Trabajar con niños no es para cualquier persona porque ser pediatra no solo significa tener un amor profundo y respetuoso por los niños, sino también es la tarea de contribuir a que una infancia sea feliz, plena y saludable, afirmó el Dr. Pío Alfieri, director del Hospital Pediátrico Niños de Acosta Ñu. Asimismo, la Dra. Sonia Arza, jefa de la Sala de Infectología del Área de Contingencia Respiratoria Pediátrica del Hospital de Clínicas, felicitó a sus colegas y afirmó que el pediatra sufre mucho cuando su paciente tiene un desenlace fatal, pero se reconforta sacando adelante otras vidas.

“Ser pediatra no es solo cuidar aspectos como la garganta o el oído, más bien es contribuir a una infancia más feliz, más plena, más saludable y el objetivo que tenemos junto con los padres es conseguir que ese niño se convierta en un adulto feliz, sano y eso se consigue mediante el rol del pediatra. Por supuesto que el rol de los padres es importante porque ellos son los que le brindan el amor, el afecto, los valores, pero el pediatra contribuye en la vida del niño orientando a la familia”, afirmó el Dr. Alfieri en comunicación con La Nación.

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En el pediátrico actualmente se cuenta con un total de 780 funcionarios de blanco, de ellos 300 son médicos pediatras, el resto son licenciados en enfermería, fisioterapia, fonoaudiólogos, entre otros. Asimismo, desde la pandemia del COVID-19 el hospital cuenta con dos salas de urgencias: A y B. La urgencia A es la que atiende a niños con síntomas respiratorios y sospechosos de padecer coronavirus, y la sala B atiende otras patologías.

“Los chicos infectados vienen con síntomas variados, no siempre son respiratorios, vienen con diarrea, vómito por el virus del SARS-CoV2, que produce la enfermedad del COVID-19. En este momento tenemos 5 pacientes internados con COVID-19 positivo", indicó el Dr. Alfieri.

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Dr. Pío Alfieri, director del Acosta Ñu. Foto: Archivo.

Dos pacientes están en cuidados intensivos, uno de ellos por una enfermedad pulmonar y otro niño de 10 meses que tiene una cardiopatía, uno en oncología por un chico que tiene leucemia y otros dos en la urgencia, todos ellos con factores de riesgo. La mayoría con cuadros leves por suerte, según el pediatra.

El Dr. Alfieri, por su parte, dio un mensaje a sus pares pediatras, a quienes dijo: “A veces no los podemos curar, pero sí le podemos acompañar y hacer pasar mejor los últimos días”. Además, les pidió que manejen de forma integral lo que es el enfoque del paciente pediátrico pensando en los aspectos físicos, mentales, espirituales, no solo mirarle la garganta, que orienten a los padres y lo más importante que respeten a los niños para que puedan desarrollarse con seguridad y firmeza para que en el futuro sean ciudadanos útiles a su país.

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Dra. Sonia Arza, pediatra infectóloga de Clínicas. Foto: Gentileza.

“Sacamos adelante vidas que recién empiezan”

“Creo que dentro de todas las profesiones que uno pueda elegir de la medicina, la pediatría es uno de los más redituosos: primero porque sacamos adelante vidas que recién empiezan y las encaminamos hacia un futuro en donde también nos vemos envueltos atendiendo a que probablemente sean los médicos que nos cuiden de viejos a nosotros”, indicó la Dra. Sonia Arza, infectóloga pediatra de Clínicas.

Con relación a sacar adelante pequeñas vidas, manifestó que a diario por años se dedican a atender enfermedades, acompañar patologías crónicas, padecer con los niños y esa tarea carga un sentimiento profundo e inexplicable que les ayuda a continuar con la labor por amor a los más pequeños.

Asegura que acompañarlos en la lucha diaria, ver en ellos una sonrisa que se hace luz en medio de la oscura situación en la que se encuentran los reconforta y los mantiene de pie y sin titubear reaccionan para darles asistencia, poniendo incluso a veces en peligro su salud, atendiendo al fácil contagio del COVID-19. “Los niños tienen el derecho de ser atendidos bien y también de recibir asistencia, pero es nuestra obligación sacarlos adelante”, concluyó.

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