Tras sufrir una descompensación en plena clase, Reinaldo Cabrera, un docente de 38 años, oriundo de Mauricio José Troche, fue diagnosticado con tumor cerebral el año pasado. Con esto se convirtió en noviembre del 2019 en el primer paciente que tuvo una cirugía neurocerebral estando despierto en el Hospital Central del Instituto de Previsión Social (IPS).

Al finalizar la cirugía, el maestro había celebrado aquel logro ejecutando la guitarra y cantando “Me gustas” del artista mexicano Joan Sebastian, emocionando al personal de salud que lo atendió.

Hoy cuenta cómo fue su experiencia y cómo está evolucionando de aquel episodio que le dio un gran susto, pero en cambio ganó otra oportunidad de seguir viviendo gracias al impecable trabajo que realizaron los profesionales de salud encabezados por el neurocirujano Elio Marín.

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“Esto empezó cuando estaba trabajando, en plena clase. De repente no sentí más mis manos, ya no podía hablar, de eso se dieron cuenta mis alumnos de clase y empezaron a pedir auxilio a mis compañeros docentes y a la directora”, contó.

Luego siguió relatando: “Ellos me auxiliaron, me llevaron al hospital y posterior a eso me dijeron que tenía un tumor cerebral. Tenía dos opciones, operarme u operarme”, relató Cabrera, el docente que hoy está evolucionando favorablemente de la intervención que le hicieron para retirarle el tumor del cerebro con una cirugía con paciente despierto, el primero de ese tipo que realizó el Hospital Central del Instituto de Previsión Social (IPS).

Luego del diagnóstico le informaron que había la posibilidad de retirarle el tumor de la cabeza, pero mediante una delicada intervención quirúrgica en la que él debía mantenerse despierto.

El docente Reinaldo Cabrera (38), oriundo de Mauricio José Troche del departamento de Guairá, hoy se ve recuperado tras la cirugía que le practicaron. Foto: Captura de Pantalla.

“Yo opté por la cirugía estando despierto y para eso hice un tratamiento previo de casi dos meses. Ahí tuve el OK de los médicos para operarme”, relató Cabrera en un material audiovisual que difundió el IPS sobre su evolución a meses de la intervención.

Por su parte, el Dr. Elio Marín explicó que un paciente es operado despierto porque existe la necesidad de retirar la mayor cantidad de tumor posible con el menor daño. “El menor daño quiere decir que el paciente quede lo menos secuelado posible. En este caso en particular, se eligen determinados tipos de tumores, no son todos los tumores cerebrales y es una minoría de casos los candidatos para esta cirugía”, refirió.

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La primera cirugía con paciente despierto del IPS, fue encabezado por el neurocirujano, Elio Marín. Foto: Captura de Pantalla.

Agregó que generalmente se utiliza la cirugía con paciente despierto para tratar áreas elocuentes, donde se busca preservar la función del cerebro retirando la mayor cantidad de tumores. Marín afirmó que el docente Reinaldo Cabrera fue el primer caso que se realizó en IPS con una excelente evolución, si bien tuvo trastornos en la comunicación y en el miembro superior, los recuperó inmediatamente, aseguró.

“Hacemos una técnica donde retiramos el tumor y al mismo tiempo hacemos una biopsia extemporánea, la cual nos va relatando si el tumor se retiró en su totalidad o quedó un resto todavía y eso hasta extraer totalmente para dejar el tejido sano porque al retirar la mayor cantidad de tumor, la sobrevida del paciente es mucho más larga y con mejores condiciones”, señaló Marín.

La innovadora técnica quirúrgica se realizó en el marco de un trabajo impecable de especialistas de varias áreas. Foto: Gentileza.

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Al mismo tiempo, manifestó que la cirugía se llevó a cabo mediante la colaboración de profesionales especialistas de varias áreas tales como anestesiólogos, un equipo de residentes de neurocirugía, enfermería, terapia intensiva, entre otros.

El docente Reinaldo Cabrera manifiesta que está muy contento de haber superado esa situación y que actualmente tiene una vida prácticamente normal, tras innovadora intervención que empezó recientemente con él en Paraguay. “Desde el primer momento tuve la mente puesta en Dios y en los médicos. Confiaba plenamente en que todo iba salir bien”, finalizó Cabrera.

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