El Ministerio de la Niñez y Adolescencia (Minna) se desentendió de la denuncia pública de la implementación de rituales religiosos con niños, en una especie de actos de exorcismo y liberaciones espirituales en una iglesia de Lambaré, que fue principalmente denunciada por polución sonora.

“El Minna no es un ente interventor. Esos niños se supone que están acompañados de sus padres, tienen la patria potestad”, fue la escueta e irrisoria respuesta de la cartera pública ante los cientos de reclamos de la ciudadanía luego de la viralización de videos donde se observa el uso de niños en las cuestionables prácticas religiosas.

La respuesta fue duramente criticada por los internautas en la red social Twitter, quienes consideraron como indiferentes a los responsables de la institución que debe encargarse de velar por el bienestar de la niñez y adolescencia. Tras esta ola de críticas, el ministerio eliminó su publicación, pero quedó en las redes sociales las capturas de pantalla realizadas a las palabras.

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Antecedentes

El caso fue público ayer lunes, cuando en redes sociales se gestó una denuncia pública por polución sonora en contra de la iglesia Ejército de Avivamiento del Reino de Dios, por realizar cultos hasta altas horas de la madrugada con el uso de altoparlantes. Al no tener instalaciones cerradas, los ruidos perturban la paz pública en la zona desde hace más de un año, señala el relato.

La denuncia no solo se ciñó a los estruendosos ruidos, sino también a la aglomeración de personas dentro del templo y la gran cantidad de vehículos mal estacionados en la vía pública. Pero todo pasó a un plano mayor cuando empezaron a viralizarse videos de los rituales y cultos que se realizaban hacia el interior de la iglesia.

Se le observa a un pastor de nombre José Duarte, quien se autoproclama como “profeta”, realizando sesiones de espiritismo y rituales de hasta connotación cuestionable, por utilizar a niños en los mismos. Las criaturas yacen en el suelo, en una suerte de “trance” y en medio de una supuesta convulsión, hasta que luego son “liberados” por la palabra del pastor y se ponen de pie. En medio de llantos, según se visualiza, los niños empiezan a ofrecer detalles de su “dura experiencia”.

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