La señora Marta González, del asentamiento Vecinos Unidos Aldana Cañada, km 25 de la ciudad de Itauguá, denunció a La Nación el lamentable hecho que le tocó vivir el reciente miércoles a la madrugada cuando vecinos del lugar, específicamente jovencitos adeptos a las drogas, ingresaron en su humilde vivienda y hurtaron sus pertenencias.

Ella, con 50 años de edad, quien desde hace tres meses está desempleada por la pandemia, trabajaba como cocinera en un spa en Asunción, en zonas de la Ande, y desde que comenzó la cuarentena emprendió para ayudar a los vecinos del asentamiento con las famosas “ollas populares” que realiza junto con otras dos señoras gracias a la colaboración y donación de personas.

Lo poco que le dejaron los ladrones a doña Marta para seguir cocinando. Foto: Gentileza.

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Si bien no les llegó a ver el rostro por el aspecto de las personas que salieron corriendo cuando ella y su hija quisieron verificar tras escuchar un fuerte ruido que provenía de la cocina, puede asegurar que sabe quién habría sido el cabecilla y que eran cerca de 7 personas las que ingresaron a robarle, porque supieron muy bien cómo forzar la puerta y dónde se encontraban los objetos de interés.

“Lo que más siento es que son muchachitos del barrio, una persona en especial a quien le di confianza por más que sabía que de repente no andaba por muy buen camino que digamos, pero de todas formas les brindé ayuda como podía”, lamentó Marta.

Señaló que los malvivientes se llevaron prácticamente todas sus comodidades desde el lavarropas, horno, placa y hasta todos los cubiertos, y que si bien son cosas materiales, la traición es lo que más le dolió porque se llevó una gran decepción tras haber ayudado y que le paguen de esta manera.

Asimismo, relató que no realizó ninguna denuncia policial porque no cree que le solucionen ni devuelvan ninguna de sus pertenencias, ya que los más seguro es que se “arreglaría” todo, mencionó.

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No obstante, seguirá con la elaboración de alimentos para seguir alimentando con el desayuno y almuerzo a unas 120 personas del asentamiento que integra a 80 niños, al menos hasta que sigan recibiendo las donaciones. En ese sentido, mencionó que junto con otras 2 señoras y la ayuda de sus hijas preparan los alimentos todos los días y que los ingredientes justamente los guardaba en la pieza, por lo que no se pudieron llevar.

Uno de los 80 niños que recurren a la casa de doña Marta para servirse el desayuno y almuerzo. Foto: Gentileza.

Para las personas que quieran apoyar o ayudar de alguna forma, ya sea con víveres para que Marta pueda seguir alimentando a las personas del barrio o con la reposición de algunos de los electrodomésticos, pueden contactar con ella al (0991) 601-677.

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