En la cuarta carta dirigida a las familias y al pueblo paraguayo, el obispo de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, se refirió a la realidad queremos, para lo cual se debe hacer una mirada a todos los aspectos de la vida de la nación, sean estos del ámbito social o político, la economía, la educación, la Iglesia, la ciencia, la administración de la justicia y los poderes del Estado.

En ese sentido, el religioso dijo existe una preocupación con relación al manejo de la economía del país, pues hace poco hemos salido de una pandemia “y por poco, como resultado inmediato, no hemos caído en una debacle económica”. El obispo lamentó el endeudamiento en el que está medito el país, “con cifras siderales, miles de millones de dólares, como deuda externa, que representa un altísimo porcentaje del producto interno bruto”, indicó. Agregó, además, que no es prudente seguir sacando créditos.

“No nos parece prudente hacer préstamos y más préstamos y aprobar, deliberadamente, un presupuesto deficitario; gastos y más gastos sin tener aún con qué pagar. El panorama sombrío de nuestra economía apunta directamente a la quiebra con toda la consecuencia que se puede derivar”, advirtió. Recordó que cada tanto escuchamos que se tiene la idea de endeudarse más y más, inclusive para pagar sueldos y aumentos salariales de algún sector de los funcionarios públicos.

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Foto: Christian Meza.

Asimismo, se refirió al Tratado de Itaipú, cuya próxima renegociación del Anexo C está próximo. En ese sentido, indicó que “seguimos en cuestiones banales sin colocar este tema en la agenda de cuestiones relevantes. Unos cuantos, seguramente, ya saben qué deben hacer, pero nadie conoce si los beneficios serán para la República del Paraguay o, una vez más, serán solamente para beneficio de unos pocos”, indicó.

“Los partidos deben revelar, de antemano, a quienes proponen para conducir la renegociación y qué se proponen conseguir para el Paraguay. La fecha para la renegociación se aproxima y solo observamos algunas iniciativas aisladas; pero, en general, todos seguimos pasivos, al parecer con pocas esperanzas, con poco interés en algo de vital importancia. La energía es nuestra tercera fuente de ingresos y puede llegar a ser la primera. Deseamos percibir un mayor movimiento y dinamismo en torno al tema. No estamos haciendo lío como nos recomendó el Papa Francisco. Hagamos lío ahora y no nos lamentemos después”, recomendó.

El obispo de Caacupé también se refirió al cíclico deseo de hacer cambios en la educación, lo que lleva a polarizaciones que deriva en violencia verbal, hostigamiento y descalificación. Sin embargo, reconoció que nuestro sistema educativo es deficiente y necesita una transformación. “Pero ese cambio deberá realizarse sin ideologías que desvirtúan la naturaleza humana. Esa educación debe ser integral e integrada y debe responder a toda la realidad del hombre y de la mujer, un proceso educativo que respete la identidad sexual, la cultural del pueblo paraguayo y la dimensión trascendente de la vida”, indicó.

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Muchísima gente siguió caminando esta mañana para llegar junto a la Virgen. Foto: Nadia Monges.

Aspectos positivos

Asimismo, el religioso hizo alusión a la organización de los XII Juegos Sudamericanos Odesur y destacó la brillante organización, así como el comportamiento ejemplar del público y de los atletas, instando a las instituciones educativas y clubes de todo el país a replicar lo bueno para dar una oportunidad de una vida más sana y de una libertad creativa.

“Enfatizamos el pacífico comportamiento colectivo en torno a la fiesta deportiva y el trato decente de nuestra gente con los visitantes y turistas lo que contrasta radicalmente con la violencia institucional creada en torno al fútbol como referente negativo de una inconducta que debe superarse. Felicitamos a los atletas y pedimos aplausos para ellos que demostraron que si se quiere, se puede”, remarcó.

Entre los aspectos positivos, el obispo de Caacupé también se refirió al nombramiento de monseñor Adalberto Martínez, como cardenal paraguayo, y al premio que ganó la guitarrista Berta Rojas, quien se consagró en dos categorías de los prestigiosos premios Grammy Latino.

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Monseñor Ricardo Valenzuela ofició la misa central de Caacupé. Foto: Nadia Monges.




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