María Esther Casco es mamá de un niño de 11 años con discapacidad física e intelectual, vive en Capiatá Km 21, asentamiento Don Antonio. El pequeño fue diagnosticado con parálisis infantil, epilepsia y síndrome de Lennox-Gastaut, enfermedad que se caracteriza por la presencia de convulsiones frecuentes.

Para hacer frente a las necesidades y costear el tratamiento de su hijo, María Esther, con apoyo de sus vecinos, organiza una pollada por mes para recaudar fondos. Este fin de semana volvió a realizarla, pero en medio del ajetreo le robaron la conservadora en la que conservaba los alimentos. Ante esta situación, lamentablemente con el dinero recaudado tendrá que comprar una nueva conservadora, ya que la misma era prestada y debe devolverla.

“No tengo opción, pido ayuda a todas esas personas de buen corazón, me robaron en mi emprendimiento, robaron no solo la conservadora, ese ladrón con su acto le robó a mi hijo su alimento y medicamento. Demasiado impotencia me da, ahora lo recaudado debo dar a la persona que con muy buena intención me prestó este elemento”, lamentó Casco en comunicación con La Nación.

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El niño con parálisis infantil y otras afecciones graves utiliza una sonda nasogástrica siliconada por semana, que tiene un costo de G. 80.000, consume leche especial dos latas por mes que tiene un costo de G. 2.318.000, pañal para adultos un paquete de 60 unidades por semana, entre otras necesidades que aparecen en momentos de sus convulsiones.

Casco también relató que su hijo es tratado con aceite de Cannabis que tiene un costo de G. 2.318.000 por frasco y él utiliza dos al mes. Este tratamiento para el pequeño es vital ya que con cada convulsión mueren muchas neuronas y el aceite de cannabis lo que hace es renovar gran parte de su cerebro, porque a causa de esas convulsiones el niño puede perder la vista, la movilidad, entre otras cosas, explicó la madre.

“El aceite de cannabis me sale G. 4.600.000 al mes, donado conseguí una silla de ruedas de la Senadis y un balón de oxígeno, le conseguí aspirador y gracias a Dios IPS nos asiste. El papá de mi hijo es canillita, nos ayuda mucho pero ya no da tampoco con todos los gastos del tratamiento, es muy difícil”, relató la mujer.

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Aquellas personas de buen corazón que deseen ayudar a esta madre y a su pequeño hijo pueden comunicarse al (0976) 155-909, ella sabrá agradecerles por su gesto en estos momentos difíciles por los que atraviesa su familia.





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