio, los militares y la milicia Interahamwe “enloquecieron” porque sentían la derrota inminente.
“Terre des Hommes se enfrenta a una situación increíble: la responsabilidad de esos más de mil niños identificados”, recuerda el cooperante. “Eran sobre todo niños pequeños, de entre cinco y diez años, y menores de tres años. Muchos resultaron heridos, en especial por golpes de machete”, dice.
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Barreras
La oenegé tomó la decisión, en acuerdo con otras entidades humanitarias internacionales, de organizar su salida. El primer convoy, organizado a inicios de junio con el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), logró llegar a Burundi. El del 18 de junio, que no se pudo hacer con el CICR, “fue aún más arriesgado”.
“El convoy avanza hacia incógnitas increíbles, hay barreras donde los militares obligan a salir a los niños, que arriesgan su vida cada vez”, relata Imhof. Recuerda las tragedias que presenciaron estos niños para sobrevivir y los “traumas que cargan”. Muchos de ellos “vieron masacrar a su familia”.
“Su vida cotidiana consistía en huir de la muerte varias veces por día”, cuenta. Treinta años después, Claire Umutoni, huérfana del genocidio tutsi junto a sus cuatro hermanas, narra esos momentos con una agudeza que estremece. “Recibimos una llamada telefónica hacia el 20 de abril de una persona cuya voz mi padre reconoció; sabía que era uno de los dignatarios de la ciudad de Butare (sur), que le dijo ‘tu hora ha llegado’”.
Los padres pidieron entonces a sus hijas salir inmediatamente de la casa. Claire, de 17 años, y sus hermanas se refugiaron en diferentes sitios de los que serían expulsadas. La joven se convierte de golpe en jefa de familia de sus cuatro hermanas tras la muerte, con una “crueldad inimaginable”, de su madre el 26 de abril y de su padre el 10 de mayo. Las hermanas se refugian en una escuela.
“Caían bombas cerca de la escuela donde estábamos con varios huérfanos; los niños habían sufrido todo tipo de heridas, en el cuerpo y emocionales, era terrible”, suspira Claire en Canadá, donde vive. El 3 de julio Claire sería llevada a Burundi en uno de los convoyes con varios huérfanos.
“Caos”
“Recuerdo que en la carretera había muchos genocidas huyendo con martillos y machetes (...) era un caos porque el FPR estaba a las puertas de Butare, pero aún había genocidas que querían matar a los tutsis”, cuenta. Recuerda también los controles de carretera a cargo de milicianos que llevaban “porras, grandes cuchillos de matadero, granadas” y su “sensación de miedo constante”.
Finalmente, Claire y sus hermanas son acogidas por unas tías. “Mi tía decidió enviarme a Canadá en 1999, a un país lejano, para empezar una nueva vida, para reconstruirme... y elegí no caer en la locura”, cuenta Claire, ahora funcionaria en la Oficina del Consejo Privado de Canadá y madre de tres hijos.
Regresó a Ruanda en 2008 para enterrar a sus padres, cuyos cuerpos finalmente fueron identificados. Para Beata, el año 2024 marca un “despertar”. “Los que eran pequeños entonces por fin están conociendo esta historia, y eso es poderoso”, dice. Tras la publicación de su libro fue contactada por varios de los niños salvados, ahora adultos. “Cuando alguien se pone en contacto conmigo, le explico que puedo enviarle fotos e intentamos averiguar en qué convoy estuvo, el libro tiene un impacto”.
“Gracias a ustedes”
Varios de los “niños de los convoyes” se reunieron por primera vez el pasado 30 de junio con cooperantes y periodistas que participaron en su exfiltración. El encuentro, al que asistió la AFP, tuvo lugar en el Memorial de la Shoah, en París. Cuando Nadine Umutoni Ndekezi -que ahora vive en Bélgica- toma la palabra, evocando sus recuerdos del convoy del 3 de julio que la exfiltró del orfanato en el que se había refugiado cuando sólo tenía nueve años, la emoción se apodera del auditorio.
Agradece “la valentía” de quienes participaron en los rescates. “Estamos aquí hoy también gracias a ustedes, porque no se dieron por vencidos”, dice esta mujer, ahora trabajadora social en salud mental y madre de un adolescente de 14 años. Agradece también a Beata, que le permitió “al fin” saber quiénes le ayudaron a escapar.
“Son nuestros héroes, hicieron un acto increíble”, abunda Claire Umutoni, en declaraciones a AFP. Al final de la entrevista, Claire resume los últimos 30 años. “Elegí vivir en nombre de nuestro pueblo, que fue asesinado cuando no era culpable. Para permanecer digna e íntegra frente a los genocidas”.
Fuente: AFP.
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Ybycuí, una joya turística por descubrir en Paraguay
Envuelta en una exuberante vegetación, cerros y collados, recibe a visitantes la encantadora ciudad de Ybycuí, un destino fascinante tanto para los amantes de la naturaleza como para los apasionados por la historia. Ubicada en el departamento de Paraguarí, a unos 123 km de Asunción, cuyo nombre en guaraní se traduce “arena”.
Cuenta con 17.972 habitantes, la economía local se basa más en la agricultura, la ganadería, el turismo, además de la explotación forestal, hilanderías, desmotadoras de algodón, fábricas de carbón y comercios. Para dar a conocer el gran potencial de esta localidad, el diario La Nación/Nación Media dedica un especial centrado en sus principales atractivos turísticos.
Rica en paisajes naturales, concentra atractivos como el Parque Nacional Ybycuí, el Salto Cristal, el Cerro San José, la Fundición de Hierro Ybycuí, el Museo de La Fundición, el Museo del General Bernardino Caballero, el Museo de Mauricio Cardozo Ocampos y la Iglesia.
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La intendenta del municipio, María Cristina Servín, habló acerca del gran atractivo que representa la ciudad con las bondades ya destacadas. Si bien prefirió no lanzar números en cuanto a los ingresos que genera el turismo, ya que no se cuenta con un sistema que pueda trazar información, animó a todos a aventurarse y conocer Ybycuí.
Anticipó además a LN que para fin de año tienen previsto lanzar una serie de combos promocionales de todos los atractivos turísticos que explota la ciudad, para lo cual se habilitará una oficina de guía turística dependiente de la comuna.
Principales atractivos turísticos
Famosa por su hermoso Parque Nacional de Ybycuí, que atrae a visitantes y que contribuye significativamente a la economía local a través del turismo, cuenta con 5.005 hectáreas, 13 saltos de agua de los cuales 3 son los habilitados al público: Salto Mina, Salto Guaraní y Salto Mbocaruzú.
Ideal para hacer senderismo, turismo de aventura, camping, picnic, posee un mirador para observar el Bosque Alto Semideciduo que linda con el Bosque Atlántico, con árboles de entre 5 a 10 metros, además de encontrar al ave característico en la zona, el bailarín azul, contó a La Nación Juana Brizuela, voluntaria del grupo de jóvenes Descubriendo Ybycuí, facilitadores de turismo para la conservación de la biodiversidad.
Es así que el parque es uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad, los visitantes pueden explorar una variedad de senderos ecológicos, disfrutar de los refrescantes saltos y cascadas, y aprender sobre la historia de la antigua fundición de hierro que fue crucial durante la Guerra de la Triple Alianza.
Se trata de un espacio ideal para los amantes de la aventura y los interesados en la historia paraguaya. Además, es un lugar excelente para la observación de aves y otras actividades al aire libre, ya que es considerado una de las áreas protegidas más importantes del país.
En promedio ingresan unos 10.000 visitantes de forma anual, entre turistas nacionales y extranjeros, quienes también aprovechan para admirar la fundición de hierro y el museo.
El Cerro San José, otro de los atractivos naturales que ofrece Ybycuí, se encuentra camino a La Colmena, a 12 km del caso urbano de la ciudad, recientemente declarado como Área Protegida por la Senatur, con unos 565 metros de altura.
Anteriormente conocido como cerro Tatu Cuá, contaría con un pozo de profundidad desconocida, que se cree que es un volcán apagado. Es el pico más alto de la ciudad.
Salto Cristal
El famoso Salto Cristal está ubicado en el distrito de Ybycui, compañía Isla Alta, pero la principal forma de acceder es a través de La Colmena. Se trata de una de las atracciones naturales más impresionantes de Paraguay, conocida por su imponente caída de agua de aproximadamente 45 metros. Rodeado de una preponderante vegetación y un ambiente natural que invita a la aventura y la relajación.
Es un destino por excelencia tanto para los amantes de la naturaleza como para aquellos que buscan un escape tranquilo en el corazón de Paraguay. Además de disfrutar de la vista del salto, los visitantes pueden explorar senderos, disfrutar de un picnic en las áreas designadas, sumergirse en las refrescantes y cristalinas aguas del pozo natural que se forma al pie del salto.
Capital del hierro
Llamada capital del hierro en Paraguay, por la Fundición de Hierro y Arsenal de Minas Cué, conocida como La Rosada, que empezó a funcionar en épocas de Don Carlos Antonio López. Fue una de las primeras industrias de este tipo en el país y en Sudamérica y jugó un papel importante en la historia económica de Paraguay por el pasado industrial y bélico.
Allí se fabricaban municiones y pertrechos de guerra, cañones y herramientas, además de piezas para las naves marítimas de la flota paraguaya que posteriormente tendrían esencial importancia en la defensa nacional.
Actualmente está en ruinas, a la espera de que se le vuelva a dar importancia. Es imperante restaurar tan valiosa reliquia de la historia paraguaya, ya que la ex fábrica se encuentra en muy mal estado, indicó la jefa del Parque Nacional, Rosa Benítez.
El Museo de La Fundición, que se encuentra en el mismo predio de la fábrica de hierro, explica la historia del sitio y su importancia durante la guerra. Es una excelente parada para entender más sobre el patrimonio cultural e histórico de la región. Expone artículos utilizados para la fundición de hierro, como armas fabricadas en el lugar.
Rica en historia
Ybycuí es también cuna de ilustres, como el maestro Mauricio Cardozo Ocampo, músico, compositor, poeta y director, creador de la emblemática música “Galopera”, por lo que la ciudad fue declarada como “Capital Nacional de la Galopa”.
En su honor se mantiene el Museo Mauricio Cardozo Ocampos dentro de una institución estudiantil, detrás mismo de la Municipalidad. En el lugar se puede apreciar lo que fueran las pertenencias del músico, como su poncho, tabaco, baúles, sillas y más. Se dice que utilizaba el lugar como una oficina. Al museo se puede ingresar de forma gratuita, previa coordina con la institución o con @descubriendo_ybycui.
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Otra de las figuras importantes de la ciudad fue el general Bernardino Caballero, conocido como “El Centauro de Ybycuí”, en cuyo honor están la avenida y el Colegio Nacional que llevan su nombre. Fue un importante líder político, militar y presidente de la República, por ello, a la ciudad también se la conoce como la “cuna de Bernardino Caballero”, uno de los fundadores de la Asociación Nacional Republicana (ANR) o Partido Colorado.
Actualmente, la que fuera su vivienda es el Museo General Bernardino Caballero, muy visitado por los turistas que buscan conocer un poco de la historia paraguaya. Se encuentra camino al parque, cerca de la Escuela Agrícola, allí se pueden encontrar algunos objetos personales, escrituras, instrumentos musicales, utensilios de hierro y más. La entrada es gratuita y está abierta de 8:00 a 15:00.
Otro atractivo es la Iglesia de San José, construida por el padre Julio César Ortellado, sacerdote diocesano, párroco cuya vida sacerdotal fue “una bendición de Dios para su pueblo”. Única iglesia en forma de cruz, donde descansan los restos del religioso a quien se pretende santificar.
Es así que Ybycuí ofrece una amplia gama de atractivos, además de posadas turísticas para alojarse, cuyas opciones se pueden encontrar en Reptupy Red de Posadas Turísticas del Paraguay, en el folleto de posadas turísticas de la Senatur o en Visit Paraguay.
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Silvia Cubas: “Hasta ahora nos preguntamos, ¿por qué ella?”
- Por Karina Ríos
- karina.rios@nacionmedia.com
Hoy se conmemora dos décadas del secuestro de Cecilia Mariana Cubas Gusinky, hija mayor del expresidente Raúl Cubas y la exsenadora Mirta Gusinky. Cecilia era una persona alegre y con muchas ganas de vivir, cuya vida fue truncada por el grupo criminal autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
Con solo 31 años, Cecilia fue tomada de rehén por el grupo criminal que tres meses después decidió acabar con su vida. Su familia aún se pregunta por qué la mataron y acompaña en el dolor a cada uno de los secuestrados en Paraguay. El 21 de setiembre del 2004 Cecilia estaba por llegar a su casa cuando fue interceptada por el EPP, que en medio de disparos y mucha violencia la secuestró. “Hasta ahora nos preguntamos, ¿por qué ella?, ¿por qué le hicieron esto?, ¿por qué le mataron? Son preguntas que nunca van a tener respuesta porque no hay forma de justificar lo que le hicieron”, expresó su hermana Silvia Cubas, en entrevista con La Nación/Nación media.
Resaltó que recuerda todo como si fuese ayer y que los tres meses que Cecilia estuvo secuestrada fueron de esperanza, de que pudiera volver con vida de aquella terrible pesadilla. “Nadie está preparado para atravesar una situación como la que nos tocó vivir a nosotros y les toca vivir a otras familias acá, en Paraguay, pero llega un momento en el que te das cuenta de que lo que te mantiene en pie durante un secuestro es la esperanza de que tu familiar, en este caso mi hermana, sea liberado y pueda volver sano y salvo”, subrayó Silvia.
La familia Cubas Gusinky quedó destrozada tras la terrible noticia de que su querida hija Cecilia fue hallada muerta en una casa de la ciudad de Ñemby, pero entregarse al dolor no era una opción por lo que se propusieron a buscar justicia. Durante estos 20 años hubo logros importantes, fueron condenadas varias personas, pero aún hay prófugos.
“Cuando esa esperanza se termina, lo único que uno piensa es ¿qué vamos a hacer ahora? En nuestro caso, como familia, decidimos que no íbamos a entregarnos al dolor que nos produjo lo que le hicieron a Ceci. Sobre todo mi mamá, Mirta Gusinky, que dedicó su vida a pelear por una justicia verdadera para mi hermana”, relató. Silvia profundizó que aprendió a convivir con lo que vivieron como familia, “uno no se olvida, no es que pasa, es una marca, una herida que uno lleva de por vida” y para la que nadie está preparado, “que le pongan precio a la vida de un familiar y que decidan matarlo porque no cumpliste con las expectativas o simplemente porque era el plan que tenían diseñado”, lamentó.
PRIMERA VÍCTIMA
Cecilia Cubas fue la primera víctima fatal de secuestro del EPP, su trágico desenlace conmocionó a la sociedad y marcó la historia del país. “Fue la primera víctima mortal del EPP y es impresionante cómo el país sufrió con lo que le pasó. Creo que, a través de nuestras palabras, es como que toda la gente la pudo conocer y hasta quererle. Entonces, es como que esto fue un golpe realmente para todos los paraguayos, no solo para la familia y los amigos de Cecilia”, indicó Silvia a LN. Recordó a su hermana mayor como una persona alegre, auténtica, cariñosa, generosa y que nunca veía malicia en las demás personas. “Era una luz, brillaba siempre y no necesitaba decir ni hacer nada, transmitía muchísima alegría donde quiera que vaya. Era una persona supersensible y las situaciones dolorosas le afectaban muchísimo. Era mi hermana mayor, pero a la vez era como la más chica de la casa, siempre la cuidamos y protegimos más, porque no veía malicia en nadie”, afirmó.
“LA JUSTICIA HIZO SU PARTE”
Tras el fatal desenlace, el Ministerio Público inició las investigaciones logrando condenar a 11 personas por el secuestro y muerte de Cecilia. Entre ellos Osmar Martínez, Anastasio Mieres Burgos, Francisca Andino, Vaciano Acosta, Pedro Chamorro, José Domingo Hidalgo, Manuel Portillo, Roberto Otazú, Rosalba Jara Drackeford, Lidia Samudio y Aldo Meza.
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Rinden homenaje a Guido Boggiani con conferencia virtual de académico italiano
Al cumplirse el aniversario 163 del nacimiento del artista y etnólogo italiano Guido Boggiani, la comunidad ítalo-paraguaya inicia, este viernes 20 de setiembre, una serie de actividades culturales. El homenaje abre, hoy a las 17:00, con la conferencia online “Un diplomático italiano en el Gran Chaco”, recordando el legado del inmigrante italiano que dedicó su vida al estudio del Gran Chaco; a cargo del académico italiano Gherardo La Francesca, estudioso de Boggiani y creador del Museo Verde. Los interesados pueden inscribirse a través del enlace https://bit.ly/registroconferenciabilingüe.
En el mismo evento se presentará el libro “Il Chaco Ieri e Oggi: Sulle orme di Guido Boggiani” (El Chaco ayer y hoy), una obra que sigue las huellas de Guido Boggiani y explora su legado en la región chaqueña del Paraguay. No solo ahonda en los aportes de Boggiani, sino que también ofrece una perspectiva contemporánea sobre el Chaco y su evolución histórica.
Nacido el 20 de setiembre de 1861, en Omegna (Italia), Guido Boggiani fue un antropólogo, fotógrafo y pintor que dejó una huella indeleble en Paraguay. Su profundo amor por el país y su dedicación a explorar el Chaco han dejado un legado valioso. Boggiani llegó al país en 1888. En Puerto Casado tuvo su primer contacto con los grupos indígenas guaná y zanapaná. En 1893 volvió a Italia llevando consigo una colección de interés antropológico sobre las culturas indígenas y publicó libros referidos a su experiencia. En 1896 regresó a Paraguay con cámara fotográfica, trípode y otros elementos para el revelado de las placas de vidrio. Falleció el 7 de mayo de 1902, en Puerto Casado (Alto Paraguay), parte del Chaco.
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Estudioso de Boggiani
Gherardo La Francesca nació en Roma en 1946, estudió derecho, es diplomático, profesión que ejerció en Grecia, Egipto, Japón, Argentina, Chipre y Brasil donde terminó su carrera como embajador a finales de 2012, que abarca también la asignación de director general de Asuntos Culturales en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Italia.
En Paraguay, donde vivió desde febrero 2013 a agosto 2016, ha contribuido a la exposición “El Círculo Imperfecto” sobre la vida y obra de Guido Boggiani; fue a su vez el comisario de una exposición sobre la obra de Emilio Salgari y coordinador de la misión etnográfica y arqueológica en Alto Chaco a quien se debe recientes descubrimientos importantes sobre los antiguos habitantes de esta parte de Paraguay.
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Tributo a Ennio Morricone
El jueves 26 de setiembre, a las 19:30, se celebrará el lanzamiento de la revista “Inmigrantes” en su formato digital, acompañada de la conmemoración del 35.° aniversario de Foto Estudio Bardella, en el Salón Giuseppe Verdi (Alberdi casi Humaitá) de la Scuola Dante Alighieri. El evento incluirá una muestra fotográfica en homenaje al trabajo realizado por Foto Studio Bardella en sus más de tres décadas de existencia, y contará con la participación de importantes figuras artísticas como el tenor napolitano Gaetano Assalto, Lilian Doldán y su elenco, y la talentosa Bianca Garcete.
Este evento está organizado por la Revista Inmigrantes de la Comunidad ítalo-paraguaya, Foto Studio Bardella y la Sociedad Dante Alighieri, con el apoyo de la Embajada de Italia en Paraguay, la Asociación Emilia Romagna y SAX. Esta celebración busca resaltar la importancia de la migración italiana en Paraguay, así como el legado artístico y cultural que se ha forjado a través de los años. La entrada es gratuita con reserva previa al 0974 812022.
Por otra parte, el sábado 5 de octubre, a las 19:30, se rendirá homenaje al legendario compositor italiano Ennio Morricone con un concierto de gala en la Scuola Dante Alighieri (Alberdi casi Humaitá). El evento contará con la participación de la Banda de Músicos de la Scuola Dante Alighieri y la Banda Sinfónica de la Policía Nacional, bajo la dirección del maestro Oscar Barreto y el maestro Wilfred Scheiffele. Este concierto ofrecerá un recorrido por las composiciones más emblemáticas de Morricone, resaltando su inmenso legado musical.