La actriz y conductora de radio y televisión Silvia Flores compartió en sus redes dos videos en los que contó cómo vivió el COVID-19 positivo de su marido, Guille Hansen. La experiencia, dividida en dos partes, narra la realidad de las familias paraguayas desde la confirmación por análisis, el eterno llamado al #154, la ansiedad, los nervios y el estrés, que se potencian con el virus a cuestas y tras 6 meses de encierro.
La actriz conversaba con su marido vía mensajes, él le contaba sus síntomas y ella hablaba con los médicos para saber cómo proceder. Desde la medicación para dolor de cabeza, la utilización del oxímetro para medir el oxígeno en sangre y el manejo con los alimentos, todo quedó registrado en las imágenes compartidas por Silvia.
Mientras él se encontraba encerrado en la habitación, ella le preparaba, por ejemplo, dos mixtos con jugo, en su vaso preferido, del club Cerro Porteño, y se lo llevaba frente a su puerta, que tocaba con una bolsa cubriendo su mano. Además, adjuntaba una pequeña nota, donde le trasmitía su cariño.
Se alejaba y él salía a recoger la comida, al abrir la puerta, su perrito se acercaba esperando el contacto, pero era evitado. Del otro lado, Silvia se mostraba feliz por cuidarlo.
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En los siguientes mensajes apareció la pérdida del olfato, síntoma característico del coronavirus, y Silvia, preocupada, contactó con sus doctores de cabecera, su papá, don Flores, la doctora Ana María y el doctor Miguel Ángel Blanco, más conocido como Dr. Mime, quienes le sugirieron darle mucha agua, frutas y verduras y controlar el oxígeno en la sangre cada dos horas, atendiendo que no sea menos de 93 hasta el día 14.
Día a día la familia enviaba mensajes, pendientes de la evolución del paciente y de la fortaleza de la enfermera. Silvia, afectada ya por la separación obligada, no lograba disimularlo debajo del barbijo.
Su marido salía “afuera” a través de la ventana de su habitación, ubicada en la segunda planta de la vivienda, así podían verse a la distancia adecuada para evitar el contagio y también tomar un poco de aire fresco y disfrutar del día.
Después de cada comida, Silvia desinfecta todos los elementos usados por su marido. Así transcurren los días de esta y muchas otras parejas y familias en Paraguay y el mundo, donde el virus sigue avanzando. Por eso, si podés, quédate en casa; si salís, cuídate.
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