Las soñadas vacaciones en las playas de Brasil se están volviendo una pesadilla para muchos paraguayos. Desde diferentes balnearios llegan reportes sobre cuadros gastrointestinales que están afectando a familias enteras que decidieron veranear en los tradicionales destinos turísticos del vecino país.

Casos de vómitos, diarrea y dolores estomacales obligan a los veraneantes a permanecer en los hoteles donde se hospedan, privándose de disfrutar a pleno de esas jornadas de sol, playa y mar para las que con tanta ilusión ahorraron (o, en muchos casos, se endeudaron).

En la comunidad de Facebook “Paraguayos en Auto al Brasil”, Jani Giangreco advirtió sobre la penosa situación que se está viviendo allá. Contó que del grupo familiar de cinco integrantes con el que viajó, solamente uno no se vio afectado por dichos malestares. “La mayoría dice que es por el agua del mar o la del grifo, pero lo cierto es que muchos están pasando por lo mismo acá”, indicó Jani.

Los virus intestinales son más frecuentes durante el verano debido al aumento de la temperatura, que favorece la degradación de los alimentos, resultando además más fácil que se pueda romper la cadena del frío de los mismos, una situación muy común en los viajes. Precisamente, los médicos llaman a estos casos “la diarrea del viajero”, donde la deshidratación puede complicar la salud de la persona. Las indisposiciones generalmente duran entre tres y cinco días.

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Otro causal de las afecciones podría, efectivamente, relacionarse con la calidad del agua que, como en consabido, en esos destinos vacacionales no es de la más recomendable para su consumo. El líquido vital es un elemento indispensable para la preparación del tereré, algo del que el veraneante paraguayo no se desprende a sol ni a sombra.

Para evitar enfermarse, en las redes sociales los viajeros más experimentados dan algunas recomendaciones para los que se encuentran en estos momentos vacacionando en Brasil. Entre otras cosas, aconsejan justamente no tomar agua de la canilla. En caso de no tener opción, primero debe ser hervida durante aproximadamente 20 minutos para su posterior consumo, tras dejarla enfriar. Tampoco es recomendable cepillarse o lavarse la boca con agua del grifo, alertan.

Asimismo, esta agua no debe ser empleada para preparar el hielo del tereré. Sobre el punto, advierten que al momento de comprar hielo hay que tener muy en cuenta que se venden de dos tipos, uno para consumo y otro para conservadoras, para mantener frías las bebidas o conservar los alimentos.

Justamente, la negativa experiencia por la que atravesaron Tania Barrios y su familia en Brasil tiene que ver, según cree, con el hielo que consumieron. “Estuvimos con mucho vómito y diarrea. Tomábamos agua mineral. No sé si podría ser a causa del hielo, pero arruina el viaje, lastimosamente”, lamentó.

Un dato sumamente importante: en las aguaterías se venden bidones de 20 litros de agua mineral que se pueden retirar dejando una garantía, que se recupera al devolver el bidón. Este se puede recargar todas las veces que uno necesite.

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Pese al rebrote de casos de COVID-19 a nivel global y el auge de la muy contagiosa variante ómicron, miles de paraguayos salen del país para disfrutar de sus vacaciones en las playas del Brasil. Esta temporada más de 15.000 compatriotas eligieron este destino para veranear.

Para cruzar al territorio brasileño se debe contar con el carné de vacunación contra la fiebre amarilla, así como el carné de vacunación anti-COVID con dos dosis que ya es obligatorio. Al momento de retornar al territorio paraguayo, se debe contar con un test de antígeno realizado 24 horas antes de volver, independientemente a ser extranjero o paraguayo que regresa del vecino país.

En cuanto a la prueba de PCR, esta debe realizarse con 48 horas de anticipación; este nuevo protocolo se aplica a todas las personas que van más allá de la fronteriza ciudad brasileña de Foz de Yguazú.