La Sra. Brígida Benítez tiene 89 años. Es una abuelita que vive sola en el km 73, de la ruta E. Ayala, de la localidad de Caraguatay (Independencia Nacional).

La mujer vive sola, en la indigencia, pero aún puede moverse e incluso cocinar. La ocasión fue propicia para que ella se esmere con la comida, pues los vecinos del barrio se unieron para ayudarla con su vivienda que se estaba cayendo a pedazos. La anciana no posee condiciones de subsistencia mínima, pero continúa adelante y hasta sigue cocinando con total entusiasmo y esperanza.

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Su vivienda es tan precaria que ni siquiera tiene sanitario y los pobladores le arreglaron el techo. No tiene una pileta para lavar sus cubiertos, tampoco tiene heladera, por mencionar algunas de las necesidades muy básicas. En otras palabras, vive en la extrema pobreza.

Pero a pesar de esta funesta realidad, Dona Brígida goza de muy buena salud y es muy querida por sus vecinos. Su vitalidad es tal que se encargó de preparar un almuerzo como gesto de agradecimiento a las decenas de personas que llegaron hasta su casa para proveerle de alimentos, herramientas y materiales de construcción, a fin de paliar algunas de las necesidades que urgía en su pequeño hogar.

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El almuerzo preparado por doña Brígida, para agasajar a sus benefactores. Foto. Gentileza.

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Los abuelos son los más vulnerables ante las enfermedades oportunistas y el acceso a la salud en el interior del país es un lujo para pocos. Solo la solidaridad puede salvar a la gente, víctima de abandono.

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