Instalar cámaras en la casa ya no es garantía de seguridad porque los delincuentes roban hasta estos dispositivos de videovigilancia, un primordial elemento de apoyo de la Policía al momento de identificar a los ladrones. Es lo que ocurre en el barrio Santa Rosa de Capiatá donde los vecinos sufren un verdadero calvario y ya no saben qué medidas adoptar para protegerse del auge de la delincuencia en la zona.

Específicamente en el kilómetro 18 de esta ciudad del departamento Central empeora cada día más la presencia de usuarios de drogas que asestan sus golpes de día y de noche. Prácticamente se apoderaron de todas las cuadras y convirtieron en un aguantadero donde venden y consumen todo tipo de sustancias. Llegaron al colmo de hurtar hasta los aparatos de videograbadoras que con mucho sacrificio algunas familias lograron colocar en sus viviendas supuestamente como medida de resguardo ante el acecho de los ladrones.

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Un vídeo que registra el momento en que los rateros con toda impudicia desactivan los artefactos, se hizo viral en redes sociales. Se observa que se trata inclusive de menores de edad que ya están sumergidos en el mundo de las drogas y son inimputables a la hora de ser juzgados por los organismos encargados de garantizar la seguridad ciudadana.

Los pobladores están hartos y piden acciones más concretas de la Policía Nacional y el Ministerio Público, ya que la ola de inseguridad atemoriza y preocupa a todos. Consideran que por ser una de las ciudades más complejas del undécimo departamento deberían tener un tratamiento más especial por parte de las autoridades.

Plantean que se refuerce la presencia de las fuerzas de élite de la Policía, ante la gravedad de lo que está ocurriendo y antes de que haya víctimas que lamentar. La gente cada vez vive más enrejada que nunca y sin siquiera poder conciliar el sueño, ante la amenaza de perder desde cosas materiales hasta la vida misma, en manos de estos consumidores de drogas que actúan por necesidad, desesperación o impulso.

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