Tras conocerse la situación calamitosa en la que viven familiares de los pacientes con COVID-19 en los hospitales públicos, donde ya ni siquiera hay medicamentos ni insumos, bomberos voluntarios, organizaciones de la sociedad civil, enfermeras, la Pastoral Social y personas particulares acercan su ayuda a los mismos, haciendo honor a la conocida “solidaridad paraguaya”.

Bolsas de panificados, agua potable, alimentos no perecederos y hasta medicamentos se encuentra acercando la ciudadanía a estas personas, que resisten bajo carpas o en los pasillos de los centros asistenciales referentes del COVID-19, aguardando noticias o pedidoS de medicamentos para sus enfermos.

Alto costo

Familiares de pacientes internados en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente “Juan Max Boener” (Ineram) aseguran que los medicamentos solicitados oscilan entre G 3.000.000 a G 8.000.000 por día, por lo que se encuentran sobrepasados y deben pedir ayuda.

Los mismos están recurriendo a actividades benéficas para el sostenimiento de los pacientes; otros, en cambio, no tienen ni siquiera recursos para realizar dichas actividades, por lo que abandonan a sus familiares en los nosocomios donde se los asiste. Así lo reveló una enfermera del Ineram al momento de llevar una colaboración a los familiares de pacientes.

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“Traemos lo poco que tenemos de parte de las enfermeras del Ineram; nuevamente, los enfermeros son los que piensan en las personas que están pasando por esta situación. Soy una simple ciudadana paraguaya apoyando esta gestión en conjunto de todos los enfermeros de Ineram, somos un equipo de trabajo, no somos líderes partidarios, solo ciudadanos en pos de la ciudadanía”, indicó.

Aprovechó para invitar a la ciudadanía a apoyar esta causa de ayudar a los familiares de pacientes COVID-19, atendiendo a que cualquier persona o familiar puede estar pasando por esta situación en cualquier momento, por lo que se necesita de ayuda en los hospitales.

“Endeudamos hasta a nuestros bisnietos para tener la contingencia necesaria y ahora nos topamos en menos de un año que se prestó la plata y ya no hay medicamentos, es el colmo. Tenemos una deuda que afrontar, tenemos que tener conciencia y como dijo el Dr. Morínigo hay que salir a manifestarse”, añadió la enfermera.

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Olla popular

Nancy Benítez tiene a su padre internado en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) del Ineram y cuenta que bajo la carpa, que es una suerte de albergue para familiares de pacientes COVID-19, todos son familia y que colaboran diariamente entre G. 2.000 a G. 5.000 para una olla popular que alcanza a todos, ya que éstos no pueden enfermarse ni flaquear ante las adversas situaciones en la que viven.

“Las recetas las recibimos por WhatsApp, acá no podes quedarte sin saldo, no te tiene que faltar la batería porque debes estar constantemente con el teléfono en mano para estar pendiente de lo que digan los médicos. Acá nos colaboramos entre todos; por ejemplo, para cocinar nos colaboramos de entre G 2.000 y 5.000, estamos entre 13 familias que aguardamos información de nuestro paciente”, relata Benítez a 1020 AM.

Por otro lado, los familiares de pacientes anoche tuvieron que soportar el fuerte temporal bajo el improvisado albergue que montaron, donde pasan días y noches pendientes de sus familiares.

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