La curadora de arte e investigadora Lía Colombino preguntó a sus contactos internacionales en Facebook si en sus respectivos países también se implementaron los lavamanos portátiles en los comercios, tal como se ve tan comúnmente en Paraguay. Las respuestas fueron sorprendentes.
“Pregunta por mera curiosidad, ¿en otros países también se ubican lavamanos portátiles a la entrada de oficinas, instituciones y negocios?”, escribió Colombino el 3 de agosto pasado.
“Vivo en Buenos Aires y aquí no vi nada de esto. Solo dispensers con alcohol en gel”, fue una respuesta. “No, aquí en Virginia, EEUU, solo alcohol en gel”, dijo otra persona. “Aquí en el Brasil solo encontrás tótem de alcohol en gel”, agregó una tercera.
“En Sídney, dispenser de alcohol en gel, toallitas con alcohol”, informó otro contacto. “No he visto por Londres. Solo porta gel. Excelente idea”, señaló una mujer; también de Inglaterra: “Acá en Londres nada lastimosamente, ponen el gel y tenés que tocar el dispenser que te da cosa y así es su índice de muertes, altísimo, baños públicos no habilitados”.
Mientras que desde Asia reportaron: “En Taiwán no. Solamente alcohol en spray, y en oficinas públicas es obligatorio llevar la mascarilla, y alguien te toma la temperatura, o hay termómetro infrarrojo automático”.
“En Alemania solo dispenser con desinfectante”, dijo alguien más. Otros comentarios oriundos de Suecia, Bélgica, Francia, Roma, Texas o Santa Cruz (Bolivia) negaron el uso de lavamanos portátiles, así como existe en Paraguay.
“He preguntado a casi todos mis amigos de otros países y nada, parece que somos los únicos, siempre me la paso mandando fotos para que vean de qué estoy hablando. ¡A mí me gusta!”, opinó un contacto. “Guille Sequera justamente me comentó que Paraguay tuvo esta fascinante reacción y él está coleccionando fotos de los lavamanos del país”, relató alguien respecto al director de Vigilancia de Salud del ministerio local.
Pero también hubo respuestas que indican el uso del dispositivo sanitario: “Aquí en Lima, en la entrada de mercados de abastos, estaciones de metro y algunos ministerios”, reportó un hombre. “Aquí en California sí se usan. Y para que salga el agua lo aprietas con los pies así no necesitas tocar nada y por supuesto en todas partes hay ‘hand sanitizer’ y te toman la temperatura antes de entrar a casi cualquier lugar”, cuenta otro.
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“En Resistencia están por implementar esto en los comercios y lugares de atención al público en la próxima fase, va a ser obligatorio que cuenten con un lavamanos”, menciona otro comentario. “En Ecuador están instalados solamente en varios puntos del interior de los centros comerciales”.
“Esto funcionó en Paraguay justamente por la falta de lavamanos o baños públicos, que existen en otros países del mundo. En Finlandia hay lavamanos en todos los supermercados y oficinas públicas desde antes hace años, no se han puesto nuevos, aquí se comprobó que lo importante es el distanciamiento social, ni mascarillas ni nada. Vamos a 3 meses sin problemas después del confinamiento, lo único suspendido son los macroeventos. Colegios, escuelas y universidades, museos, bibliotecas y oficinas públicas, todo funciona a la normalidad... Las discotecas abren hasta las 5:00”, compartió alguien.
Ingenio paraguayo
Lo cierto es que, desde que en marzo pasado se decretó la cuarentena por la pandemia del COVID-19, en Paraguay se normalizó la implementación y uso de lavamanos portátiles. Esto también vino acompañado del ingenio propio del paraguayo, con emprendedores que comenzaron a crear dispositivos, sea con materiales reciclados, como tambores, o con mecanismos hidráulicos que permiten maniobrar la higiene de las manos utilizando los pies.
Es el caso de un herrero que promocionó su invención con un video, donde tres pedales ayudan a la aplicación de jabón líquido, de agua y de alcohol en gel, incluyendo un soporte para el rollo de papel para secarse.
Desde el SNPP (Servicio Nacional de Promoción Profesional) también promocionaron el lavamanos inteligente “Akaporã”, que tiene 4 funciones en uno; creación de Ricardo Obeso Barrueta y Carlos Ordóñez, desde Itá. El “Akaporã” además ya viene con rueditas y un recipiente para la alfombrilla para la desinfección de los zapatos.
“Marca registrada”
Días atrás, también una doctora radicada en Norteamérica, Belén Ramírez, ponderó los lavamanos portátiles en Paraguay a través de Twitter: “Me fui al banco, al súper y a mantenimiento de la camioneta. Superbién, todos con mascarillas en lugares cerrados. Pero... ¿y el lavamos? No hay, ¡es marca registrada de Paraguay!”.
“Totalmente doctora, esa fue mi queja desde un principio acá en Nueva York, todo muy bien con las mascarillas, pero en ningún local sea del que fuera no hay lavamanos, en algunos lugares tiene el gel sanitizer, pero el lavamanos es marca registrada de Paraguay”, comentó una persona.
Alguien aclaró lo siguiente: “El lavamanos portátil no es una invención de Paraguay, ni mucho menos, nació con el virus chino. Fue implementado para combatir el ébola en países africanos que tienen un nivel de higiene muy pobre por falta de agua potable y sistema de salud más pobre para sostener contagios masivos”.
A ese último comentario, la doctora Ramírez respondió: “Conozco muy bien, ya que trabajé para implementarlo en epidemias de ébola en África. En el contexto de COVID-19 en Paraguay se pudo implementar con éxito esta medida, mientras que en otros países no. Así que aplaudo la medida y a la comunidad que lo hizo suya”.
Si bien no existen registros precisos que permitan relatar la historia del lavamanos portátil, el lavamanos en sí tiene una antigüedad que llega hasta los antiguos cartaginenses, griegos y romanos, que utilizan una fuente fija de agua en las casas para el lavado de manos.
Dentro de la historia bíblica también es muy emblemático el momento en que el prefecto romano Poncio Pilato se lava las manos en un recipiente para dicho uso, como símbolo de que no se responsabilizará por el destino de Jesús.
Grandes construcciones de iglesias, templos, castillos, han incluido el lavamanos fijo. Inclusive, en edificaciones de las reducciones jesuíticas se encuentran algunos recipientes de piedra adheridos a la pared, cuyo propósito era lavarse las manos con agua que brotaba a través de un orificio.