Hace unas horas, una joven identificada como Mila Olmedo subió a sus redes sociales un video en el que se ve a un hombre y a unos policías forcejear en el habitáculo de un vehículo. Los efectivos policiales le piden que descienda del automóvil, pero el hombre se resiste y pregunta el porqué, todo esto, en medios de empujones y golpes.

Del otro lado, una persona graba lo que acontece a pedido del hombre y en un momento dado, cuando los policías logran esposar al conductor del rodado, la cámara cae y se pierde noción de lo que ocurre después. Durante el audiovisual, no queda claro qué ocurrió y qué motivó la reacción de los agentes y del hombre, a quien finalmente acusaron de “resistencia” por no querer descender de su vehículo.

Ante esto, la joven relató que el hecho fue protagonizado por agentes de la comisaría de Limpio, quienes supuestamente maltrataron a su tío, Blas Antonio Bomblan, paraguayo de 35 años, quien reside en Argentina y vino al país a pasar las fiestas de fin de año. Mila agregó que los uniformados actuaron con suma prepotencia cuando su tío impidió que retengan sus documentos y no se bajó de su automóvil.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Lea también: Aumentan hisopados y positivos por variante ómicron del COVID-19

Alcotest negativo

Uno de los que forcejeó con el hombre fue el comisario Lidio Castiñeira, subjefe de la Comisaría de Limpio, quien manifestó que presumieron que el hombre estaba alcoholizado, por su actitud, pero aclaró que le hicieron la prueba de alcotest y dio negativo. En conversación con Monumental justificó el procedimiento diciendo que el conductor no paraba de tocar la bocina frente a un cementerio.

“Estábamos abocados a un servicio fúnebre en la entrada de un camposanto, por ello cerramos una de las arterias, lo que propició una fila de vehículos que aguardaban pasar por la zona. En un momento dado, los conductores comenzaron a bocinar y comisioné a uno de los uniformados para que eviten que lo hagan, ya que estábamos ante un entierro”, relató Castiñeira.

En principio, Blas aceptó, pero luego retomó de forma reiterada y continua los bocinazos, generando la reacción de los efectivos policiales. “Se le pidió identificarse y en vez de hacerlo salió de la fila, fue de contramano y llegó hasta la entrada del cementerio donde estaba la patrullera. Se le metió de vuelta en la fila y se le informó de su transgresión. Ahí nos comenzó a agredir. Se generó un forcejeo y lo trasladamos a la comisaría”, precisó el comisario.

Leer más: Varios fallecidos por ahogamiento, entre ellos un miembro de la Escolta Presidencial

Perturbación de la paz de los difuntos

De acuerdo a Castiñeira, el hombre no respetó el derecho de los dolientes. “Existe la figura de la perturbación de la paz de los difuntos y polución sonora”, alegó el comisario y explicó que “en el momento que él ingresó en sentido contrario ya estaba poniendo en riesgo a otras personas”.

También contó que Blas manifiesta que fue torturado, violentado, que no se respetaron sus derechos, pero que fue él quien le intentó morder en varias oportunidades y también su hijo, menor de 17 años, que quiso impedir el procedimiento.

“Él estaba muy eufórico y eso daba la impresión de que estaba alcoholizado. Por eso lo trajimos a la Comisaría, donde fue sometido a la prueba de alcotest que dio negativo. Por eso fue puesto en libertad”, ahondó.

Déjanos tus comentarios en Voiz