El Boletín Huellas de la Agencia Global de Noticias de Global Infancia informa que, según datos de la Encuesta de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes (EANA), el 23% de las personas entre 5 y 17 años realiza algún tipo de labor remunerada. Generalmente, estas cifras tienen consecuencias como la deserción escolar, las pocas horas de sueño y los escasos momentos para jugar y divertirse.

De los 1.200.000 niños, niñas y adolescentes que viven en condiciones de pobreza o carentes de una buena calidad de vida, 436.419 están inmersos en el trabajo infantil.

Según la Conaeti, el 83,7% de los padres, madres o encargados consideran que el trabajo siempre ayuda a los niños y niñas a aprender a hacer algo para ganarse la vida, y el 52,5% de los progenitores cree que el trabajo infantil siempre ayuda económicamente al hogar.

Sin embargo, solo 3 de cada 10 padres, madres o encargados considera que el trabajo ocasiona cansancio a los niños, niñas y adolescentes.

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Trabajo infantil en Paraguay. Foto: Archivo.

El documento Estrategia Nacional de Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil y Protección del Trabajo Adolescente en el Paraguay consigna que casi la mitad de las personas de entre 5 y 17 años de edad, es decir el 49,2%, trabaja en agricultura, ganadería, caza y pesca; el 19,2% desarrolla tareas en el comercio, restaurantes y hoteles; el 16,5% en hogares de terceros y el 12,2% realiza trabajos domésticos en hogares de terceros.

De 50.000 menores de edad que realizan trabajo doméstico, el 81,6% son niñas o adolescentes mujeres, siendo este un fenómeno más urbano (22,5%) que rural (7%). Incluso, las niñas y adolescentes dedican el doble de horas a las labores en la casa que los varones: 11,6 horas contra 6,2 horas semanales en promedio.

Efecto pandemia

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) advirtió que debido a la crisis ocasionada por la pandemia es probable que más familias pobres envíen a sus hijos al mercado laboral.

La Cepal destaca que la pandemia del COVID-19 tiene fuertes efectos en el ámbito de la salud y profundas implicaciones sobre el crecimiento económico y el desarrollo social, ya que llega a América Latina y el Caribe en un contexto de bajo crecimiento y, sobre todo, de alta desigualdad y vulnerabilidad, en el que se observan tendencias crecientes en la pobreza y pobreza extrema, un debilitamiento de la cohesión social y manifestaciones de descontento popular.

Cepal señala que en la región, los mercados laborales suelen ser precarios: existe una alta proporción de empleos informales, 53,1% según la Organización Internacional del Trabajo.

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