Esta semana la señora María Erenia Rotela viuda de Mercado, muy querida en la ciudad de Minga Guazú, destacada por sus allegados y vecinos como la mujer de hierro, luchadora, preocupada y ocupada por todos en su comunidad, celebró sus 82 años de vida. Desde siempre doña María, junto a su marido, fueron muy queridos en la ciudad donde se dedicaban a la agricultura para sacar adelante a su familia.

Pero doña María a lo largo de su vida no solo se dedicó a sacar adelante a sus 14 hijos e hijas, si no que también a ayudar a los que más necesitaban en su comunidad. Pese a que todos los días salía de madrugada para poder vender sus productos, ella nunca estuvo ajena a extender la mano a sus vecinos que, como ella, eran muy humildes.

Sus hijos que hoy son todos profesionales solo tienen palabras de agradecimiento hacia su madre, a quien ven como una mujer fuera de serie y que les inculcó valores que siempre perdurarán en la familia. “Mi mamá luchó a la par que mi papá que falleció a los 85 años. Gracias a Dios la tenemos con vida, pero su mente es todavía brillante”, dijo en contacto con La Nación su hija, la hermana Salvadora.

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Indicó que tantos años de trabajo y lucha por la familia deterioraron bastante a doña María, que ya luce con un cuerpo cansado, pero cuya espiritualidad y conocimiento siguen intactos como para seguir guiando a sus seres queridos por el camino del bien. “Se le ve cansada y muy estresada, pero tiene una sabiduría única. Aún tiene la respuesta exacta para todo”, explicó.

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Pioneros en Minga Guazú

Relató que sus padres fueron los pioneros en la ciudad y que residen en Minga Guazú desde 1960, cuando todo aún era monte, años en que los caminos eran solo un sueño, y fue en ese lugar donde comenzaron a cultivar sus productos. “Sufrieron muchísimo, pero estaban acompañados por un buen pastor el sacerdote Guido, que fue un verdadero guía espiritual para todos los vecinos de la zona”, confirmó.

Agregó que nunca les faltó nada, gracias al trabajo de sus padres, que en la mesa siempre había frutas y verduras para todos. “En mi familia nunca conocimos lo que era la enfermedad porque mamá era una persona muy sabia y siempre nos llevó a los hospitales ante cualquier enfermedad, para aplicarnos las vacunas, pese a tener tantos hijos. En primer lugar, nos cuidaba la salud, la educación y la alimentación”, detalló.

La hermana confirmó que sus padres hacían un gran trabajo en equipo, ya que mientras su padre cultivaba la tierra y cosechaba, su madre se encargaba de vender los productos para poder salir adelante. “Mi mamá se iba hasta el mercado, que en ese tiempo eran puestitos en la ciudad, con sus naranjas, mandarinas, mandioca y se movilizaba en colectivo, era un sacrificio inmenso. Para poder sacarnos adelante”, señaló.

Afirmó que su madre siempre tuvo el sueño de que sus hijos sean profesionales y que nunca se sacrificaran como ella lo hizo. “Siempre nos decía que cuando iba a la ciudad veía a los hombres y mujeres trabajando elegantemente y ese era su sueño para sus hijos. Le pedía a Dios que ese sea el futuro de sus hijos, que no se sacrificaran tanto como ella lo hizo. Porque en verdad sufrió muchísimo”, indicó.

Tiene 40 nietos y 14 bisniestos. Foto: Gentileza.

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Todos profesionales

Resaltó que hoy en día todos sus hijos son profesionales, entre ellos abogados, economistas, periodistas, una religiosa, médicos, mecánicos, escribanos, y que nadie quedó sin estudiar; además, que todo lograron culminar sus estudios gracias a sus padres. “Le pidió a Dios que le dé a sus hijos diferentes profesiones para que nosotros podamos ayudarnos y ayudar a los demás, el señor le cumplió su promesa”, expresó.

Confirmó que cuando comenzó la época en que tenía que ir a la universidad, sus padres vendieron parte de la propiedad que tenía para poder solventar los estudios de sus hijos. “Luego compró otros terrenos, ella era una master en administración pese a no culminar sus estudios. De esto nació la inmobiliaria San Blas que abrió con ayuda de mis hermanos. Eso más o menos hace 30 años y mi mamá se sigue manteniendo de eso”, contó.

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Una fiesta como se merece

Manifestó que luego de varios años la familia logró estar reunida en su totalidad ya que la hermana Salvadora reside en Roma por el servicio que están haciendo para la congregación. “Le hicimos una fiesta como ella se merece. Somos 14 hermanos, una de mis hermanas falleció a los 5 años por un paro cardiaco, pero también crió a varios hijos espirituales”, confirmó.

Por último, detalló que su madre siempre trató a todos como una familia más, que fue y sigue siendo una mujer muy solidaria con todos los que llegaban a su casa, como a la inmobiliaria. Hoy celebra la vida con sus 13 hijos, 40 nietos y 14 bisnietos. “Siempre estuvo para ayudar a sus vecinos y nos inculcó siempre eso, y lo sigue haciendo con toda la familia”, puntualizó.

Doña María crió a catorce hijos, nueve varones y cinco mujeres. Foto: Gentileza.

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