La mayoría de la fieles son más devotos de San Miguel, considerado príncipe de la milicia celestial y capitán del Ejército de Dios. Foto: Osvaldo Escobar.
Católicos conmemoran hoy a los arcángeles San Miguel, San Gabriel y San Rafael
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Hoy la Iglesia Católica celebra a los santos arcángeles Miguel, Rafael y Gabriel. Miguel en hebreo significa “¿quién como Dios?”, Rafael quiere decir “medicina de Dios” y Gabriel significa “fortaleza de Dios”.
No obstante, la mayoría de los fieles son más devotos a San Miguel, considerado príncipe de la milicia celestial y capitán del Ejército de Dios, según comenta Jorge Catalino González.
Recuerda que los arcángeles San Miguel, Gabriel y Rafael ocupan una posición muy importante en la Biblia y que de entre todos los ellos, San Miguel es sin duda alguna el más conocido y, sobre todo, el que tiene mayor advocación.
“San Miguel ocupa el primer lugar en el octavo coro celestial formado por los arcángeles. Además, ocupa un lugar importantísimo en la jerarquía celestial, ya que es capitán del Ejército de Dios y príncipe de la milicia celestial”, comenta.
San Miguel es sin duda alguna el más conocido y, sobre todo, el que tiene mayor advocación. Foto: Archivo.
Agrega que los arcángeles ocupan lugares importantes y relevantes en el cielo. Con relación a San Miguel, es el arcángel guerrero y recibe varios títulos: príncipe de las milicias, gran general supremo de los ejércitos del cielo, protector de la iglesia, defensor de los cristianos ante los ataques del enemigo, abogado de los moribundos y santo patrono de la caballería e infantería durante la Edad Media. Además, San Miguel será el encargado de llevar a las almas ante el Señor, el día del juicio final, sostiene el especialista en la fe católica.
“Su nombre es el grito de guerra, utilizado en la batalla contra el demonio. Se dice que Satanás tiembla cuando escucha el nombre de Miguel, pues le recuerda la batalla en la que fueron expulsados del cielo”, agrega.
San Miguel en la Biblia
En el libro de Daniel se menciona que cuando el arcángel Gabriel le dice a Daniel que el ángel de Persia le había hecho resistencia, se le informa que Miguel había acudido en su ayuda. Asimismo, en algunos libros apócrifos se menciona que cuando Moisés murió, San Miguel y Satanás se disputaron su cuerpo. Este último deseaba que el pueblo adorara a Moisés y, de ese modo, cayeran en la idolatría.
En el Apocalipsis 12,7 está escrito que en el cielo se librará una batalla, y que Miguel y sus ángeles combatirán al Dragón. Otro pasaje alusivo a este gran Arcángel se encuentra en la carta de Judas, donde San Miguel aparece una vez más como protector de los justos.
Milagros
Uno de los primeros milagros ocurrió cerca de la ciudad de Colosas, en Frigia. Se cuenta que hizo aparecer una fuente en donde los enfermos se curaban al bañarse en la misma, invocando a la Santísima Trinidad y a San Miguel.
Por otra parte, se cuenta que San Miguel se le apareció al emperador Constantino, por lo que este mandó construir una iglesia en honor al Ángel, cerca de Constantinopla.
En el Barrio San Miguel, Guarambare se congregaban en otros tiempos muchos devotos de este santo. Foto: Osvaldo Escobar.
Cuenta la historia que el 25 de setiembre de 1888 (no todas las fuentes están de acuerdo con la fecha exacta) después de celebrar la misa de la mañana, se encontraba el Papa oficiando otra misa, esta vez una misa de agradecimiento. Cuenta el padre Domenico Pechenino, testigo presencial del acontecimiento, que el sumo pontífice levantó la cabeza súbitamente y parecía mirar con extrema atención “algo” que se encontraba por encima del celebrante. Su mirada era fija y no parpadeaba. Su rostro expresaba asombro, terror y confusión. Algo inusual estaba sucediendo.
Luego, como volviendo en sí, el Papa se levanta y se dirige apresurado hacia un despacho privado. Hasta allí le siguen algunos parientes, quienes preocupados le preguntaban: “Santo Padre, ¿no se siente bien? ¿Necesita algo?”.
El entonces papa León XIII respondería con: “Vi demonios y oí sus crujidos, sus blasfemias, sus burlas. Oí la espeluznante voz de Satanás desafiando a Dios, diciendo que él podía destruir la Iglesia y llevar a todo el mundo al infierno si se le daba suficiente tiempo y poder. Satanás le pidió permiso a Dios de tener 100 años para influenciar al mundo como nunca antes había podido hacerlo”.
León XIII pudo ver también a San Miguel Arcángel aparecer y lanzar a Satanás con sus legiones en el abismo del infierno. Luego del evento, el pontífice se encierra en su despacho y al cabo de media hora hace llamar al secretario de la Congregación de Ritos y, dándole un folio, le manda imprimirlo y enviarlo a todos los obispos diocesanos del mundo. Dicho folio tenía la oración que solía rezarse al final de la misa junto con el pueblo, con la súplica a María y la encendida invocación al príncipe de las milicias celestiales, implorando a Dios que vuelva a lanzar a Satanás al infierno. Y es la siguiente:
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, príncipe de la milicia celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén.
Patrono protector
Por Decreto Episcopal 36, de fecha 24 de agosto del 2016, del Obispado de las FFAA de la Nación y la Policía Nacional, se nombra como: Santo Patrono y Protector del arma de la Infantería de Marina a San Miguel Arcángel, capitán del Ejército de Dios y príncipe de la milicia celestial.
Por otra parte, en el Decreto Episcopal 43, de fecha 19 de octubre de 2016, del Obispado de las FFAA de la Nación y la Policía Nacional se nombra también a San Miguel Arcángel como Patrono y Protector del arma de la Infantería del Ejército paraguayo.
San Miguel es el santo patrono y protector del arma de la Infantería de Marina. Foto: Osvaldo Escobar.
En el marco de la celebración de la fiesta patronal de San Charbel, este domingo se llevaron a cabo varias actividades de las cuales participaron los devotos. Foto: Néstor Soto
Fieles celebraron hoy a San Charbel con procesión vehicular y varias actividades
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En el marco de la celebración de la fiesta patronal de San Charbel, este domingo se llevaron a cabo varias actividades de las cuales participaron los devotos de manera multitudinaria. La organización de esta fiesta anual estuvo a cargo de la Misión Libanesa Maronita del Paraguay y la Parroquia San Charbel.
La actividad con la que se iniciaba esta jornada tan especial fue una procesión vehicular con la imagen de San Charbel durante la cual se visitó a las capillas aledañas. Este momento fue acompañado por los Heraldos del Evangelio, quienes amenizaron este momento de oración con cantos clásicos.
Posteriormente, cerca del mediodía, fue celebrada una misa de sanación, la cual fue presidida por el cardenal Adalberto Martínez, arzobispo metropolitano de la Arquidiócesis de la Santísima Asunción. Así también acompañó monseñor Vincenzo Turturro, nuncio apostólico del Paraguay.
Durante la misma se entronaron las reliquias de la Beata María Felicia de Jesús Sacramentado y se bendijo el aceite curativo de San Charbel. Finalizado este momento, de oración y regocijo, se procedió a la revelación de una placa conmemorativa al santo y su impacto en la vida de los fieles.
Las celebraciones en torno a San Charbel se iniciaron previamente con un triduo de misas en donde se rezaba el rosario y los fieles compartían la eucaristía. Este proceso de preparación para la fiesta patronal fue acompañado por las capillas Inmaculada Madre de Cristo, San Roque González, Medalla Milagrosa, San Cayetano, Virgen del Rosario, San Miguel, San Eugenio de Mazerod, San Francisco de Asís y la capilla Caacupemí.
Durante la procesión vehicular con la imagen de San Charbel se visitó a las capillas aledañas. Foto: Nestor Soto
Un salvadoreño fue la nueva víctima de un robo con app de citas
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Ciudad del Este. Agencia Regional.
Un nuevo asalto ocurrió en el barrio San Rafael de Ciudad del Este mediante el contacto concretado por una aplicación de citas, siendo víctima un ciudadano de El Salvador, a quien le robaron dos teléfonos móviles. Es el mismo modo de operación repetido en el citado barrio, después de concertarse una cita por sitios en internet, con el objetivo de robo, según denuncias constantes.
El hecho fue a las 14:30 de este sábado, en la vía pública del barrio San Rafael, zona baja, sector 1. La víctima es Kevin Alexander Velázquez (32), quien estaba hospedado en un hotel de Foz de Iguazú, en Brasil.
Fueron autores tres hombres desconocidos por él, quienes lo despojaron de los teléfonos de la marca Samsung, uno Galaxy Note 9 y otro Galaxy A55. Además de describir sus características físicas no aportó más datos, al personal que intervino en el caso, de la Comisaría Primera.
La victima contó a los agentes que por la mañana había contactado a través de redes sociales, por la aplicación Grindr, para un encuentro con un desconocido, que se hizo llamar Fredy. El desconocido lo buscó frente a Shopping Paris del microcentro de Ciudad del Este, a bordo de una motocicleta tipo clásico, color azul, con uso del casco protector en todo momento.
El ciudadano extranjero dijo que abordó dicha moto como acompañante y llegó a Ciudad del Este, hasta la zona baja del barrio San Rafael ya cerca de un yuyal y un arroyito, momento en que salieron dos hombres y uno de ellos se le acercó con cuchillo en mano y le sustrajo a la fuerza los dos aparatos celulares.
Luego de ese hecho, tanto el que lo llevó hasta el sitio como los otros dos huyeron hacia los pasillos y escalinata del barrio. Agentes de la comisaría y del Grupo Lince iniciaron la búsqueda de los asaltantes. Esta es una práctica delictiva frecuente para incautos que recurren a los aplicativos para citas y terminan siendo robados en asalto.
Ovecha rague, el legado de “la ciudad que te abriga”
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En junio pasado fue declarado como Patrimonio Cultural Inmaterial Nacional y se reconoció a dos de sus artesanas como Tesoros Nacionales Vivos. Aquí un panorama de la artesanía en lana en “la ciudad que te abriga”, San Miguel, y un diálogo con algunas de las artesanas que lo hacen posible.
“Toda la historia del pueblo se fue tejiendo, por así decirlo, en torno a la artesanía, no solo su economía, sino la identidad de su propia gente”, apunta Enrique Correa, director de Cultura de la Municipalidad de San Miguel, en el departamento de Misiones.
Distante a 180 kilómetros de Asunción, a la vera de la ruta PY01, esta localidad se enorgullece de ser la capital de la lana, “la ciudad que te abriga”, la cuna del ovecha rague. A la vera de la ruta existen unas 15 tiendas/talleres que producen y venden tejidos, pero también hay un número mayor de tejedores que se reparten en el casco urbano de la ciudad y en las compañías Arasape y Hugua.
“Es una realidad bastante compleja porque por un lado están los aspectos patrimoniales, que es lo que hemos logrado o tratado de salvaguardar, por ejemplo, con esta declaratoria, los saberes técnicos que los artesanos han transmitido de generación en generación que tiene un alto valor y que le da un valor agregado importantísimo a la artesanía”, apunta Correa.
Habla de la declaración como Patrimonio Cultural Inmaterial Nacional del Ovecha Rague, que hiciera el gobierno en junio pasado en un paso importante para buscar apuntalar la actividad.
Después está lo económico porque “es la fuente principal de ingreso y el sustento de varias familias”, describe.
Las técnicas son heredadas de generación en generación
MOTOR ECONÓMICO
“El hecho de que sea el motor económico de la ciudad nos lleva a trabajar en cómo ofrecer el producto, buscar nuevos mercados, el tema de la materia prima también. Hasta influye el cambio climático, los inviernos ya no son tan crudos hoy en día en nuestra región. Eso obligó a los artesanos a innovar, a buscar otros materiales, el algodón, por ejemplo, que fue ingresando bastante”, agrega Correa.
Recuerda que “la lana tiene su salida solamente en el invierno, en el verano hay que pensar en otros productos. Los artesanos se ingeniaron y le dieron con todo, con el tema del algodón, las colchas, las hamacas, que tienen bastante salida en el verano”.
La realidad económica impacta en las familias “que se van desintegrando, los hijos que emigran a otros lugares, entonces todo atenta contra el mantener este proceso, este conocimiento, este saber y este patrimonio que le otorga una identidad al pueblo”.
Correa entiende que es un desafío “para nosotros como un municipio, la gobernación, el Instituto Paraguayo de Artesanía y para la Secretaría de Cultura, la Senatur, cómo hacer alianzas estratégicas para que la artesanía se siga manteniendo, pueda seguir vendiéndose aquí y en el exterior y que nuestra gente siga produciéndola”.
La intermediación es otro elemento que se intenta resolver a la hora de conseguir un “precio justo” para los artesanos. “Es importante que puedan llegar directamente al consumidor”, apunta ya que “muchos al vender el producto final recuperan quizás lo invertido en materia prima, pero la mano de obra y las horas invertidas en cada uno de los procesos que conlleva elaborar esa prenda muchas veces no son tenidas en cuenta y no son monetizadas. Entonces esos son los grandes desafíos que estamos enfrentando”, indica.
Fermina Fernández, tejedora
TESOROS VIVOS
Ella está escardando la lana en su sillón favorito, en la galería de la casa, en compañía de gatos y gallinas. Fermina Fernández viuda de Correa tiene 84 años y desde que tiene memoria hila y teje. “Cuando tengo 7 años ya mi abuela me enseñaba cómo tengo que hacer por la lana”, memora la mujer que en junio pasado fue reconocida como Tesoro Nacional Vivo por la Secretaría Nacional de Cultura.
Fermina muestra su rueca, monta las fibras de lana con oficio y con el suave y mecánico impulso de un pedal va construyendo el hilo con el que luego elaborará sus finos tejidos.
La tarea también se puede hacer a mano con un huso, para conseguir un hilo más fino, como el que usa en sus fantásticos vichu, chales de fina lana, todo un símbolo de la cultura de los tejedores de San Miguel. Los teje a crochet y los vende desde los 120 mil guaraníes.
“El otro día vinieron las bailarinas y llevaron casi todo de mí”, dice entre risas, contenta por la particular venta que tiene la prenda, infaltable en las integrantes de los ballets folclóricos. Fue en junio durante el festival del Ovecha Rague que recibió a unas 50 delegaciones de artistas.
Mueve a reflexión cómo se valora este trabajo artesanal que tiene un proceso que incluye el lavado de la lana, el escardado, el blanqueo, que puede llevar un mes, de no mediar lluvias y humedad, antes de que las manos de Fermina aborden la prenda. “El tejido no tarda más de una semana”, cuenta.
Solo ella y otra artesana tejen los vichu en el centro de San Miguel, pero en la compañía Arasape queda todavía un grupo importante de tejedoras que ayudan a mantener esta bella tradición.
Fermina supo hacer frazadas, de gran factura, pero “ya me va es demasiado pesado manejar el telar, se hace complicado, se tiene que tener fuerza”, explica. Muestra una que confeccionaron con sus hilos unos artesanos asociados que cuesta 900 mil guaraníes. Se siente que vale más.
El tejido exige un compromiso de los cuerpos que los artesanos padecen. Dolores articulares, reuma y artritis aparecen cuando se convierten en adultos mayores.
Por eso se la ve contenta con el reconocimiento que se le hizo: “Me sentí demasiado bien. Estoy orgullosa con mi trabajo. Porque de chiquitita yo comencé y hasta ahora estoy trabajando gracias a Dios”.
Tiene 7 hijos que aprendieron con ella a trabajar la lana. “Ahora nomÁs ellos se van todos de acá por estudio, por trabajo… por acá no hay trabajo”, dice.
Relata que los precios en mucho responden al alto precio de la lana cruda. “Te venden a 60 o 70 mil guaraníes el kilo. ¡Muy caro ya es!”, considera . “ Por eso no podemos hacer más barato nuestro trabajo porque el material es demasiado caro. Tengo que lavar con agua oxigenada y jabón en polvo con agua caliente”.
Fermina aborda personalmente el hilado porque de ello depende la calidad de la prenda. “La gente quiere trabajar, pero no quiere hacer bien el trabajo, ese es el problema, el hilado es muy delicado, si el hilo se va a usar en el telar, entonces requiere torcer un poco más, hacerlo un poquito más firme. Si lo va a hacer a crochet tiene que ser un poco más suave”, explica.
“Yo ahora poco vendo porque no salgo más”, cuenta de su actualidad. Relata entonces que antes iba a la Expo de Mariano Roque Alonso, y recorría el interior llegando a Santa Rita, Saltos del Guairá, Colonia Yguazú, Ciudad del Este. También que hubo señoras que hicieron llegar sus tejidos al exterior con gran éxito y valoración.
Le gusta ir a descansar los domingos a la casa materna de Costa Hû, un barrio de San Miguel, en donde comenzó su historia como tejedora. “Cuando yo me muera ustedes van a vender, pero ahora no porque es mi herencia”, cuenta que les dice a sus hijos. Allí su mamá y su madrina le enseñaron los oficios de la lana y allí siempre vuelve.
La variedad de prenda es grande y el invierno es la época de mas
ventanal
UNA VIDA CON LA LANA
Eustaquia Palma de Garay tiene 95 años y fue también reconocida como Tesoro Nacional Vivo. “Y la verdad es que yo no sé, parece que les gustaron las cosas que hice”, comenta.
Hace un tiempo que ya dejó de tejer y ahora, con su marido, se dedican a la venta de piezas confeccionadas por otras manos en su negocio ubicado sobre el Paseo de los Artesanos, que se puede visitar a la vera de la ruta PY01 en San Miguel.
Eustaquia (izq.) y Fermina, tesoros nacionales vivos
Desde niña comenzó a tejer gorras, luego fue el tiempo de los vichu y más tarde su especialidad fueron las frazadas de lana bordadas. “Mi hermana empezó a hacer la frazada con otra artesana y después mandamos a hacer un telar y comenzamos esa tarea”, cuenta.
Sus ojos brillan al rememorar los motivos que adornaban cada pieza: “Una planta de rosa o de clavel nosotras hacíamos desde el tallo hasta la hoja, las flores y todo, quedaban muy lindas”. “En la feria yo vendía mi frazada antes, me fui a Roque Alonso, llevamos el telar y hacíamos las muestras”, recuerda de años pasados.
Ahí destaca: “Antes las frazadas se vendían, por ejemplo, en Yacyretá yo vendía muchísimo. Recorría las casas de los trabajadores y me compraban. Ahora mermó un poco la venta”, relata.
Eustaquia Palma tiene 95 años
Sobre la calidad de la artesanía refiere que “ahora la gente quiere rápido y no se hace así. Con atención tenemos que hacerlo. Lleva su tiempo y su paciencia también”.
“Desde los 7 años yo ya empecé a trabajar, cuando mi papá murió. Entonces teníamos que ayudarle a nuestra mamá. Ellos lavaban la lana y nosotros escardábamos”, recuerda.
Las tejedoras siguen utilizando los aparatos tradicionales para su trabajos
Las lanas naturales tienen diferentes colores, blancos, grisáceos, distintos tonos de marrón, algún exquisito negro más escaso y valorado. “Ibamos a comprar la lana a San Ignacio, a San Juan y eso y traíamos la bolsa encima de la cabeza, pobrísimos éramos. A veces las personas te ayudaban a traer un poco tu bolsa”, memora de su vida con la lana.
En setiembre cumple 96 años y le sigue gustando cocinar. “Hago guiso, locro, polenta, puchero. Tenemos que seguir únicamente porque ese es nuestro sustento. Si no trabajamos no vamos a comer”, dice mirando al cielo entre los tejidos colgados en su tienda.
Julia Cristina Álvarez, más conocida como Muñeca
MUÑECA, EL FUTURO Y LOS PONCHOS
Julia Cristina Álvarez García se llama, pero para todos es Muñeca y su taller de confecciones fue incluido en la Ruta de la Artesanía, una iniciativa que busca promocionar sitios destacados en el país.
Allí, además de una muestra muy bien seleccionada y cuidada de la artesanía local, se puede apreciar desde un llamativo ventanal el trabajo de los telares. Muñeca los va mostrando: “Aquí se teje una colcha de algodón, este es un poncho modelo triángulo y más allá se está por empezar un poncho masculino”. Cuenta que allí se teje de todo un poco: “Producimos individuales de algodón, alfombras, que serían más nuestras opciones de verano y ahora en el invierno ponchos, ruanas, mantas”, comenta.
“Ahora están saliendo mucho los ponchos”, dice recordando que tienen precios que van desde los 330 mil guaraníes. “Depende del material, porque nosotros trabajamos este tipo de lana industrializada importada de Argentina. También usamos la materia prima local, pero esos trabajos son más exclusivos y hacemos en menor cantidad. Por lo que lleva tiempo producir el hilo de lana de oveja”, explica. Un poncho de pura lana paraguaya se consigue desde 900 mil guaraníes.
Las prendas de lana nacional tienen un cuidado especial
En el muy bien montado local hay una rueca a pedal y un muestrario del proceso de la lana que ayuda a entender del gran trabajo que se necesita para tejer con hilo propio. Así un chal de lana pura se consigue desde 300 mil guaraníes.
Consultada sobre la posibilidad de industrializar la lana misionera, entiende que hay algo en la ecuación que todavía no cierra como para emprender esa inversión. “Es todo un tema, por ejemplo, para nosotros buscar la lana adecuada para hacer ese hilo, producirlo durante todo el verano para obtener material para febrero, marzo, para nosotros es mucho trabajo y mucho proceso. Sin embargo, si estuviera industrializado sería más fácil, vamos a ir a escoger medidas, colores y comenzamos a confeccionar”. Entre tanto se usa lana argentina que “es menos caliente, es un material más económico y más fácil de conseguir”.
Tejedora desde los 13 años más o menos, comenzó haciendo cosas pequeñas hasta llegar a los ponchos y frazadas, el derrotero tradicional de los cultores del oficio en San Miguel. “Era una tradición, antes todo el mundo tenía su frazada. Ahora creo que ya no se usan tanto porque son pesadas y aparecieron los edredones livianos que son calentitos también”, especula. “También son más caras, está el tema de las alergias… muchas razones, pienso yo”, dice.
Entiende que se debería interesar a los jóvenes en el trabajo y apunta el que hacen sus hijas con las redes sociales. “Toda promoción nos viene bien, ellas venden a través de las redes, está funcionando muy bien”, cuenta.
“María Elena Ruiz es la encargada de las fotos, de las redes sociales e inclusive también ella trabaja en la máquina porque terminó la carrera de diseño de moda. Mis cuatro hijos son profesionales y yo trabajo aquí con mi esposo, ojalá los jóvenes sigan adelante”, concluye.
Blanca González, la maestra de las jergas
BLANCA, LA MAESTRA DE LAS JERGAS
La lana natural se seca al sol que generoso baña la casa de Blanca González, artesana, especialista en jergas, unos paños que ayudan a alivianar el roce que la montura le produce al caballo. “Hago unas 20 semanales”, dice la mujer que con gran espíritu lava a mano la lana en el patio en un proceso que le lleva 24 horas. “Primero la dejo en remojo con jabón en polvo y al otro día la enjuago y la paso por el secarropas”, explica.
Blanca se entusiasma que la venta de su artesanía, muy demandada desde las estancias ganaderas del Chaco, le ayuden a afrontar una nueva operación de rodilla. “Yo siempre quiero tener mucha lana, esa es mi obsesión”, dice entre risas mostrando su acopio y explicando que es la manera de conseguir bajar el precio de su insumo.
“Está difícil el trabajo en la lana, necesitamos más ayuda de las autoridades. Imagine que todavía las personas de la generación que me sigue, los que tienen 40 años todavía trabajan la lana, pero los más jóvenes ya no, se van todos”, expone.
Una vez que tiene seca la lana se encarga de hilar en unas máquinas que hizo construir para acelerar los procesos. Primero hace el yva, el hilo fino y en otra parte de su tiempo se dedica a producir el poyvi, el hilo grueso.
Ya en el telar, que monta de manera ágil y eficiente, los entrecruzará de manera maestra para conseguir la jerga. Cada unidad se vende en precios que van de los 40 a 45 mil guaraníes.
“Esta es mi vida”, dice satisfecha del oficio que aprendió con sus mayores cuando tenía apenas 7 años. “En esa época tejíamos gorras porque se vendían muy bien”, cosa que ahora no pasa tanto.
Madre de cuatro hijos, solo una de las mujeres heredó el oficio y también teje jergas. “No se valora nuestro trabajo”, dice lacónica Blanca, para volver luego a una sonrisa transparente cuando posa para la foto en su cálido taller.
ESFUERZOS PARA LA PROMOCIÓN
Patricia Alvarenga es la directora de Formación y Coordinación Departamental del Instituto Paraguayo de Artesanía (IPA). “Nosotros nos encargamos de llevar adelante el Programa Nacional de la Ruta de la Artesanía, del cual forma parte de Artesanía Muñeca”, cuenta.
“Queremos acercar estas experiencias vivenciales de conocer el proceso de la producción de artesanía a todo el público”, apunta. El local junto a muchos otros en el país está incluido en un recorrido turístico. “A través de una página web tenemos la posibilidad de acercar de forma directa al público todos los datos para que puedan acceder a la experiencia de conocer el proceso de la lana acá en el taller de Muñeca”, informa.
La idea es que visitando la web: ruta.artesania.gov.py, las personas encuentren información que la ayude a escoger destino. “También estamos trabajando con agencias de turismo y organizaciones, también con la Secretaría de Turismo que nos apoya para este programa”, relata explicando que lo hacen en alianza con los gobiernos locales y departamentales.
Alvarenga apunta: “Sabemos que la realidad nacional afecta al sector de la artesanía por eso buscamos traer tanto a turistas nacionales como internacionales a visitar los espacios y a comprar de forma directa del artesano productor a su cliente directo para que pueda tener una ganancia justa”, señala.
Gobierno declara Patrimonio Nacional al ovecha rague
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La Secretaría Nacional de Cultura (SNC) oficializó la declaratoria del ovecha rague como Patrimonio Cultural Inmaterial Nacional, junto con el reconocimiento como Tesoros Nacionales Vivos a las artesanas Fermina Fernández viuda de Correa y Eustaquia Palma de Garay, en mérito a su valiosa trayectoria y a la transmisión generacional de saberes textiles tradicionales. Ambos reconocimientos fueron entregados durante un acto realizado el sábado 7 de junio en la Iglesia San Miguel, en la ciudad de San Miguel, en el departamento de Misiones.
La declaración de “Ovecha rague” como Patrimonio Cultural Inmaterial Nacional reconoce el conocimiento transmitido de generación en generación en el municipio de San Miguel, donde se mantienen técnicas tradicionales asociadas al hilado, teñido y tejido de la lana ovina, prácticas que han sido preservadas en el seno de las familias y comunidades locales.
En tanto, el reconocimiento a las señoras Fernández y Palma de Garay como “Tesoros Nacionales Vivos” obedece a su destacada trayectoria en el ámbito de las técnicas artesanales tradicionales, el compromiso con la enseñanza de sus saberes y el arraigo con la cultura lanar sanmiguelina. Este título se confiere a personas que poseen en sumo grado los conocimientos y habilidades que representan el patrimonio cultural inmaterial del Paraguay.
Durante el acto, la ministra de la Secretaría Nacional de Cultura, Adriana Ortiz, destacó el valor del arte textil sanmiguelino y reafirmó el compromiso del Estado con la preservación de la identidad cultural. “En nombre del Gobierno del Paraguay, entregamos una declaratoria nacional muy significativa. El arte textil que nace de las manos de las maestras artesanas de San Miguel, Arazape y Jhugua es patrimonio cultural de la República”, afirmó.
Señaló que la creatividad expresada en este territorio es un símbolo de todo un país y que la Secretaría Nacional de Cultura continuará trabajando con autoridades locales y comunidades para proteger estas manifestaciones. “Queremos que nunca muera el Festival del Ovecha rague”, expresó, y celebró la participación intergeneracional en el evento: “Qué lindo ver niños, padres, abuelos y jóvenes. De todos nosotros depende que la identidad del Paraguay siga viva. Solo necesitamos compromiso y creer en lo que somos”.
Estas declaratorias forman parte de las acciones de salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial del Paraguay. Reconocer a una manifestación como Patrimonio Cultural Inmaterial Nacional implica su protección, valoración y transmisión a las futuras generaciones. Asimismo, el título de Tesoro Nacional Vivo se otorga a personas portadoras de saberes tradicionales, cuya trayectoria y compromiso son fundamentales para la preservación de la identidad cultural del país.
La Secretaría Nacional de Cultura continuará promoviendo acciones de protección, documentación, difusión y valoración de estas manifestaciones culturales, en articulación con la Municipalidad de San Miguel, la Gobernación de Misiones, el Instituto Paraguayo de Artesanía y las comunidades portadoras del conocimiento, para asegurar su vigencia y transmisión a las futuras generaciones.