Profesionales infectólogos advirtieron a la población sobre el uso del dióxido de cloro en el tratamiento o prevención del COVID-19, advirtiendo que podría acarrear graves consecuencias a la salud de la persona que lo consuma. Instan a las autoridades a reaccionar ante la situación.

La Sociedad Paraguaya de Infectología no recomienda tomar productos que contengan dióxido de cloro, clorito de sodio, hipoclorito de sodio o derivados, por vía oral o parenteral en pacientes con sospecha o diagnóstico de COVID-19. Los profesionales señalan que no hay evidencia sobre su eficacia ni seguridad. Además, la ingesta o inhalación de estos productos podría ocasionar graves efectos adversos.

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A través de un comunicado, desde la nucleación de médicos infectólogos se menciona que la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE UU (FDA) ha advertido previamente a los consumidores que no compren o tomen productos de dióxido de cloro que se venden en línea como tratamientos médicos, ya que la agencia no tiene conocimiento de ninguna evidencia científica que apoye su seguridad o eficacia, y presentan riesgos considerables a la salud de los pacientes. La FDA está tomando esta medida para proteger a las personas como parte de su respuesta a la pandemia del COVID-19.

“La ingesta de estos preparados de dióxido de cloro o clorito de sodio pueden provocar cuadros digestivos irritativos severos con la presencia de úlceras orales, náuseas, vómitos y diarreas, trastornos hematológicos graves, cardiovasculares y renales, entre otros. Su inhalación a través de nebulizaciones implicaría riesgo de broncoespasmo, neumonitis química y edema de glotis. En contacto con la piel puede producir quemaduras y lesiones oculares al contacto con los ojos”, expresa el texto.

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En el manifiesto se explica también que el clorito de sodio y el dióxido de cloro son ingredientes activos de desinfectantes y tienen usos industriales adicionales, como blanqueadores en la fabricación de papel y fibras textiles. No están destinados a ser consumidos por las personas.

“Advertimos a la población sobre la ingesta e inhalación de estos productos, que pueden poner en peligro su salud y a la vez retrasar una consulta médica oportuna, sumado a que ni el dióxido de cloro o sus derivados han demostrado ser seguros o eficaces para tratar ninguna enfermedad, incluido el COVID-19”, continúan.

Por último, consideran que las autoridades sanitarias nacionales deben vigilar la promoción de productos con supuestas propiedades terapéuticas para el COVID-19 y otras enfermedades con el fin de accionar como corresponde.

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