Ciudad del Este. Agencia Regional.

Mientras van vaciándose lentamente los tinglados convertidos en albergues de los compatriotas llegados del exterior durante en esta pandemia, se mantiene la protesta por la tardanza en el informe de los resultados de las pruebas COVID-19 por parte de Salud Pública.

Esta mañana un grupo del Parque Mercosur quemó un colchón frente al galpón porque ya pasaron varios días desde que se les hizo la última prueba y esperan que finalmente puedan salir aquellos que ya tuvieron resultados negativos. Son 51 días de confinamiento que completaron en ese lugar.

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Falta de alimentos suficientes que, según los albergados, fue disminuyendo en cantidad y calidad, la incertidumbre ante los días que pasan para que conozcan los resultados de las muestras que se les saca y las condiciones inadecuadas en esos galpones, volvieron a ser parte de los reclamos. Tras la quema de colchón y una conversación se tranquilizaron los ánimos.

Luego, 14 personas fueron trasladadas al Polideportivo Tacururú Pucú de Hernandarias, que ya se había vaciado y donde seguirán esperando su alta. Otro grupo de nueve personas aguarda su documentación para dejar el galpón como recuperados de COVID-19.

Como en otros casos, muchos de ellos no tenían para sus pasajes hasta otros departamentos y fueron los militares quienes les facilitaron para poder llegar así a sus casas. Esto, según datos proveídos por los propios afectados. Hasta las 17:00 todavía no había llegado el personal de Salud Pública que debe entregar los certificados de alta.

Con esto, el galpón del Parque Mercosur quedará vacío, al igual que el de la Zona Franca Global y el Polideportivo de la Universidad Privada del Este, los tres lugares donde estuvo la mayor cantidad de casos COVID-19, muchos de ellos contagiados en el lugar por el hacinamiento existente en los mismos y las condiciones precarias de los albergues.

El doctor José Guerrero, director de Atención Primaria a la Salud de la Décima Región Sanitaria y uno de los médicos a cargo de los albergues, dijo que en el equipo de salud ya hablaron de la necesidad de no volver a habilitar dichos locales como albergues y sí reorganizar esa tarea en otros locales. En alto Paraná se mantienen alrededor de 150 personas, distribuidas en cinco locales.

Un grupo fue trasladado a Hernandarias, donde seguirán cumpliendo cuarentena. Foto. Gentileza.

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