Según la doctora Viviana de Egea, vocera del MSPyBS, Paraguay tiene garantizadas las vacunas mediante el sistema Cobax, plataforma internacional en la que se encuentra la OMS. Foto: AFP.
Vacunas contra el COVID-19 podrían llegar para otoño o segundo semestre del 2021
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Luego de que se diera a conocer que dos de las vacunas que están en proceso para hacer frente al coronavirus tuvieron un 95% de resultado favorable, desde el Ministerio de Salud pidieron mantener la calma y aguardar los resultados finales, así también destacaron que si todo va conforme, se espera para otoño o el segundo semestre del 2021 su llegada al país.
Según la doctora Viviana de Egea, vocera del MSPyBS, Paraguay tiene garantizadas las vacunas mediante el sistema Cobax, plataforma internacional en la que se encuentra la OMS, que garantiza la producción y la distribución equitativa de las dosis para los países que forman parte del sistema y que tendrán acceso a cualquiera de los 11 prototipos que se encuentran en estudio y que demuestre ser efectivo.
“Tenemos garantizada la adquisición inicial de dosis hasta para el 30% de la población, serían unas 2.900.000 dosis y veremos qué tipo de vacuna es la aprobada para uso masivo”, dijo la profesional en contacto con canal GEN y Universo 970.
Ratificó que en el mejor escenario para el país sería la vacunación para otoño o el segundo semestre del 2021.
“Sería tenerla en la temporada de otoño, al mismo tiempo que arriben al país las vacunas de la influenza, se pueden hacer campañas de vacunación al mismo tiempo influenza y COVID. Sería prudente también pensar que podrían llegar en el segundo semestre del 2021”, sentenció.
En otro momento, resaltó que son dos las empresas que se encuentran con un 95% de avance en cuanto a las vacunas, por lo que es muy importante aguardar que todo resulte como se espera para luego ver cómo se realizará el sistema logístico, ya que las mismas requieren mantener una cadena de frío.
“Es importante esperar los resultados finales y que se debe trabajar una vez aprobadas en la logística, ya que las dos vacunas que están adelantadas tienen particularidades para su almacenamiento, que requieren unas temperaturas específicas para su mantenimiento”.
Aseguró que estos dos anticuerpos se adelantaron por sus buenos resultados, pero no debemos desesperarnos ya que quedan otras nueve vacunas que están avanzando y en el caso de no conseguir estas dos se debe aguardar por las demás.
“Quedan nueve más y si no son estas serán las otras porque se debe conocer el cierre de fase tres y el tipo de logística que van a requerir”, confirmó Egea.
Cabe resaltar que el Ministerio de Salud hace unos meses realizó la entrega para las compras de las vacunas, con lo que se garantiza al menos unas 2.900.000 dosis en una primera aplicación y se podría inmunizar a la población dentro de la campaña de vacunación contra la influenza.
En otro momento, Egea manifestó que se debe aguardar para saber a cuántas personas alcanzarán las dosis, ya que no saben cómo será el sistema de vacunación, podría ser una dosis por persona o dos, según cómo requiera cada vacuna.
En relación con la publicación realizada por el Fondo Soberano Ruso, la resolución N° 746 de diciembre pasado autoriza la aprobación para uso de emergencia de las vacunas que ya tengan ese mismo nivel de aprobación por un organismo regulatorio superior, de países de alta vigilancia o de referencia regional.
Al respecto, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) autorizó al Ministerio de Salud de Argentina el uso de emergencia de la vacuna Sputnik V, y cumple con lo requerido para ser autorizada en Paraguay.
Esto no se trata de que algún laboratorio privado cuente con registro sanitario, sino que es en el marco de la resolución antes mencionada. Cabe señalar que a nivel internacional ninguna vacuna contra el covid-19 cuenta en este momento con registro sanitario, sino solo aprobación de uso de emergencia (EUA, Emergency Use Authorization).
Dentro del contexto se encuentran otras vacunas como las de Pfizer y Moderna, por lo que Sputnik V entra dentro de la grilla de eventuales vacunas que pudieran ser adquiridas en un futuro para uso de emergencia.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, dijo este domingo que aceptó una reducción del ritmo de entrega de Pfizer-BioNTech. Foto: Twitter.
México acepta llamado de la ONU para ceder vacunas contra COVID-19 a países más pobres
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El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, dijo este domingo que aceptó una reducción del ritmo de entrega de las vacunas de Pfizer-BioNTech contra el COVID-19, atendiendo un llamado de la ONU a compartir las dosis extras adquiridas por países ricos con naciones pobres.
“Nosotros estuvimos de acuerdo con eso, que nos bajen (las dosis) y luego nos repongan lo que nos corresponde”, dijo el mandatario mexicano durante un acto público en el sureño estado de Guerrero. López Obrador no dio detalles sobre la magnitud de la reducción, la fecha de aplicación del recorte ni de cuándo se repondrían.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, lamentó el viernes el “fracaso de la solidaridad” frente a la vacunación al criticar que países más prósperos compren dosis más allá de sus necesidades “mientras que los más pobres del mundo no tienen ninguna”. Consideró además “indispensable” que los países se comprometan a compartir las dosis excesivas de vacunas.
México acordó a inicios de diciembre con Pfizer la compra de 34,4 millones de dosis, útiles para proteger a 17,2 millones de personas. El primer cargamento, de solo 2.925 dosis arribó el 23 de diciembre pasado, pero en los cuatro posteriores se fueron incrementando hasta sumar 546.975 hasta el 12 de enero. López Obrador se mostró a favor de que “no haya acaparamiento” y que la ONU “ponga esas vacunas a disposición de países más pobres”.
“De todas formas, no cambia nuestro plan, porque ya estamos buscando otras vacunas, no sólo Pfizer (...) De modo que ya vamos a tener vacunas suficientes”, agregó el presidente izquierdista.
México tiene también acuerdos de compra con el proyecto chino-canadiense CanSinoBio, por 35 millones de dosis, y con el británico AstraZeneca, por 77,4 millones, además de ser parte del mecanismo internacional COVAX, que le permite comprar 51,6 millones de vacunas adicionales.
El martes pasado, López Obrador anunció también un plan para adquirir 24 millones de unidades de la vacuna rusa Sputnik V, una vez que el regulador sanitario local autorice su uso de emergencia.
México, de 128 millones de habitantes, es el cuarto país más enlutado del mundo por la pandemia, con 140.241 muertes, aunque ocupa el decimoctavo lugar en defunciones por cada 100.000 habitantes, según una base de datos de AFP alimentada con cifras oficiales.
Actualmente se lleva a cabo una lucha contra el monopolio en los medicamentos relacionados con la pandemia de COVID-19 y con otras enfermedades .Foto: AFP.
Cinco historias que muestran el impacto negativo del monopolio de las medicinas
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Médicos Sin Fronteras es una organización médica y humanitaria internacional que aporta su ayuda a las víctimas de desastres naturales o humanos y de conflictos armados, además de recopilar historias de las personas a quienes da su apoyo.
La historia de vida de cinco personas en diversos lugares del planeta exponen al mismo tiempo cinco razones por las que es importante que no existan monopolios en los medicamentos relacionados con la pandemia de COVID-19 ni con ninguna otra enfermedad.
Muchas personas no logran acceder a tratamientos o vacunas que podrían salvarles la vida a causa del monopolio de las patentes, por lo que a lo largo de los años, Médicos Sin Fronteras (MSF) respalda y participa activamente de las luchas que, desde la sociedad civil se llevaron y llevan a cabo en contra los altos precios de los medicamentos,apoyados en los monopolios.
Hoy, en medio de la pandemia de COVID-19, esta realidad cobra total relevancia para todas las personas que habitamos el mundo. MSF insta a los Gobiernos a que respalden ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) la propuesta planteada por India y Sudáfrica para suspender mientras dure la pandemia las patentes y monopolios sobre nuevos medicamentos y otras tecnologías desarrolladas para superar el coronavirus.
Es la única forma para garantizar un acceso justo al tratamiento y a la inmunización contra el COVID-19 para todos, en todos los lugares, estén donde estén.
Estas son las historias de Charles, Tobeka, Din, Nanita y Janey. Cuatro de estas personas han luchado por sus vidas. Una de ellas no lo logró, y la perdió. Otra está bien pero es sólo una bebé entre tantos otros que no tienen acceso a la vacuna que necesitan. Todo porque las farmacéuticas anteponen sus beneficios comerciales a la vida de las personas.
Un médico de Bangui explica los efectos del VIH y el próximo procedimiento de tratamiento a un paciente que acaba de ser informado de su estado serológico. Foto: Gentileza.
Tobeka, Sudáfrica
Tobeka Daki fue diagnosticada de cáncer de mama HER2 en 2013. Necesitaba un medicamento contra el cáncer, el trastuzumab. Pero era demasiado caro y las patentes del medicamento bloqueaban la producción de alternativas asequibles en Sudáfrica, donde ella vivía.
Tobeka puso en marcha una larga y dura campaña contra la farmacéutica que producía este medicamento, para lograr que personas como ella tuvieran acceso a versiones más asequibles del fármaco. Tobeka falleció en 2016 debido al cáncer.
El impacto de los monopolios en el acceso al tratamiento contra el cáncer: como resultado de la protesta pública por la muerte de Tobeka y debido a que muchas otras mujeres no podían pagar el tratamiento que necesitaban, el gobierno de Sudáfrica tomó medidas para que el fármaco estuviera disponible en el sector público.
En 2019, un nuevo fármaco de la competencia llegó al mercado a un precio muy reducido. Además, hay otros en proceso. Esto no habría sucedido sin la incansable campaña de los activistas de la salud para derribar las barreras de las patentes.
Din Savorn, de 50 años, con su hijo durante la hora del almuerzo en su apartamento en Phnom Penh, Camboya, 20 de abril de 2017. Foto: Gentileza.
Din, Camboya
Cuando se desarrolló un nuevo tratamiento revolucionario pero fuera de su alcance debido al costo, Din tomó la angustiante decisión de no vender su casa para conseguir el dinero para comprar la nueva medicina, no quería dejar a su familia sin hogar. En cambio, esperó y esperó porque el medicamento no estaba disponible en el sector público.
Din finalmente fue tratado por MSF con los nuevos medicamentos, de forma gratuita. Otras personas en Camboya que vivían con hepatitis C tuvieron que esperar mucho más.
El impacto de los monopolios en el acceso a medicinas para tratar la hepatitis C: la corporación estadounidense Gilead lanzó al mercado el nuevo tratamiento para la hepatitis C a un precio de 1.000 dólares -por una sola pastilla- en los EE.UU. Y aunque el precio era más bajo en otros países, seguía siendo demasiado caro para muchas personas que vivieron con el virus hasta que los medicamentos genéricos estuvieron disponibles.
Las barreras generadas por las patentes persisten en muchos países y por ellas los precios siguen siendo un desafío para que las personas accedan a los medicamentos que necesitan, a pesar de que la competencia entre las empresas farmacéuticas ha hecho bajar los precios.
Janey, Estados Unidos
Janey está protegida de algunas de las enfermedades respiratorias que matan a los bebés porque ha sido inmunizada con una vacuna contra la neumonía. Pero millones de otros bebés en todo el mundo están desprotegidos porque la vacuna contra la neumonía está patentada y las corporaciones que la fabrican se niegan a bajar el precio.
El impacto de los monopolios en el acceso a las vacunas contra la neumonía: activistas han impugnado una patente de Pfizer sobre esta vacuna en los tribunales, hasta ahora sin éxito. Mientras tanto, muchos gobiernos continúan sin poder proteger a sus niños y niñas contra la neumonía porque no pueden pagar los altos precios que cobra Pfizer.
En 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció que garantizaba la calidad de una tercera vacuna conjugada contra el neumococo (PCV). Se trata de una nueva versión más asequible, pero se necesitan muchas más para marcar la diferencia y salvar más vidas.
Nandita, India
Nandita Venkatesan perdió la audición como efecto secundario de un anticuado medicamento para la tuberculosis que se vio obligada a tomar porque el fármaco más nuevo y eficaz, la bedaquilina, era demasiado caro.
La farmacéutica que posee la patente del medicamento, rechazó bajar el precio. Esta experiencia llevó a Nandita a emprender la lucha en la India y en todo el mundo para garantizar que otras personas que viven con tuberculosis no tengan que afrontar la elección que ella si tuvo que enfrentar: “sorda o muerta”.
El impacto de los monopolios en el acceso a los fármacos contra la tuberculosis: Hoy, la bedaquilina está fuera del alcance de 1 de cada 9 personas que viven con tuberculosis y la causa, en gran parte, reside en los altos precios y en las patentes que bloquean la fabricación de alternativas más asequibles.
La farmacéutica que ostenta la patente de la bedaquilina, la utiliza para bloquear la producción de versiones genéricas más asequibles del medicamento hasta que se agote la patente, es decir, hasta 2027 en India.
Hanif tiene 25 años, vive en Mumbai y es uno de los pocos pacientes con tuberculosis extensamente resistente a los medicamentos (XDR-TB) en la India que tiene la suerte de poder acceder a los nuevos medicamentos. Foto: Gentileza.
Charles, Kenia
Charles Sako fue diagnosticado con VIH en 2003. Pensó que era una sentencia de muerte. Por esos años, el tratamiento estaba fuera del alcance de las personas de los países en desarrollo, sobre todo porque los medicamentos antirretrovirales habían sido patentados por las farmacéuticas, que los y vendían a precios muy altos.
Indignado ante la injusticia, surgió un movimiento global para desafiar las patentes sobre los medicamentos que salvan vidas y así abrir el camino para que estuvieran disponibles versiones más asequibles. Charles fue parte de esa lucha y hoy es el orgulloso padre de cinco niñas y esposo de Noel.
El impacto de los monopolios en el acceso al tratamiento antirretroviral: a principio del milenio, las farmacéuticas habían fijado un precio de 10.000 dólares por paciente por año para el tratamiento antirretroviral temprano, un precio muy superior al poder adquisitivo de la mayoría de las personas que viven con VIH en los países en desarrollo.
Hoy, 26 millones de personas están vivas gracias al trabajo realizado por activistas de la salud para contrarrestar el daño causado por las patentes injustas. Se fomentó la producción de medicamentos genéricos en lugares donde las patentes no estaban vigentes o impugnándolas en los tribunales y el precio del tratamiento bajó drásticamente: hoy, se sitúa por debajo de los 70 dólares por persona al año.