La ministra de Defensa Pública, Lorena Segovia, afirmó que el control de las mochilas implementado por el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) no es el camino para solucionar la violencia en las instituciones educativas del país, señalando que “se deberían llevar a cabo acciones a partir de las realidades que podemos ver”.

Al respecto, sostuvo que se deben identificar los focos de violencia en un trabajo conjunto con todos los miembros de la comunidad educativa, a fin de establecer acciones y medidas que favorezcan a la seguridad en las escuelas y colegios.

“Es preocupante que una mujer (docente) pierda la vida trágicamente en un colegio, y también es sumamente trágico que sea un adolescente quien provoque ese daño, por lo cual no se pueden desatender las dos circunstancias. Por un lado, entendemos la necesidad del MEC de mantener la seguridad en las escuelas y, por el otro, hacemos un llamado a la reflexión de la violencia subyacente, que amerita una serie de acciones”, dijo ministra a la 1020 AM.

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Trabajo conjunto

La ministra considera importante que este trabajo de verificación de focos de violencia y su posterior tratamiento lleven a cabo entre los miembros de la comunidad educativa y la familia, con el apoyo de la Consejería Municipal por los Derechos del Niño, Niña y Adolescente (Codeni) y de las municipalidades.

“La gente se asombra de este último suceso (Colonia Independencia, Guairá) y yo lo que les señalo es: ‘el asombro para nosotros o la expectativa de que iba a suceder cualquier cosa o más, es la de todos los días´. Cuando estamos viendo que casos de abuso sexual y de maltratos a niños, niñas y adolescentes van en aumento, tenemos que identificar eso como una situación alarmante y cómo nos estamos relacionando en la familia entre padres e hijos”, agregó.

Violencia estructural

Sumado a esto, la titular del ministerio Defensa Pública señaló que la violencia estructural, como la pobreza, la educación precaria y la falta de acceso a la salud, van generando como “un caldo de cultivo”, que grafican que los niños y adolescentes están siendo sometidos a un estrés mucho más alto de lo que pensamos. “Entonces, podemos tomar muchas medidas, pero si estas no van al fondo de la cuestión; no tendremos resultados”, remarcó.

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