Propietarios de transportes escolares ponen a disposición sus unidades de hasta 28 pasajeros a fin de descomprimir la aglomeración de personas en el Área Metropolitana a raíz de las reguladas de las empresas del transporte público.
Señalan que ante la nueva suspensión de las clases presenciales, esta sería una oportunidad para trabajar y llevar el pan a sus hogares, además de colaborar con la problemática de los colectivos. Esta fue la versión proveída por Rolando Martínez, presidente de la Asociación de Propietarios de Transportes Escolares, en conversación radial con la 800 AM.
“Tenemos minibuses de hasta 28 pasajeros en los que incluso pueden viajar hasta 6 personas más paradas, que pueden servir para el transporte de pasajeros”, dijo. Mencionó además que tienen suficientes unidades en la flota para cubrir Asunción y las ciudades más afectadas en Central por la falta de cumplimiento de frecuencias de buses.
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Reveló que esta propuesta ya fue acercada al Congreso Nacional exactamente hace un año cuando se inició la cuarentena y se empezaron a sentir las reguladas de buses. Sin embargo, afirmó que hasta la fecha no corrió dicha iniciativa.
Martínez expuso que la actual situación de falta de buses podría convertirse en oportunidad de generar ingresos a los transportistas escolares, que nuevamente se quedaron sin trabajar tras la suspensión de las clases presenciales.
En ese contexto, anunció que no volverán a trabajar nuevamente por la disposición del Ministerio de Educación. “Por fin estábamos trabajando de vuelta, el lunes yo tenía que llevar a niños, pero como las clases se suspenden nuevamente el jueves, algunos padres decidieron no mandar más estos días a sus hijos”, dijo.
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El líder gremial lamentó esta decisión y refirió que finalmente tras un agónico año de crisis económica retornaban a trabajar, que observaban a los niños con la sonrisa en el rostro, pero que ahora todo vuelve a estar mal.
En atención a esta situación de desidia por parte del Gobierno y falta de trabajo, Martínez anunció que están analizando una masiva movilización el domingo 4 de abril frente al edificio del Congreso Nacional para reclamar el retorno de las clases presenciales, que representan su única fuente de ingresos.