Fue parte del mensaje emitido esta mañana en la celebración del tedeum que se llevó a cabo en la Catedral con presencia del presidente de la República y varias autoridades nacionales.

Con motivo de la celebración de la Independencia patria, a las 8:00 se realizó el tedeum en la Catedral de Asunción a cargo del arzobispo metropolitano Edmundo Valenzuela. En la ocasión, monseñor dijo que estaban ahí para agradecer a Dios por todo lo bueno que se hizo por parte de las autoridades públicas y privadas. Así como también por las súplicas por los nuevos desafíos que esperan sabia solución.

Inició hablando acerca del 210º Aniversario de la Independencia Nacional y que la memoria es muy importante, pues junto con la inteligencia y la razón nos estructura como personas y como nación. “Hoy nos enfrentamos a dos guerras: la pandemia y la corrupción. Debemos salir victoriosos. Con las vacunas y con la vida moral de justicia y paz”, aseguró el arzobispo.

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Se refirió al saneamiento moral de la nación y sostuvo que no podemos negar que se extiende hoy la sensación de que la estructura nacional ya no va, que los desequilibrios sociales y ambientales amenazan profundamente nuestro futuro y que esas interminables situaciones de corrupción llevarán a nuestro país al borde de una grave crisis, si no se propone ninguna alternativa de diálogo sincero y sano debate nacional.

El tedeum se llevó a cabo en la Catedral de Asunción. Foto: Christian Meza.

“Ante el descontento por falta de respuestas serias a las necesidades, busquemos una vía nacional para alcanzar los reclamos de larga data. Es urgente un diálogo para todo tipo de reforma en vista al bien común. Hacen falta soluciones duraderas y eficaces para el logro del bien común, el combate a la corrupción y el trabajo digno para el engrandecimiento de nuestro pueblo. Esa es la tarea de los gobernantes y de toda la sociedad civil”, apuntó.

Realidad nacional

Con respecto a las cuestiones pendientes de la realidad nacional, monseñor señaló que desde el 2019 los ingresos reales del promedio de las familias de Paraguay vienen descendiendo peligrosamente.

“Hoy tenemos casi 2 millones de compatriotas que deben sobrevivir con 10 mil guaraníes al día. Tenemos 264 mil nuevos pobres en los últimos 12 meses. No es menos preocupante la desocupación de más de 400 mil compatriotas. Las inversiones privadas y el consumo han caído. Las obras públicas son importantes y habrá que continuar con el proyecto de la gran costanera favoreciendo las viviendas en los bañados, un proyecto que beneficiará a miles de familias carenciadas y mejorará la belleza de la ciudad capital”, enfatizó.

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Sin embargo, Valenzuela dijo que la prioridad actual es recomponer las finanzas públicas, generar condiciones para que todos puedan salir adelante con su trabajo honesto y por sobre todo que la salud y la educación de calidad permitan igualar a todos ante Dios y la patria. “El país pide a gritos el fin de la impunidad y el diseño de políticas públicas de crecimiento económico que alcancen a todos”, expuso.

Resaltó que el país pide a gritos medicamentos en los hospitales públicos, en cantidad y calidad compatibles con el dinero adicional asignado a estos menesteres. Pidió que el dinero público se utilice con honestidad y con celeridad. Que haya menos familias de luto a causa de situaciones evitables.

“Lamentablemente, nuestras autoridades, en medio de sonoros casos de corrupción, han tomado decisiones que generaron un altísimo impacto económico, social y sanitario en todo el país. El costo pagado por el pueblo es imposible de medir, pero debe ser reparado por estricta justicia. Por ello, reclamamos, ante situaciones excepcionales, respuestas excepcionales”, expresó.

El presidente de la República, acompañado de la primera dama, estuvieron en la Catedral, así como otras autoridades. Foto: Christian Meza.

Entes binacionales y justicia

Remarcó la importancia de los entes binacionales, particularmente de Itaipú, cuyo tratado debe ser revisado en el 2023. Aseguró que es fundamental convertirlo en una causa nacional, en una política de Estado, con fidelidad a la Patria y los intereses de la nación paraguaya. “Pedimos honestidad y firmeza a quienes tendrán a su cargo la defensa de los altos intereses de la patria”, afirmó.

El arzobispo manifestó además que piden una sociedad que se reconcilie con el bien común y la justicia. “No podemos tener justicia cuando existen grupos de presión externos e internos que intentan influir en la aplicación de las normas. No podemos tener justicia si los que están encargados de hacerla o aplicarla tienen miedo o sienten temor ante esos grupos de presión porque corremos el riesgo de condenar al inocente y liberar al culpable”, comentó.

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Recordó que el diálogo es la mejor herramienta para evitar la confrontación, como nos ha recomendado el Santo Padre en una reciente carta enviada al presidente: “A través del diálogo sincero con todos los sectores, se comprometan a procurar el bien común, buscando soluciones adecuadas a los problemas que afligen, de manera particular a los más débiles y descartados”.

Valenzuela agregó que no ven desde los poderes del Estado voluntad sincera de construir las bases de un entendimiento que nos permita soñar con un mejor futuro para todos. “Los intereses creados, la falta de liderazgos, la corrupción en todos los niveles, han ocupado la agenda de la clase dirigente, postergando lo que en verdad es importante para el pueblo. Es hora que las autoridades nacionales organicen y que nos sentemos en la mesa común por el bien de todos los paraguayos”.

Reforma del Estado

Así también, sostuvo que la reforma del Estado, vital para disminuir los gastos innecesarios y tener servicios públicos más eficientes, no ha avanzado más allá de pomposas declaraciones públicas y reuniones de algunos actores, buscando impacto mediático, pero cuidando muy bien no afectar los irritantes privilegios de quienes debían liderarla. “El Estado debe tener el tamaño suficiente para el cumplimiento de sus fines con autoridad, austeridad, dignidad, corrección y eficiencia para el bien de toda la población, su protección y cobertura de necesidades esenciales”, aseguró.

El arzobispo de Asunción abordó varios temas. Foto: Christian Meza.

Monseñor afirmó que necesitamos un Estado austero, previsible y al servicio efectivo de los demás. “Su santidad, el papa Francisco, en la mencionada carta al señor presidente pidió la intercesión de nuestra amada Virgen de Caacupé”, añadió.

La familia

Otro punto abordado fue el de la familia, indicado como un don inapreciable para el Paraguay. “Denunciamos todo tipo de atropello a la vida, como son el aborto, la eutanasia, el abuso a menores y a la mujer, el tráfico de drogas, el robo, el contrabando y todo tipo de violencia a los derechos humanos. La instauración de la ideología de género en políticas orientadas a la niñez y adolescencia afecta gravemente la patria potestad, la libertad de enseñanza, la salvaguarda de la moral, el respeto a los niños en su inocencia”, refirió.

Instó a los jóvenes a tener amistades y noviazgos sanos. “No rehúyan al matrimonio y la vida en familia. Valoren y respeten a sus padres y abuelos. Apoyen a sus hermanos”, expresó. Habló además de la respuesta de la Iglesia en tiempo de pandemia y la solidaridad con el pueblo paraguayo en este duro momento de nuestra historia.

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“Que la mujer gloriosa del cielo, la Virgen de la Asunción, interceda por el Paraguay, en este día de aniversario de su Independencia, por el fin de la pandemia y por quienes desde su responsabilidad personal o gubernamental deben buscar soluciones adecuadas para un país más justo, más solidario y fraterno, en la alabanza a Dios y el bienestar de las familias paraguayas”, puntualizó en su mensaje durante el tedeum.

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