Paraguay rinde homenaje a víctimas de explosión en Beirut
Compartir en redes
La trágica explosión ocurrida el pasado 4 de agosto en un depósito del puerto de Beirut, en el Líbano, aún mantiene las heridas abiertas en ese país ubicado en la costa del mar Mediterráneo. Las investigaciones sobre este hecho continúan hasta la fecha y la ciudad lentamente se va reponiendo de la gran sacudida que dejó decenas de muertos, miles de heridos e invaluables daños materiales.
La Embajada de la República del Paraguay en el Líbano informó que nuestro país ha rendido un homenaje a las víctimas de la tragedia, con la inauguración del Solar Paraguay. El acto estuvo a cargo de monseñor Habib Chamieh, obispo de la Eparquía Maronita en la Argentina y delegado ad instar hierarchae loci en Paraguay; Jean Elías El Asmar, alcalde-presidente del Consejo Municipal; y del encargado de negocios a.i. de la embajada paraguaya, Osvaldo Bittar Vicioso, informó la Cancillería Nacional en su portal web. Asistieron también asistieron embajadores acreditados en Líbano, autoridades parlamentarias y del Ministerio de Exteriores, así como connacionales y amigos de la Embajada del Paraguay.
Las investigaciones apuntan a toneladas de fertilizantes que se encontraban almacenados en el puerto de Beirut. Foto: AFP.
Primer santo del Líbano
El diplomático Bittar Vicioso expresó que el Solar Paraguay es un espacio para el ocio, el descanso, la oración, la meditación, bajo centenarios árboles de olivos. Dijo sentirse emocionado de abrir las puertas del Solar Paraguay, que es para todas las personas quienes deseen visitar el lugar para descansar, orar, tomar sol, a lo que más les guste.
Destacó que en el solar está una imagen del primer santo del Líbano, San Charbel, que tiene la devoción de los libaneses de las diversas confesiones religiosas, y la imagen del primer santo del Paraguay, San Roque González de Santa Cruz.
En el sitio también fue instalada una imagen de la Independencia del Paraguay, que significa la libertad del pueblo paraguayo y la soberanía de la República del Paraguay. Además, una pequeña estatua de San Antonio, que fue encontrada bajo tierra en el lugar y por ese motivo le construyeron allí una pequeña ermita en piedra.
El alcalde de Beirut elogió el solar diciendo que contribuye al hermoseamiento de la ciudad, por sus imágenes y su proyecto urbanístico. El obispo Chamied también hizo lo propio y destacó el profundo sentido del Solar para el Líbano. “En estos momentos críticos, nos fortalece a sobrellevar lo ocurrido el 4 de agosto y nos alienta a la reconstrucción de nuestra ciudad”, expresó.
Un total de 180 personas fallecieron a consecuencia de la terrible explosión. Foto: AFP
La explosión del pasado 4 de agosto, una de las mayores en la historia reciente, arrasó sectores enteros del puerto, dejando un cráter de 43 metros de profundidad, ahora cubierto por el agua del mar, provocando más de 180 muertos y 6.500 heridos en varios kilómetros a la redonda.
Las investigaciones apuntan a toneladas de fertilizantes que se encontraban almacenados en el puerto de Beirut, como responsable del desastre ocasionado. El fuego que originó la posterior explosión comenzó en depósito de materiales pirotécnicos que se encontraban a lado del depósito con fertilizantes.
El Líbano, atrapado entre el COVID-19, la crisis económica y los daños de la explosión
Compartir en redes
Desde finales del 2019, Líbano ha estado lidiando con su peor crisis económica en décadas, tensiones sociales y agitación política. Además de eso, y tras la llegada de la pandemia del COVID-19 a principios del 2020, una gran explosión arrasó con Beirut, la capital, en agosto.
Estas crisis sobrepuestas han exacerbado la vulnerabilidad de las personas y han empujado a miles a la pobreza. Todo esto se suma a una situación precaria y prolongada para las personas desplazadas. Este pequeño país alberga al mayor número de personas refugiadas per cápita del mundo.
“Esta situación ha agravado las necesidades de la población”, asevera la Dra. Caline Rehayem, coordinadora médica adjunta de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Líbano. “La presión socioeconómica, sobre todo, ha hecho que el costo de los productos básicos, incluyendo los alimentos, sea cada vez más difícil de pagar para muchas personas”.
Samar de 3 años salía con su padre del edificio el día de la explosión y la puerta de robo le causó heridas y quemaduras en la cara. Foto: Gentileza.
Honorarios médicos costosos
“Los honorarios médicos también se han vuelto prohibitivos para los grupos vulnerables del país”, dice el Dr. Rehayem. “Se espera que este contexto empeore las condiciones de salud de las personas y el acceso a la atención, y nuestros equipos sobre el terreno ya han comenzado a observar signos de deterioro”.
Durante el año pasado, el personal que trabaja en las clínicas de MSF ha observado un aumento de la vulnerabilidad entre nuestros pacientes. Muchos de ellos y ellas están experimentando problemas financieros relacionados con la situación económica del país, que en algunos casos están teniendo un impacto en su capacidad para seguir adecuadamente su tratamiento. El impacto en el bienestar psicológico de las personas también es notable y es una gran preocupación para Médicos Sin Fronteras.
Profundización de la pobreza
Según la ONU, más de la mitad de la población de Líbano está atrapada en la pobreza, casi el doble de la tasa que había el año pasado. En cuanto a la población refugiada siria que vive en el país, se estima que el 89% vive por debajo del umbral de pobreza extrema.
Esto significa que viven con menos de 10.000 libras libanesas por persona por día, el equivalente a alrededor de US$ 1, según la tasa de negociación no oficial actual en el mercado. Un número creciente de libaneses ha estado llamando a las puertas de las clínicas de MSF durante el último año, al no ser capaces de cubrir sus gastos médicos, especialmente en áreas remotas.
El equipo médico de MSF brinda atención a Fatima, una anciana residente del barrio de Khandak el-Ghamik en Beirut. Foto: Gentileza.
Se duplicaron atenciones
En nuestra clínica en Hermel, en la parte norte del Valle de Bekaa, el número de pacientes con enfermedades no transmisibles que solicitaron nuestros servicios se duplicó con creces entre el 2019 y 2020. En Arsal, otra ciudad del valle de Bekaa, el número de consultas pediátricas para pacientes libaneses en nuestra clínica también aumentó en un 100 por ciento en un año.
El sistema de salud altamente privatizado del Líbano ya era una barrera importante para las personas más vulnerables del país, que luchaban por acceder a una atención asequible. La tasa de inflación anual, que aumentó al 133 por ciento en noviembre de 2020, afectó tanto a la población libanesa como a la población refugiada, y ha afectado directamente su capacidad para acceder a la atención médica.
Siempre hemos sido pobres
“Hace dos meses, mi esposo perdió su trabajo. Siempre hemos sido pobres, pero al menos antes podíamos lidiar con los gastos”, relata Fátima, una mujer libanesa de 58 años que vive en Hermel, tiene diabetes y sufre graves complicaciones a causa de su enfermedad.
“Comemos principalmente lentejas, trigo bulgur y papas, muchas papas. No es una dieta muy buena para mi condición médica, pero eso es todo lo que podemos pagar. Sin MSF, tendría que depender de la caridad de las personas para obtener mis medicamentos “.
Ahmed, de 34 años, es padre de cuatro hijos. Este refugiado sirio y su familia llegaron al Líbano en 2015. Foto: Gentileza.
Sin acceso a alimentos
Se recomienda a las personas con diabetes que sigan una dieta adecuada para ayudar a controlar su nivel de azúcar en sangre y reducir los riesgos de desarrollar complicaciones. Sin embargo, en las clínicas de MSF en todo el país, ver a pacientes que reportan tener dificultades para acceder a alimentos básicos como la carne, el pollo e incluso algunas verduras debido a problemas económicos, se ha convertido en una realidad diaria.
Ahmed es un refugiado sirio que vive en un asentamiento informal de tiendas de campaña en las afueras de Arsal. Hace cuatro meses, a su hija menor, Zeinab, le diagnosticaron anemia. “Se veía muy enferma. Estaba muy pálida y comía muy poco”, relata.
“El médico le recetó un suplemento de hierro y nos aconsejó que la alimentáramos con más verduras y frijoles, pues ya no podemos pagar la carne. Todo se ha vuelto al menos cuatro veces más caro y la situación sigue empeorando”.
Crisis sobre crisis
La pandemia del COVID-19 que azotó el país en la primavera y que fue seguida de la gran explosión en el puerto de Beirut en agosto del 2020, ha empeorado la terrible situación en Líbano. El frágil sistema de salud pública, que ya enfrentaba una escasez regular de medicamentos y otros suministros médicos debido a la crisis financiera, se ha visto aún más afectado.
La explosión de agosto, que dejó miles de personas heridas y desplazadas, también destruyó la infraestructura sanitaria, incluyendo varios hospitales.
Este hospital resultó gravemente dañado por la explosión que provocó muertes y lesiones entre el personal médico, los pacientes y los visitantes. Foto: Gentileza.
Almacén con medicinas fue dañado
Además, el almacén central del Ministerio de Salud, donde se almacenan todos los suministros médicos nacionales, resultó gravemente dañado. Una encuesta que los equipos de MSF realizaron en una muestra aleatoria de 253 pacientes con enfermedades no transmisibles, consideradas como parte de la respuesta de emergencia posterior a la explosión, mostró que el 29 por ciento de estas personas ya había interrumpido o racionado su medicación antes de la explosión.
Casi la mitad de esos pacientes mencionaron las dificultades financieras como la principal razón para esa interrupción; mientras que el 11 por ciento dijo que se debía a la escasez de medicamentos. “Cuando voy al centro de salud, a menudo me dicen que no hay medicamentos disponibles.
Desde agosto del 2020, Médicos Sin Fronteras ha intensificado sus esfuerzos para responder a la respuesta ante el COVID-19 en Líbano y apoyar al sistema nacional de salud para hacer frente a la pandemia. Ha convertido temporalmente su hospital en Bar Elias, en el Valle de Bekaa, en una instalación para tratar COVID-19 y apoya a un centro de aislamiento en Sibline, en el sur del país.
Líbano decreta un reconfinamiento hasta final de enero
Compartir en redes
Las autoridades libanesas anunciaron el lunes un reconfinamiento del país a partir del jueves hasta final de enero, debido a que los contagios por COVID-19 se han disparado durante las fiestas y los hospitales están saturados.
En diciembre, el gobierno autorizó la reapertura del país, incluidos los bares y las discotecas, en un intento por relanzar una economía hundida. La decisión le valió duras críticas del ámbito médico, en un momento en el que la tasa de ocupación de las unidades de cuidados intensivos alcanzaba ya niveles críticos.
El país se reconfinará “desde el jueves por la mañana hasta el 1 de febrero por la mañana”, indicó a la prensa el ministro de Salud Hamad Hassan. Se instaurará un toque de queda desde las 18:00 hasta las 5:00, según la agencia nacional de información ANI.
El aeropuerto de Beirut permanecerá abierto, pero el número de pasajeros “será reducido respecto al año pasado”, indicó el ministro de Defensa, Mohamad Fehmi. En los últimos días, los trabajadores sanitarios dieron la voz de alarma ante el aumento de casos positivos --hasta 3.500 el jueves, frente a los entre 1.000 y 2.000 casos diarios en las semanas anteriores-- y de los casos que necesitan una hospitalización.
Desde el inicio de la pandemia, Líbano ha registrado más 192.000 contagiados y 1.500 fallecidos. El país debe recibir en febrero los primeros lotes de vacunas contra el COVID-19.
El papa anuncia que viajará a Líbano lo antes posible
Compartir en redes
El papa Francisco anunció que visitará Líbano “lo antes posible” en una carta dirigida este jueves a los libaneses de todas las confesiones, con motivo de la Navidad. “Queridos hijos e hijas de Líbano, es muy grande mi dolor al ver el sufrimiento y la angustia que ahoga el ánimo de emprendimiento y el dinamismo del País del Cedro”, escribió el papa.
“Siento en lo más profundo de mi alma la gravedad de vuestras pérdidas, sobre todo cuando pienso en los numerosos jóvenes que se ven privados de cualquier esperanza de un futuro mejor”, afirmó el papa en la carta.
Para Francisco, la identidad del Líbano consiste en “llevar al mundo entero el perfume del respeto, la convivencia y el pluralismo, la identidad de un pueblo que no abandona sus casas y su patrimonio”.
El papa Francisco lanzó un nuevo llamado a la comunidad internacional para que ayude al Líbano “a mantenerse al margen de los conflictos y las tensiones regionales” y “a salir de la grave crisis” que atraviesa el país.