Es tan grande el ingenio de los pobladores en el norte del Chaco paraguayo, que para enviar y recibir mensajes de texto, montaron una peculiar cabina telefónica. A esto se le suma la precaria conexión a internet a la que pueden acceder.

La cabina está montada sobre un troncón en cuya cima está montada una botella de plástico que en su interior tiene algunas piedras y cuenta con un pequeño orificio que funge de ventana de acceso. Así también, los pobladores conocen cada punto estratégico para acceder a la señal como montar tal árbol, parar en cierto punto, entre otros.

“Instrucciones de uso escriba sus mensajes, suba la escalera y coloque su teléfono en la cabina (botella de plástico con algunas piedras adentro y una ventana al costado), espere unos segundos y lea sus mensajes”, explicó en su cuenta de Facebook la bióloga Andrea Weiler Gustafson.

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Resaltó que este procedimiento se debe repetir las veces que sea necesario para recibir y enviar los mensajes de WhatsApp o acceder a las redes sociales. “Estuvimos haciendo un monitoreo en unos establecimientos ganaderos que quedan ya cerca del Parque Nacional Chovoreca ya casi en la frontera con Bolivia, bien al norte. Ahí la señal es muy débil e intermitente”, explicó a La Nación.

Foto: Facebook Andrea Weiler.

Agregó que en todo el Chaco la conexión es débil y es cuando los empleados de los establecimientos se ingenian para acceder a internet. “Esta me llamó mucho la atención porque no tenía señal en el campo y en ningún lugar, pero cuando hacía todos los pasos de la cabina vos podías enviar y recibir los mensajes, era fantástico”, sostuvo.

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La dura realidad

Pese a la loable creatividad puesta por los pobladores de la zona, la falta de buena comunicación es una triste realidad a la que se enfrentan día a día. En cada establecimiento u hogar al que no llega la señal se implementa este tipo de prácticas.

Weiler manifestó que ante la escasa población existente en el Chaco, las telefonías no muestran mucho interés en montar las antenas de buena calidad. “En el 2009 o 2010 empezó a entrar la conexión desde Filadelfia hacia el norte del Chaco. Hay algunas antenas y repetidoras, uno tiene algo de conectividad, pero no es muy buena”, indicó.

La señal no es muy buena especialmente en la zona norte y viene de la mano de la baja densidad poblacional. Foto: Archivo.

Puntualizó que con el tema de la crisis sanitaria por el COVID-19, muchas escuelas que están bien al norte del país deben recibir las tareas en forma física. “En la Escuela Arcoiris por ejemplo los alumnos y alumnas reciben las tareas por WhatsApp en las estancias donde están los estudiantes que deberían estar en el internado. En las estancias se les imprime y reparte, ellos terminan y otra persona les lleva a los docentes en forma física”.

Reiteró que la señal no es muy buena especialmente en la zona norte y viene de la mano de la baja densidad poblacional. “Esto no es negocio para las telefónicas”.

La bióloga Andrea Weiler trabaja en el Chaco Conservación, que protege al jaguarete, tagua y otras especies que son emblemáticas de la zona. “Tratamos de enfocarnos en las zonas productivas con la gente para lograr que estos animales viviendo en estos ambientes que nosotros como seres humanos modificamos”, expresó.

Concluyó que en estos momentos están realizando monitoreo con varias organizaciones y ella forma parte de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. Donde tienen un núcleo de investigación de biodiversidad que dirige y buscan alianzas.

Cachorro zorrito en el Chaco. Foto: Archivo LN.

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