Gran aceptación de artesanías elaboradas por mujeres y hombres privados de libertad
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El Instituto Paraguayo de Artesanía (IPA) organizó la feria denominada “Somos Artesanía”, que se llevó a cabo durante dos días en el Centro de Convenciones del Mariscal, y contó con la participación de alrededor de 1.000 productos artesanales fabricados por mujeres y hombres privados de libertad.
Dichos elementos proceden de los 18 centros penitenciarios del país y formaron parte del stand “Latente”. En la ocasión, los visitantes pudieron observar, apreciar y adquirir los trabajos realizados intramuros con miras a la reinserción social.
“Los productos tuvieron muchísima aceptación por la calidad y por el sentido que tienen detrás. Gracias a este espacio, muchas personas pudieron ver que no todo está perdido dentro del sistema penitenciario y que existen mujeres y hombres privados de libertad que están luchando por salir adelante y están siendo útiles a la sociedad desde su situación de encierro”, expresó Alejandra Mendoza, directora de Bienestar y Reinserción Social del Ministerio de Justicia.
Igualmente, Mendoza destacó el compromiso de todo el equipo del Ministerio de Justicia, directores y coordinadores de Reinserción Social de cada penitenciaría y de empresas del sector privado que apuestan a la reinserción social e instó a que más firmas se sumen la iniciativa.
“Sin el trabajo de todos estos no hubiera sido posible, por eso agradecemos tanto al equipo del Ministerio de Justicia como al sector privado que brindó todo el apoyo para que las PPL (personas privadas de libertad) puedan vender sus productos y así poder también ayudar a sus familiares para estas fiestas” ratificó.
Los productos son hechos con calidad y llevan finas terminaciones. Foto: Gentileza.
Catálogo digital
En la ocasión, también se expusieron productos de la marca penitenciaria Muã y de las empresas privadas Kuña Pepó, Moirũ, Andrea María y FR ideas, que contratan mano de obra penitenciaria.
Además de la exposición, también se realizaron charlas sobre “Derechos Humanos como cultura y valor”; “Trabajando para la libertad. Voluntades que transforman”; “Aprendiendo a emprender desde el encierro” y “¿Qué impulsa a las empresas a contratar mano de obra de personas privadas de libertad?”.
Latente es un portal web creado por el Ministerio de Justicia, a través de la Dirección de Bienestar y Reinserción Social, para dar visibilidad al potencial existente intramuros y así promover y fortalecer la reinserción de las personas privadas de libertad.
Las personas que no pudieron visitar la Feria “Somos artesanía” pueden ingresar a www.latente.gov.py para observar el catálogo y realizar pedidos, o seguir las redes sociales para conocer las últimas artesanías elaboradas.
Debido a casos registrados en Brasil y otros países de la región, desde Vigilancia de la Salud se insta a la vacunación a aquellas personas de 1 a 59 años de edad que aún no cuentan con la dosis antiamarílica. En Paraguay se registran 12 años sin ningún caso de la enfermedad. Sin embargo, continúa la vigilancia, ya que la amenaza permanece latente.
Esta vacuna se aplica una sola vez en la vida. En caso de detectar o sospechar la presencia de un mono enfermo o muerto, se recuerda no tocarlo e informar del hallazgo al servicio de salud más cercano. La fiebre amarilla (FA) es una enfermedad infecciosa febril aguda, que puede llevar a la muerte si no es diagnosticada y tratada rápidamente. Se manifiesta con fiebre de inicio súbito, escalofríos, cefalea intensa, mialgias, artralgias, náuseas y vómitos, cansancio, dolor abdominal e ictericia.
CARACTERÍSTICAS
En ambientes silvestres, los mosquitos de los géneros haemagogus y sabethes transmiten el virus y los primates no humanos (monos) son los principales reservorios. Los casos humanos ocurren cuando una persona no inmunizada entra en contacto con el ambiente silvestre y es picada por un mosquito infectado con el virus. En el ciclo urbano, este virus es transmitido al hombre por el mosquito aedes aegypti. Paraguay no registra casos de fiebre amarilla desde el 2008.
La vigilancia de casos humanos de la enfermedad es realizada a través de la notificación de casos sospechosos. Todo caso sospechoso de fiebre amarilla debe ser inmediatamente notificado a través de las regiones sanitarias a la Dirección General de Vigilancia de la Salud (DGVS) por tratarse de una enfermedad de notificación obligatoria nacional e internacional.
En caso de detectar o sospechar la presencia de un mono enfermo o muerto, se recuerda no tocarlo e informar del hallazgo al servicio de salud más cercano. Foto: Gentileza.
Doce años sin fiebre amarilla en Paraguay, pero amenaza sigue latente
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Debido a casos registrados en Brasil y otros países de la región, desde Vigilancia de la Salud se insta a la vacunación a aquellas personas de 1 a 59 años de edad que aún no cuentan con la dosis antiamarílica. En Paraguay se registran 12 años sin ningún caso de la enfermedad. Sin embargo, continúa la vigilancia, ya que la amenaza permanece latente.
Esta vacuna se aplica una sola vez en la vida. En caso de detectar o sospechar la presencia de un mono enfermo o muerto, se recuerda no tocarlo e informar del hallazgo al servicio de salud más cercano.
La fiebre amarilla (FA) es una enfermedad infecciosa febril aguda, que puede llevar a la muerte si no es diagnosticada y tratada rápidamente. Se manifiesta con fiebre de inicio súbito, escalofríos, cefalea intensa, mialgias, artralgias, náuseas y vómitos, cansancio, dolor abdominal e ictericia.
Características
En ambientes silvestres, los mosquitos de los géneros haemagogus y sabethes transmiten el virus y los primates no humanos (monos) son los principales reservorios. Los casos humanos ocurren cuando una persona no inmunizada entra en contacto con el ambiente silvestre y es picada por un mosquito infectado con el virus.
En el ciclo urbano, este virus es transmitido al hombre por el mosquito aedes aegypti. Paraguay no registra casos de fiebre amarilla desde el 2008.
La vigilancia de casos humanos de la enfermedad es realizada a través de la notificación de casos sospechosos. Todo caso sospechoso de fiebre amarilla debe ser inmediatamente notificado a través de las regiones sanitarias a la Dirección General de Vigilancia de la Salud (DGVS) por tratarse de una enfermedad de notificación obligatoria nacional e internacional.
Vigilancia de epizootias
La vigilancia de epizootias es otro componente de la vigilancia epidemiológica para la fiebre amarilla y consiste en la vigilancia de primates no humanos para la implementación de medidas de prevención y control con el fin de reducir la morbilidad y la mortalidad de la enfermedad en la población humana.
El gran número de epizootias y los casos humanos confirmados en áreas próximas a nuestro país son indicadores de la circulación del virus de la fiebre amarilla en la región fronteriza y sirve como alerta para la adopción de medidas de prevención, especialmente la inmunización a la población que aún no cuenta con la dosis de la vacuna antiamarílica (AA).
Las regiones sanitarias, los municipios fronterizos y los que cuentan con reservas naturales, bosques y refugios biológicos están obligados a la notificación de sospecha de epizootias a fin de realizar la colecta de muestras en forma oportuna, ya que esto constituye un factor determinante para la prevención y la reducción del riesgo de exposición de personas susceptibles.
En la región, las zonas de riesgo constituyen principalmente los estados de Brasil: Acre, Amapá, Amazonas, Distrito Federal, Espírito Santo, Goiás, Maranhão, Mato Grosso, Mato Grosso do Sul, Minas Gerais, Pará, Paraná, Río de Janeiro, Río Grande do Sul, Rondõnia, Roraima, Tocantins, Santa Catarina y San Pablo, además de partes de los estados de Bahía y Piauí.
En el transcurso del 2021, en el estado de Paraná se registraron 3 nuevas muertes de monos en el municipio de Palmas, además de Cantagalo y Dos Vecinos que presentan nuevas notificaciones de epizootias. En el periodo de junio del 2020 a la fecha, se registran 104 epizootias en 23 municipios, de las cuales se han confirmado 14 por fiebre amarilla.
Durante el 2020, en Santa Catarina, estado del sur de Brasil, se notificaron 178 casos humanos sospechosos de la enfermedad, de los cuales 17 fueron confirmados y 2 fallecieron. Los casos confirmados se localizaron en municipios con notificación de epizootias y en todos los casos se observó la ausencia del registro de vacunación contra la fiebre amarilla.
Este mismo año fueron notificadas 1.032 epizootias con sospechas de fiebre amarilla en 93 municipios de Santa Catarina. Del total, 650 (63%) tuvieron como resultado: causa indeterminada. 187 epizootias (18%) permanecen en investigación, 61 (6%) resultaron descartadas y 134 (13%) fueron confirmadas, de acuerdo al boletín epidemiológico 01/2021 de fiebre amarilla en Santa Catarina, de la Dirección de Vigilancia Epidemiológica DIVE. Gobierno de Santa Catarina/Secretaría de Estado de Salud.
Al menos 2.000 personas privadas de libertad (PPL) forman parte de un programa llamado Latente, que impulsa el Ministerio de Justicia y en el que, además de aprender oficios, logran colocar sus productos en venta directa al público a través de una plataforma web.
“Nos viene muy bien para poder salir de acá con una profesión y poder reinsertarnos a la sociedad. Estoy muy agradecida porque con esto puedo demostrar mi capacidad, además de ganar algo de dinero para ayudar a mi familia”, dice Leidy Adorno, de 32 años, que cumple su condena en el Centro Penitenciario de Mujeres Serafina Dávalos, de la ciudad de Coronel Oviedo.
Leidy, y otras 15 mujeres que están en esta prisión, trabajan en manualidades, costura y alfarería dentro del programa Latente. Toda la producción que tienen luego es ofrecida mediante una plataforma web, en donde los interesados pueden contactar mediante un número de Whatsapp que es manejado por alguno de los coordinadores que están distribuidos por área y sección, en las 18 penitenciarías del país.
Leidy es madre soltera y con el dinero que junta con este trabajo puede hacerse cargo de su hijita de 8 años. A diferencia de la mayoría de las internas, Leidy ya tiene condena. Tiene que completar cinco años, de los cuales ya lleva dos años dentro de la cárcel. “Sin bien parece poco, igual pesan los días acá”, dice Leidy en una conversación telefónica con La Nación. Recuerda que lo que necesitan cada tanto son los insumos para poder hacer los productos, por lo que apelan a la solidaridad de la gente para realizar una donación o de las empresas mismas para que puedan seguir trabajando.
Al igual que Leidy, unas 2.000 personas privadas de libertad participan dentro del programa Latente, según informó Alejandra Mendoza, directora de Reinserción Social del Ministerio de Justicia. “Latente nace con la idea de reforzar lo que ya se estaba haciendo acá. Por ejemplo, encontramos que las propias personas privadas de libertad nos decían que trabajan en esto, que hacían lo otro, pero que no tenían cómo vender. Entonces, ahí nace la idea de que se tenga esta plataforma”, expone Mendoza.
Agrega que la idea a mediano y largo plazo es que Latente se convierta en una e-commerce, es decir, un sistema de compra y venta de productos y servicios utilizando internet como medio para hacer el intercambio. Para llegar a ese objetivo es que están trabajando en mejorar los servicios que ofrece actualmente la web con la presentación de los productos que ponen a la venta.
INVOLUCRAR A LA SOCIEDAD
Para Mendoza, un programa de reinserción social que no involucre a la sociedad no tiene sentido. Por eso, dice que este trabajo con Latente tiene aspectos diferentes y se muestra como un programa innovador en cuanto a lo que se viene haciendo en el sistema penitenciario paraguayo, ya que además de dar la posibilidad de mayor visibilidad a los productos que desde hace años vienen trabajando los internos en las cárceles, con este sistema se puede vender y, además, lo más importante, se da un mensaje más positivo sobre los habitantes de las cárceles en Paraguay. Esta visión del ministerio de hacer que haya mayor humanidad cuando se habla sobre las cárceles y sus habitantes ha sido una constante de la actual ministra, Cecilia Pérez, señala Mendoza.
“Creo que este tipo de cuestiones tienen impacto cuando las políticas públicas se concentran en el beneficiario. Para mí, Latente es eso, porque se centra en el beneficiario y también involucra a la sociedad”, expone la directora de Reinserción. Habla, en ese sentido, sobre lo importante que es mostrar esas cuestiones positivas de la gente que está en prisión. “Porque si la gente ve lo que se hace, ve los lindísimos trabajos, los detalles, todo lo que implica hacer uno de estos productos, la gente puede tener una visión mucho más positiva”, expone la funcionaria.
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“No se puede trabajar en este tipo de proyectos sin que la sociedad esté involucrada. Entonces, ahora estamos como que uniendo esas dos partes, restableciendo ese vínculo entre las personas privadas de libertad y la gente de afuera, la sociedad en sí”, dice Mendoza.
La plataforma web de Latente (www.latente.gov.py) funciona desde agosto del año pasado, cuando se lanzó el programa en forma oficial, virtualmente. Hay trabajos en madera, termos forrados en diferentes formas, ñandutíes, bordados, manualidades, pintura, alfarería, de todo un poco. Además, que el sistema sea por web, permite que se puedan exhibir productos de todas las cárceles. Así, por ejemplo, las personas privadas de libertad que están en la cárcel del departamento de San Pedro pueden publicar para que la gente de la zona pueda ver lo que están ofreciendo. “Con este año difícil, con esta pandemia, ya hemos logrado muchas cosas, entonces me imagino que con un año normal, digamos, vamos a crecer mucho más”, dice con optimismo Mendoza.
EN LAS FERIAS
El programa no se queda solamente en el sistema electrónico, sino que tuvo un lugar donde presentó sus productos durante la feria de la artesanía paraguaya que se realizó en diciembre pasado en el Centro de Convenciones del Mariscal López Shopping, organizada por el Instituto Paraguayo de Artesanía (IPA). En esta ocasión, además de exponer los productos, las personas privadas de libertad que ya están en el proyecto hablaron sobre sus experiencias y la forma en que este tipo de programas generan cambios positivos en sus vidas.
Como parte de todo el proyecto también están las prácticas o la formación para que los y las interesadas puedan adquirir nuevos oficios. Por ejemplo, en alfarería, carpintería o en el trabajo de los forrados de termos o también en la platería. Todos estos trabajos ya se venían realizando dentro del sistema penitenciario, pero no había una forma de que estos productos puedan ser vendidos.
DE PRIMERAS Y SEGUNDAS OPORTUNIDADES
Mendoza dice que la idea o el objetivo general es que los internos y las internas tengan una segunda oportunidad para lograr la reinserción social, una palabra tan necesaria, pero que no es fácil de desarrollar a la hora de aplicar eso en el trabajo de campo en el mundo penitenciario. “Estamos hablando, en muchísimos casos, de personas que ni siquiera tuvieron una primera oportunidad, entonces ya se equivocaron de entrada. Por eso, Latente, para mucha de esta gente, es su primera oportunidad de aprender, de trabajar, de tener objetivos”.
El proyecto además significa una oportunidad de reducir penas para las personas privadas de libertad. A través de una planilla de asistencia, se contabilizan días trabajados y nivel de producción, además de otros detalles. Esta planilla sirve para que los internos y las internas reduzcan un día de condena por cada tres días de trabajo, tal como establece el código judicial en los casos en los que ya haya una condena establecida.
Sin embargo, justamente, uno de los problemas de todo el sistema judicial que compromete al carcelario es la falta de personas condenadas. En un último informe oficial del Ministerio de Trabajo del 12 de enero, de 13.914 personas privadas de libertad, apenas 4.099 están con una condena firme, es decir, apenas el 29% de toda la población carcelaria.
EMPRESAS PRIVADAS SE SUMAN
Actualmente dentro del programa también hay empresas privadas que, como parte de sus programas de responsabilidad social, contratan a personas privadas de libertad para darles trabajo en oficios que pueden desarrollarse dentro de las instalaciones penitenciarias. “Tenemos empresas privadas que incluso montaron talleres dentro de las cárceles para trabajar con nuestra gente. Nuestro objetivo es ir sumando muchas más empresas dentro de este esquema, que sigan apostando por dar oportunidad a gente que realmente quiere tener un trabajo, una ocupación”, dice Mendoza.
La idea es seguir creciendo, que la mayor cantidad de personas privadas estén trabajando y también sintiéndose útiles dentro del contexto de encierro. Pero no solamente no aumentar número, sino la calidad de condiciones de trabajo y de los propios productos.
“Por eso, con esta plataforma online invitamos a todo el país a romper paradigmas y dar oportunidad a cada una de las personas que están tras las rejas. Y con Latente, dar oportunidades se ha vuelto mucho más fácil y accesible”, indica Mendoza.
Agrega que están trabajando para que más personas privadas se sumen a los talleres, pero que eso requerirá también mayor cobertura por parte de los directores de las cárceles y de los mismos funcionarios que están trabajando en el proyecto. En esta última etapa también fueron incluidos los coordinadores de pabellones, quienes se encargan directamente de tratar con los compradores a través del número de Whatsapp habilitado para cada sector.
“Apostar y comprar productos elaborados en las penitenciarías es apostar por la esperanza, por el cambio, por las oportunidades. Hay mucho valor detrás de cada producto”, finaliza Mendoza.
“LA OTRA CARA DE LA CRISIS”
Para la ministra de Justicia, Cecilia Pérez, el proyecto Latente viene a mostrar a las personas privadas de libertad que existen oportunidades, posibilidades de buscar nuevos horizones. “Es la otra cara de la crisis, es la otra cara de nuestro sistema penitenciario. Creo que Latente es el símbolo de que no todo es crisis. En las mismas cárceles donde tenemos que contener o controlar a grupos armados, tuvimos gente que apostó por el proyecto y ahora está trabajando, y lo único que hicimos fue darles visibilidad, hacerlos sentir importantes”, dice la ministra.