San José de los Arroyos. Omar Jara. Agencia Regional.

Una chatarrería funciona en medio del vecindario en un barrio muy poblado de San José de los Arroyos, Caaguazú, y según las denuncias contamina el medio ambiente, e incluso causa enfermedades a algunos vecinos. El local de trastos viejos se encuentra en el barrio San Francisco y una vecina, cuya casa está pegada al establecimiento sufre de un cuadro grave de alergia, según se denunció con anterioridad, pero la causa quedó dormida en la oficina de la Fiscalía del área ambiental en Coronel Oviedo.

Los vecinos piden que se mude de lugar porque es inapropiado que un establecimiento de esta naturaleza funcione entre la población, dijeron. La propiedad pertenece a una media hermana del denunciado que vive en Buenos Aires y ahora ella vino al país y encontró que su casa estaba llena de cosas en desuso y le pidió al hombre que saliera de su propiedad pero él no le hace caso, por lo que a su vez recurrió a la Fiscalía.

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El responsable de la insalubre instalación está identificado como Richar Osmar Paniagua Agüero (31), quien de acuerdo a las denuncias, compra todo tipo de materiales reciclables a gancheros del vertedero de Itacurubí de la Cordillera, de donde también traería cargas de desechos hospitalarios que supuestamente incinera en su lugar de trabajo, en total contravención a las normas establecidas para el tratamiento de este tipo de materiales.

La causa tuvo su origen en la oficina de denuncias del Ministerio Público con sede en San José de los Arroyos y de ahí fue derivada a la Unidad Penal Especializada en Delitos Ambientales del Caaguazú, a cargo de la abogada Marta Elena Leiva, con asiento en Coronel Oviedo.

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La actual denunciante es Ermelinda Cabrera (48), propietaria del inmueble y media hermana del sospechado. La compareciente en su declaración ante la unidad fiscal, sindicó como supuesto responsable del hecho al señor Richar Osmar Paniagua Agüero, quien sería reciclador de objetos varios como hierros, plásticos, latas de aluminios y demás cosas que se acumulan en el domicilio y producen mal olor, acumulando así también insectos, de acuerdo a la carpeta fiscal.

“La casa donde vive el señor Richar Paniagua es mi casa y le pido encarecidamente que salga y me vacíe todos los carruajes que están dentro, y él dice que no y que va a hacer ahí lo que quiera”, declaró Ermelinda en la Fiscalía.

Relató igualmente que hace aproximadamente 21 años que se encuentra trabajando en Argentina para buscar una mejor vida y también poder darle lo mejor a su madre. “Venía dos a tres veces al año; la última vez que vine fue en el año 2019 y a mi regreso a la Argentina le llevé a mi madre conmigo para su tratamiento medicinal, y en eso mi hermano se quedó solo en la casa y ahí ya empezó a juntar de vuelta sus carruajes en el interior de mi vivienda. También en una ocasión un vecino ya le había denunciado por el mismo hecho y ni aun así no entiende”, expresó.

David Toledo, un docente residente en la zona, ya había denunciado hace dos años atrás que como consecuencia de las manipulaciones indebidas de desechos al lado de su vivienda, su esposa Benjamina Garcete (42), padecía un grave cuadro de alergia por inhalación tóxica, lo que le “obstruye la respiración y de seguir así, peligraba gravemente su vida”.

La agente fiscal Marta Leiva se había constituido en ese entonces en el lugar, y le dio un plazo de 8 días al denunciado para que presente los permisos correspondientes de la Secretaria del Medio Ambiente de la comuna local y del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible, caso contrario -le previno- será objeto de sanciones y multas, pero la advertencia terminó ahí, sin ninguna consecuencia, según los afectados.

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