Teniendo en cuenta las patologías asociadas al pos-COVID-19, entre las más comunes se habla de la capsulitis adhesiva, neuropraxia de los nervios y alteraciones de la sensibilidad tipo hipoalgesia y parestesia.

Al respecto, la licenciada Carolina Sotelo, especialista en miembros superiores del Departamento de Rehabilitación Traumatológica del Departamento de Kinesiología y Fisioterapia del Hospital de Clínicas, dijo que sin embargo no se puede afirmar que el COVID-19 sea el desencadenante principal, pero hay una línea de investigación que se puede seguir a partir de una serie de casos. El Departamento de Kinesiología tiene habilitada la Kineconsulta a través de la línea (0986) 291-314.

Capsulitis y sus fases

La capsulitis adhesiva es la pérdida progresiva de la movilidad de forma pasiva, en la que el paciente tiene movimientos en algunos planos fuera de lo que es la rotación externa, explicó.

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Lic. Carolina Sotelo, especialista en miembros superiores del Departamento de Rehabilitación Traumatológica del Departamento de Kinesiología y Fisioterapia del Hospital de Clínicas. Foto: Gentileza.

La especialista mencionó que existe una serie de seguimientos a pacientes que resultaron COVID positivo y posteriormente del primer y tercer mes cursaron un episodio de capsulitis adhesiva, esta consta de 3 fases. La primera es aguda y dolorosa, el paciente refiere dolor nocturno intenso y difuso; no puede identificar la zona específica del dolor.

En la segunda etapa produce limitación progresiva de la movilidad, el paciente no puede levantar el brazo y con el pasar de los días aumenta, sobre todo en la movilidad pasiva. Y una tercera fase, la de resolución, que es cuando el paciente nuevamente va recuperando la movilidad, por eso es importante el diagnóstico y abordaje oportuno.

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Neuropraxia de los nervios

Sotelo indicó que la otra patología común luego de pasar el COVID-19 es la neuropraxia de los nervios, específicamente el plexo braquial, por la posición que se da en los pacientes que ingresan a terapia intensiva, que son colocados en decúbito prono.

“Al paciente se le ubica boca para abajo y esa posición con el paso del tiempo genera estrés a nivel de toda la estructura como hombros y una presión a nivel nerviosa que genera un bloqueo de conducción nerviosa, entonces, todos los nervios que están encargados de la parte motora y sensitiva se alteran”, sostuvo.

Aseguró además que el trabajo que cumple el personal sanitario, tanto de enfermería y kinesiología, es fundamental para evitar llegar a esas patologías, llevando adelante los cambios de frentes de decúbitos del paciente.

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Alteraciones de la sensibilidad

Así también, la profesional manifestó que también puede darse alteraciones de la sensibilidad tipo hipoalgesia y parestesia o sensación de hormigueo y en casos más extremos depende del nivel del bloqueo, en casos de la neuropraxias. Si hay un déficit importante de la conducción, puede haber parestesia que puede progresar por ejemplo a una debilidad. Las dos partes se ven afectadas, tanto la sensitiva como la motora en diferentes grados, dependiendo del nivel de compresión que tenga en la estructura anatómica, que son los nervios.

En cuanto al tipo de terapia a ser aplicada al paciente, aseguró que debe ser indicada por el especialista, de modo a evitar agravar la patología. El paciente debe llevar a cabo en cada fase un ejercicio específico de acuerdo a su limitación, para mantener y progresar con más facilidad hacia su recuperación.

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