Una vez más el uniforme y la imagen del Cuerpo de Bomberos Voluntarios del Paraguay (CBVP) se ven manchado por la acción deleznable y criminal por parte de inadaptados y delincuentes que se cuelan en sus filas con el fin de cometer sus fechorías.

El pasado domingo 2 de enero, dos bomberos totalmente identificados abusaron sexualmente de una joven aspirante de 20 años tras una larga jornada de práctica, en el que se hizo la famosa “vaquita” para compartir vivencias y anécdotas con sus superiores, aquellos a los que ven como “héroes”, que finalmente se convirtieron en agresores.

Estos dos hombres abusaron de la joven, según el relato de la víctima, la drogaron con una pastilla que le dijeron que era un analgésico de pronto alivio para la resaca.

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Al día siguiente, descaradamente, uno de los agresores de la joven va hasta la propia casa de su víctima a entregarle un anticonceptivo conocido como “el día después” debido a que estos no utilizaron protección para cometer el hecho, y al momento de entregarle este la amenazó con que si hablaba nadie le iba a creer.

“Las buenas noches se han acabado para mí y mi familia en la fecha 2 de enero de este año, cuando dos despreciables hombres abusaron sexualmente de mi hija. Ella se distingue por ser una chica buena, amable y servicial que decidió que quería ser útil a su comunidad uniéndose al Cuerpo de Bomberos, lo que en un inicio era motivo de orgullo para nosotros, no nos imaginábamos que después se convertiría en una pesadilla”, escribió en su cuenta de Facebook la madre de la joven agredida.

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La denuncia fue presentada por la joven agredida sexualmente el pasado 10 de enero en contra de Rodney Piris y César Federico Molinas, sindicados por el hecho punible de abuso sexual, según la representante legal de esta, la Dra. Mayra Torres, quien señaló que la denuncia se dio luego de otra jornada de práctica entre bomberos, cuando la joven entró en pánico al ver a uno de sus agresores.

Uno de sus superiores se dio cuenta de que la joven empezó a tener crisis de pánico y fuertes reacciones ante la presencia de uno de sus agentes, la separó del grupo y esta no paraba de llorar y temblar. Le consultó si quería hablar con una mujer, esta respondió que sí y fue a llamar a una teniente. En medio de la crisis, la joven terminó confesando lo sucedido aquel día de práctica. Estos la instaron a realizar la denuncia y que la Justicia actúe para que ella pueda recibir atención y pueda seguir su vida con normalidad.

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Así lo hizo la joven, quien realizó la denuncia ante el Ministerio Público, pero lamentaron que hasta el momento no se hizo mucho en torno a esta denuncia. Según la representante legal, la Fiscalía debía realizar varios allanamientos de oficio a fin de recabar pruebas.

Lamentó también que la Compañía de Bomberos de Ypacaraí recién a las 96 horas presentó cámaras de circuito cerrado y que la farmacia de donde uno de los victimarios compró una pastilla anticonceptiva del día después tampoco cedió las imágenes para corroborar esa acción.

“La denuncia ya está en el Ministerio Público, se están haciendo las declaraciones judiciales, no tanto con la celeridad que quisiera, porque la Justicia en Paraguay está muy atrasada”, lamentó Torres.

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