El pasado 6 de junio, en la estación de la ciudad de Ypacaraí se realizó la primera prueba de funcionamiento de la locomotora 60, o más conocida como “El Inglés”. La máquina recorrió un trayecto de 100 metros. La reactivación de esta locomotora que formó parte del sistema ferroviario paraguayo está incluida dentro del proyecto “Tren del Lago”, cuyo recorrido abarcará las localidades de Luque, Areguá, Patiño y Ypacaraí.

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El proyecto es impulsado por el Ministerio de Obras Públicas, Ferrocarriles del Paraguay S.A (Fepasa), la Gobernación del Departamento Central, la Secretaría Nacional de Turismo (Senatur) y las intendencias de Areguá, Ypacaraí y Luque.

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Ese día, el MOPC compartió un vídeo en sus redes sociales que mostraba el trayecto que había hecho la máquina durante la prueba. Dicho vídeo estaba acompañado por un texto que decía que la locomotora era una “reliquia de 156 años”, lo que generó la indignación de muchos internautas conocedores de su historia, quienes aseguraban que este dato era incorrecto.

Para disipar dudas y conocer más sobre la locomotora 60, hablamos con Carlos Von Horosh y Constantino Lissandrini, investigadores y aficionados del ferrocarril paraguayo, quienes nos brindaron datos interesantes sobre esta máquina que volverá a funcionar.

Fue construida en 1910

La locomotora 60 tiene 110 años y no 156 como se había dicho. Sucede que esta máquina formaba parte de una serie de locomotoras que se habían solicitado a la North British Locomotive Company, la empresa fabricante. Este grupo de máquinas llegaron al país en 1911, y alguna que otra en 1912, porque ese año del centenario de la Independencia del Paraguay (1811 – 1911) el sistema ferroviario iba a sufrir algunas modificaciones.

<b>La serie de locomotoras, entre ellas la 60, llegó al país para impulsar el tramo Buenos Aires – Asunción en un mismo vagón</b>

Con miras a Buenos Aires

El capital del ferrocarril no era solo inglés, sino también argentino, por eso había mucho interés en conectar a Buenos Aires con Asunción a través de un solo viaje, ya que anteriormente había que bajar en otra estación, hacer el transbordo, etc. Este proyecto debía ocurrir en el centenario de la independencia (1911), por lo que había que hacer una integración ferroviaria.

¿Qué significaba esto? Que las vías debían extenderse hasta Encarnación y así poder integrarse al tramo Posadas – Buenos Aires. Para que suceda esto, las trochas – el ancho que hay entre un riel y otro – tenían que ser modificadas, ya que no coincidían con las de Argentina. Esa extensión nueva, esa porción que se construiría hasta el sur de Paraguay, también requería el ajuste de toda la vía previa, la que ya estaba desde hace años y tenía como punto de partida a Asunción.

Todos estos cambios condujeron a que las locomotoras existentes hasta ese momento sean descartadas, excepto la que se conserva hoy en la estación central. Esta serie de máquinas fueron reemplazadas por otras series de locomotoras, en 1910. Todas vinieron enumeradas: el primer grupo iba del 2 al 6 y se diferenciaba del resto porque eran máquinas más pequeñas y que recorrían distancias más cortas; el segundo grupo, el más grande y moderno para la época, iba del 51 al 60, y el tercer grupo, que tenía locomotoras más grandes, pesadas y fuertes, iba del 101 al 104. Luego de unas décadas se adquirieron las últimas máquinas a vapor, la 151 y 152.

Las locomotoras que pertenecen a Fepasa. Foto: Pánfilo Leguizamón.

“El Inglés”, dos leyendas

La denominación de El Inglés tiene dos leyendas. La primera historia dice que los ferroviarios de Encarnación habían escuchado la recomendación de sus pares argentinos sobre darle una identificación a la locomotora, de algún modo para generar “familiaridad con la máquina".

En teoría, ahí adquiriría el nombre “El Inglés”, por su origen, pero el investigador Lissandrini considera que si así hubiese pasado fue algo arbitrario, porque la fábrica estaba en realidad en Escocia y no en Inglaterra. “Son anécdotas que se cuentan, a ciencia cierta no se conoce el porqué de su denominación”, asegura.

La otra versión tiene como protagonista a un maquinista, al que la gente apodaba “El inglés” porque era hijo de ingleses, quien habría inaugurado esta locomotora cuando recién llegaba a Paraguay. De él cuentan que cuidaba a esta máquina como a un hijo, dejándola siempre reluciente, y que era un señor muy elegante y llevaba puesta siempre una bufanda de color verde. Incluso, dicen que cuando iba a jubilarse y encargar la locomotora a otra persona, encomendó que la mantuviera perfecta como él lo hacía. Por eso, en honor a él, supuestamente la locomotora 60 lleva este nombre, y en su momento habría sido pintada de verde por el clásico atuendo que vestía.

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