El Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPyBS) informó que en la fecha se procesaron un total de 2.589 muestras, 673 dieron positivo y corresponden a casos comunitarios. Lamentablemente, se registraron 13 fallecidos, alcanzado la cifra de 1.569, mientras que 601 personas permanecen internadas, 112 en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI).
Así también, 451 personas lograron vencer a la enfermedad, sumando así 50.965 recuperadas. Por otra parte, la cartera sanitaria detalló que en el Paraguay se registraron 71.065 casos positivos desde el inicio de la pandemia en el pasado mes de marzo.
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El informe de los fallecidos que contempla la edad y el sexo, así como su distribución geográfica, señala en la discriminación por franja etaria que las víctimas se dividieron de la siguiente manera: de 20 a 39 años, ningún fallecido; de 40 a 59 años, 4 muertos y de 60 años y más, 9 víctimas.
Del total, 6 son mujeres y 7 varones. Los fallecidos radicaban en Asunción, Central, Itapúa y Misiones. Desde el Ministerio de Salud, se insta a la ciudadanía a seguir cumpliendo con todo el protocolo sanitario para hacer frente al coronavirus, como el uso de tapabocas, el lavado de manos así como el distanciamiento físico.
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Trabajo de calidad es una “deuda urgente” en América Latina, según informe del BID
Cuando este 1 de mayo se celebra el Día Internacional de los Trabajadores, un contundente informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) revela que a pesar de que en América Latina y el Caribe hay empleo, sin embargo, destaca que “es urgente aumentar su calidad”, más aun teniendo en cuenta que la última edición del Índice de Mejores Trabajos de la organización internacional coloca a la calidad del empleo en la región en 41,2 en una escala del 1 al 100.
La misma fuente agrega que el estudio realizado incluye recomendaciones de políticas para mejorar la calidad del empleo cultivando y fortaleciendo las habilidades de la fuerza laboral, entre otras.
Por si fuera poco, el documento también evidencia un hecho de injusticia: las mujeres de América Latina tienen empleos de peor calidad que los hombres con una brecha de 16 puntos en el Índice de Mejores Trabajos.
La informalidad
A pesar de todos los avances sociales y laborales conquistados en las últimas décadas, aun falta mucho por lograr teniendo en cuenta que según las cifras casi un 55 % de los trabajadores de América Latina y el Caribe tiene un empleo informal, sin contrato ni cobertura de seguridad social, y 3 de cada 10 no alcanzan a tener los ingresos necesarios para superar el umbral de la pobreza, esto según la más reciente edición del Índice de Mejores Trabajos del BID, que cada dos años mide la calidad y cantidad del empleo en América Latina.
El estudio que abarca datos para 17 países de la región indica que el 70 % de las personas en edad productiva trabajan, pero con el índice la calidad del empleo es apenas de 41,2 sobre 100. “La dimensión de calidad del índice está compuesta por los indicadores de formalidad laboral y suficiencia salarial para superar la pobreza”, reza el dossier.
“Si bien la dimensión de calidad del Índice se ubica en su nivel histórico más alto desde 2010, su bajo nivel promedio subraya la urgencia de mejorar la calidad del empleo en la región. El Índice de Mejores Trabajos 2024 también refleja importantes brechas en los mercados laborales de la región. Las mujeres de América Latina tienen empleos de peor calidad que los hombres con una brecha de 16 puntos en el Índice de Mejores Trabajos. A su vez, los jóvenes de la región tienen empleos de peor calidad que los adultos con una brecha de 15 puntos en esa dimensión del Índice de Mejores Trabajos.
Grandes brechas
A continuación el informe deja en claro que los países con puntajes elevados en el Índice global presentan las mayores brechas en esos grupos vulnerables. Costa Rica, por ejemplo, que ocupa el número tres en el ranking de la última edición del Índice de Mejores Trabajos, presenta a la vez una de las mayores brechas de género y la menor brecha entre adultos y jóvenes en la región. Uruguay, por su parte, lidera en el Índice de Mejores Trabajos en la región, pero presenta la brecha más grande de calidad y cantidad entre adultos y jóvenes.
Para Laura Ripani, jefa de la División de Mercados Laborales y Seguridad Social del BID, “en una región en la que 70 % de las personas dependen exclusivamente de su trabajo para vivir y mantener a sus familias, la calidad del empleo tiene que aumentar rápidamente. Eso significa generar y conectar a más personas con más empleos formales que les permitan ahorrar para el retiro y tener coberturas de seguridad social frente a riesgos”.
Evolución de la calidad del empleo
En el estudio, según el informe Índice de Mejores Trabajos 2024, la evolución de la calidad del empleo ha sido lenta desde 2010 y, al ritmo actual de crecimiento, llegar a unos 70 puntos tomaría casi 48 años. La dimensión de cantidad ha tenido un comportamiento más o menos estable con una caída en 2020 producto de los efectos de la pandemia en el empleo, recuperándose para 2022.
Recomendaciones
Algunas de las soluciones e iniciativas que impulsa el BID para aumentar la calidad del empleo en la región se refieren a equipar al capital humano con habilidades alineadas a las necesidades de talento de los sectores productivos de cada país, promover el empleo formal con menores costos haciendo universal parte de la seguridad social, e impulsar el acceso a empleos fortaleciendo los servicios públicos de empleo
“En Bolivia, por ejemplo, el Programa de Apoyo al Empleo ha facilitado el acceso a empleos de calidad en empresas a más de 50.000 personas trabajadoras, la mayoría mujeres y jóvenes, con capacitaciones laborales en planta”, refiere el informe.
Indicadores
El Índice de Mejores Trabajos es una de las herramientas del BID para identificar las áreas de oportunidad para desarrollar e impulsar la productividad en América Latina y el Caribe. Evalúa cómo son los empleos de los países a través de dos dimensiones: cantidad y calidad.
La dimensión de cantidad está compuesta por dos indicadores: la tasa de participación laboral y la de ocupación. La de calidad se construye con las tasas de formalidad y de trabajos con salario suficiente para superar la pobreza. Así, el índice es la media ponderada de estos cuatro indicadores y sus puntuaciones van de 0 a 100. Para que un país obtenga 100 puntos, todas las personas que participan en la fuerza laboral deben estar empleadas con un trabajo formal que les aporte un salario suficiente.
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La inseguridad alimentaria aumentó a 282 millones de personas en 2023
La inseguridad alimentaria empeoró en el mundo en 2023 y cerca de 282 millones de personas necesitaron ayuda de emergencia a causa de los conflictos, especialmente en Gaza y Sudán, así como por episodios climáticos extremos y crisis económicas, según un informe divulgado el miércoles.
El número de personas en situación crítica aumentó en 24 millones respecto a 2022, según este informe elaborado conjuntamente por 16 agencias de la ONU y organizaciones humanitarias. En América Latina destaca el caso de Haití, donde la violencia y la inestabilidad política provocan que 1,8 millones de personas se encuentren en una situación de extrema vulnerabilidad alimentaria, es decir 200.000 más que en 2022.
Globalmente es el quinto año consecutivo en el que el número de personas en estado de inseguridad alimentaria aguda aumenta en el mundo. Unas 700.000 personas se hallaban al borde de la hambruna en 2023, de las cuales 600.000 en Gaza. Una cifra que aumentó en ese territorio palestino en los últimos meses a causa de la guerra entre Hamás e Israel.
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Peor es la situación en Sudán, protagonista de la peor crisis de refugiados mundial y en guerra desde hace un año, y donde otros 8,6 millones de personas se añadieron a la lista de afectados por la inseguridad alimentaria (20,3 millones en total en el país). “Hay un claro deterioro en el contexto de crisis alimentarias clave como Sudán y la Franja de Gaza”, explicó a la AFP Fleur Wouterse, directora adjunta de la oficina de urgencia y resiliencia de la agencia de Naciones Unidas para la agricultura (FAO).
Desde el lanzamiento del informe en 2016 por parte de la Red Mundial contra las Crisis Alimentarias, una alianza que reúne a organizaciones de la ONU, la Unión Europea, los Estados Unidos y otras organizaciones humanitarias, “el número de personas en situación de inseguridad alimentaria ha aumentado de 108 millones a 282 millones, mientras que la prevalencia (la proporción de la población afectada dentro de las áreas concernidas) ha aumentado del 11% al 22%”, señala Fleur Wouterse.
La vulnerabilidad de los refugiados
Y la crisis alimentaria ha persistido desde entonces en Afganistán, la República Democrática del Congo, Etiopía, Nigeria, Siria y Yemen, destaca. En América Latina, la llegada constante de migrantes y refugiados a Colombia, Perú y Ecuador constituye una fuente de preocupación, además del impacto del fenómeno climático El Niño.
En Colombia, por ejemplo, mientras que solamente el 3 % de la población autóctona se enfrentó a una situación alimentaria severa (1,6 millones de personas), el 62 % de los migrantes y refugiados (2,9 millones) se hallaba en esa situación de vulnerabilidad. Venezuela también es uno de los países “que ha sido identificado como preocupante en todas las ediciones” de este informe, recuerdan los autores.
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A pesar de que la producción de cereales aumentó, la inflación fue el gran problema del país caribeño, donde “el precio de la cesta básica siguió siendo cuatro veces más alta que el salario mensual”. “En un mundo de abundancia, los niños mueren de hambre. Las guerras, el caos climático y la crisis del costo de vida, combinados con una acción inadecuada, resultan en cerca de 300 millones de personas enfrentando una crisis alimentaria aguda en 2023″, lamenta el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, en el prólogo del informe.
“Los fondos no están a la altura de las necesidades. Los gobiernos deben fortalecer los recursos disponibles para el desarrollo sostenible”, insta. Especialmente porque los costos de distribución de la ayuda han aumentado. Para 2024, el desarrollo “dependerá del cese de las hostilidades”, señala Fleur Wouterse. “Tan pronto como los accesos humanitarios” a Gaza y Sudán sean posibles, por ejemplo, la ayuda podría “mitigar rápidamente” la crisis alimentaria, dice.
Fuente: AFP
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Argentina supera 333.000 casos y 238 fallecidos por dengue
En su peor brote histórico de dengue, Argentina registró 333.084 casos de dengue y 238 fallecidos, según el último informe epidemiológico emitido el 22 de abril por el Ministerio de Salud. La institución sanitaria observó que se registra por segunda semana consecutiva un descenso de los casos semanales de los contagios de la enfermedad causada por el mosquito aedes aegypti.
El pico de casos se registró en la semana 12, que corresponde entre el 17 y 23 de marzo, con 47.092 pacientes, a partir del cual se identifica un descenso del 21 %. Tan solo en el año 2024 se contabilizaron 315.942 casos. La incidencia acumulada hasta el momento para la temporada es de 708 casos por cada cien mil habitantes.
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Igualmente en Paraguay se viene dando un descenso en las cifras de dengue. En las semanas epidemiológicas 13 a 15, entre el 24 de marzo hasta el 13 de abril, se reportaron 2.031 casos confirmados, 2.376 probables y 21.465 sospechosos, mientras que las hospitalizaciones de casos confirmados asciende a 242 pacientes, otros 103 probables y 763 sospechosos.
En el acumulado desde el 17 de setiembre hasta el 13 de abril están confirmados 41.119 casos, además de 24.747 probables y 214.343 sospechosos, además de 5.328 hospitalizaciones cuyo diagnóstico confirmó la enfermedad, y totalizan 86 fallecidos en siete meses a consecuencia del dengue en territorio paraguayo.
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Casos de dengue desatan batalla por repelentes
- Buenos Aires, Argentina. AFP.
Ahuyentar a los mosquitos con mezclas de vainilla o champú barato son opciones que se popularizan en Buenos Aires como alternativa al repelente, un bien que se ha vuelto escaso y caro cuando el país padece su peor epidemia de dengue, con 129 muertos en lo que va del año, en plena crisis económica. En los supermercados se desatan trifulcas entre compradores o se escuchan gritos de júbilo cuando llega el repelente. Algunos comercios abren cuentas de WhatsApp para avisar a sus clientes que tienen mercadería. Otros lo racionan: tres por persona. En un local, las familias se dividían en la fila para comprar nueve o 12 unidades por vez.
Hay quienes recurren a soluciones más rústicas: en un video viral, un hombre que aparece en un parque rodeado de mosquitos asegura que una mezcla de agua y de champú económico Plusbelle los repele.
La enfermedad, que provoca fiebre y dolor en las articulaciones y puede ser mortal, es transmitida por el aedes aegypti, un mosquito que está conviviendo con otro, el aedes albifasciatus, que invade la capital argentina desde enero por las lluvias. Como resultado, Argentina ocupa el tercer lugar de casos de dengue en América Latina, con 129 muertes contra 13 en la misma fecha el año pasado, según el boletín epidemiológico del último fin de semana.
La primera epidemia de dengue de esta envergadura encuentra al país desprotegido frente a un virus tropical que ha sido empujado al sur por el fenómeno de El Niño y el calentamiento global, según informó esta semana la Organización Panamericana de la Salud. El aumento de dengue se observa sobre todo en Brasil (81 %), Paraguay (6 %) y Argentina (3,4 %), que representan el 92 % de todos los casos y el 87 % de las muertes en América Latina y el Caribe.
En Argentina, la epidemia se ve favorecida por la escasez de repelentes resultante de la inesperada demanda, y la especulación comercial tras la liberación de precios decretada por el gobierno ultraliberal de Javier Milei.