Transcurrió poco menos de un mes desde que las autoridades ambientales dieran inicio a una serie de intervenciones para conocer la situación de la laguna Cerro, en la zona de Piquete Cué, Limpio, hasta el día en que se dispuso el cierre de la empresa que procesaba cueros bovinos y que según se ha podido comprobar, era la que arrojaba sus efluentes sin ningún tipo de control al curso hídrico.

Este lapso de tiempo fue suficiente para determinar la situación de irrecuperabilidad del espejo de agua ante tamaña contaminación y hasta ahora la única solución planteada por los técnicos al desastre ambiental causado por el ser humano, apunta al desagote. A la naturaleza le llevará bastante tiempo lograr su recuperación y hasta es posible que hayamos sido testigos de los últimos días de vida de este pequeño ecosistema.

A mediados del mes de julio, vecinos de la zona realizaron varias denuncias por la contaminación de la laguna, donde el agua tomó una coloración rojiza y emanaba fuertes olores. El día 27 del mismo mes, los fiscalizadores del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) llegaron hasta el lugar para realizar un procedimiento de intervención del cauce hídrico.

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Tras realizar observaciones que confirmaban lo denunciado, descubrieron el vertido de lo que presumiblemente sería cal, además de una tubería conectada a la parte posterior de la empresa Waltrading SA, por la cual eran vertidos los efluentes directos a la laguna, pero se permitió el ingreso de los fiscalizadores del Mades al interior de la empresa.

Era la tercera intervención que el Mades realizaba a la misma empresa, la última también por el vertido de efluentes que pudo haber causado mortandad de peces en la laguna. El día 4 de agosto pasado, nuevamente personal del Mades llegó hasta el lugar y recolectaron muestras del agua y los resultados que se conocieron dos días después permitieron comprobar bajos niveles de oxígeno disuelto (OD) y los daños causados al ecosistema del lugar. Color rojizo turbio, además de un olor fétido y las costas superficiales cubiertas con un material tipo grasoso eran solo una parte del informe presentado por la institución.

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Tras ingresar con una orden de allanamiento a la empresa, se pudo confirmar que desde ese lugar se arrojaban los efluentes al cauce de la laguna, por lo que el Ministerio del Ambiente resolvió suspender el permiso ambiental y todas las actividades de la firma. Durante la intervención se pudo constatar que la empresa captaba agua del riacho San Francisco utilizando una motobomba, para verterla luego a la laguna, pero tampoco contaba con permiso para realizar esta actividad.

Finalmente, el 19 de agosto, el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) y el Centro Multidisciplinario de Investigaciones Tecnológicas (Cemit), dependiente de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), presentaron el informe final de las mediciones de calidad de agua de la laguna Cerro de Limpio. Los resultados determinaron altos valores de sales utilizadas para la conservación de cuero, rubro al que se dedicaba la firma Waltrading SA.

Mediante una resolución, el Mades estableció la suspensión definitiva de la licencia ambiental de la empresa, presentó una demanda judicial contra esta y solicitó su cierre definitivo, como ya lo mencionamos. Sin embargo, ese mismo día, de nuevo, los fiscalizadores constataron el vertido de efluentes hacia la laguna, además del incumplimiento de las medidas de recuperación que habían sido dispuestas por el Mades. El establecimiento se dedica al procesamiento de pieles de animales bovinos.

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