La infectóloga Sonia Arza explicó que la nueva variante ómicron, así como las otras cuatro también denominadas de preocupación, en primer lugar, escapa a la inmunidad celular natural y a la inferida por las vacunas. “Es importante entender que existen plataformas de vacunas cuya eficacia ante esta nueva variante es menor del 50% y eso implica entonces que básicamente no colabora mucho”, expresó en contacto con “A punto” del canal GEN y Universo 970 AM.

“En segundo lugar, tenemos una población menor de 12 años que no está vacunada, tenemos también poblaciones que están vacunadas en forma heterogénea; es decir, hay personas que están en la cima de la montaña, en este momento, con 3 dosis, y otras que están, digamos, en el valle de esa montaña con una dos dosis o inclusive sin vacunarse”, agregó.

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Arza mencionó que es en ese contexto es que esta nueva variante y las demás son de preocupación, preferentemente la ómicron porque se replica más rápidamente y se disemina más rápidamente. “Va a encontrar población vulnerable y va a generar lo que ya estamos viendo, un aumento paulatino de casos, una saturación también paulatina de terapia intensiva, un colapso paulatino de los servicios de salud”, puntualizó.

“Con 21 meses de pandemia, a partir de aquel marzo del 2020, con personal de salud ya agotado también, entonces se entenderá por qué el contexto no es alarmista; al contrario, es analizar criteriosamente los elementos paraguayos para poder definir en qué situación nos encontramos”, expuso la profesional médica.

Síndrome pos-COVID en niños

Explicó que la gravedad está relacionada a que este fenómeno no aparece cuando el niño está infectado de COVID, sino que también se puede esperar hasta 8, 9 a 10 semanas después de que el niño se curó del virus.

“En este tiempo y en este mismo momento, en la sala a mi cargo de contingencia en el Hospital de Clínicas tenemos dos pacientes con un síndrome denominado de activación macrofágica. Es decir que ocurre 8 semanas después, o 9 o 10. El niño comienza a presentar fiebre permanente y resulta que al hacerle los análisis en sangre verificamos que está básicamente haciendo como una especie de leucemia”, refirió.

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La infectóloga señaló que esto se da mientras que estudian el caso, van llegando y descartando causas infecciosas y oncológicas. “Resulta que derivamos en un síndrome pos-COVID y esa es una situación que, de no identificarse en tiempo y forma, puede generar una alta tasa de mortalidad, igual que la leucemia, porque finalmente la celularidad disminuye y cualquier afección ajena a COVID puede generar complicaciones y desenlaces fatales en la criatura y eso lo vemos”, argumentó.

Señaló que al identificar la causa de este síndrome en el que no solo bajan los glóbulos rojos, blancos y las plaquetas, verifican el estatus familiar de vacunados y resulta que la mamá está con una dosis de vacuna y el papá renuente a vacunarse. “Aunque les explicamos que deben actualizar sus esquemas de vacunación, igual son renuentes. Yo no entiendo, no sé qué más evidencia se necesita para cuando el propio hijo está con esa situación y los padres se niegan a vacunarse”, recalcó.

La doctora Sonia Arza, jefa del Área de Infectología Pediátrica del Hospital de Clínicas. Foto: Archivo.

Prevenir, sin alarmismo

Enfatizó en que lo que quiere expresar no es algo alarmista, sino que es prevenir con tiempo, no reaccionar después, eso es muy importante. “Nosotros somos un país rezagado en vacunación, hemos vacunado a nuestra población con obsequios que nos dieron los países vecinos básicamente”.

Lamentó que cada semana se están perdiendo muchas dosis de vacunas cuando tenemos una población con una cobertura heterogénea, una tercera ola en aumento, un ómicron que está aumentando, una flexibilidad ciudadana a las medidas sanitarias y un incremento paulatino y saturación de los servicios.

“Yo no soy alarmista, soy realista, esto se puede volver a saturar. Que yo sepa ningún técnico, ningún científico a nivel mundial se atreve aún a vaticinar qué es lo que nos espera adelante. Nadie puede decir qué va a terminar mañana o qué va a empeorar pasado mañana. Acá lo importante es ser prudentes, continuar usando el tapabocas es una medida excelente para poder evitar este contagio, vacunarnos en la medida de nuestras posibilidades y no andar diciendo que simplemente es una gripecita”, destacó.

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Así también, recordó que la automedicación está contraindicada y alertó que si un niño comienza a presentar fiebre, manifestaciones respiratorias, rinorrea, deposiciones diarreicas, debe llegar hasta un servicio de salud para que se pueda llegar a un diagnóstico pronto y certero.

“Lo que se debe evitar es justamente la automedicación y llegar tarde a los servicios de salud. Lo importante es que el profesional de salud pueda tener el diagnóstico para tratarlo en tiempo y forma para poder obtener un resultado positivo a favor del paciente”, remarcó la especialista.

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