• Buenos Aires, Argentina. AFP.

Ahuyentar a los mos­quitos con mez­clas de vainilla o champú barato son opciones que se popularizan en Bue­nos Aires como alternativa al repelente, un bien que se ha vuelto escaso y caro cuando el país padece su peor epidemia de dengue, con 129 muertos en lo que va del año, en plena cri­sis económica. En los super­mercados se desatan trifulcas entre compradores o se escu­chan gritos de júbilo cuando llega el repelente. Algunos comercios abren cuentas de WhatsApp para avisar a sus clientes que tienen mercade­ría. Otros lo racionan: tres por persona. En un local, las fami­lias se dividían en la fila para comprar nueve o 12 unidades por vez.

Hay quienes recurren a solu­ciones más rústicas: en un video viral, un hombre que aparece en un parque rodeado de mosquitos asegura que una mezcla de agua y de champú económico Plusbelle los repele.

La enfermedad, que provoca fiebre y dolor en las articulacio­nes y puede ser mortal, es trans­mitida por el aedes aegypti, un mosquito que está conviviendo con otro, el aedes albifasciatus, que invade la capital argentina desde enero por las lluvias. Como resultado, Argentina ocupa el tercer lugar de casos de dengue en América Latina, con 129 muertes contra 13 en la misma fecha el año pasado, según el boletín epidemiológico del último fin de semana.

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La primera epidemia de den­gue de esta envergadura encuentra al país desprote­gido frente a un virus tropical que ha sido empujado al sur por el fenómeno de El Niño y el calentamiento global, según informó esta semana la Orga­nización Panamericana de la Salud. El aumento de dengue se observa sobre todo en Brasil (81 %), Paraguay (6 %) y Argen­tina (3,4 %), que representan el 92 % de todos los casos y el 87 % de las muertes en América Latina y el Caribe.

En Argentina, la epidemia se ve favorecida por la escasez de repelentes resultante de la inesperada demanda, y la especulación comercial tras la liberación de precios decre­tada por el gobierno ultralibe­ral de Javier Milei.

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