Aunque el nivel del río, según la Dirección de Meteorología e Hidrología, registra una altura de 8,21 m, en algunos puntos de la ciudad de Pilar, se observa que el agua va en descenso y casi ha desaparecido.

Entraron a funcionar las motobombas que sirven para desagotar la zona urbana de la capital de Ñeembucú. Voluntarios de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días ayudan a la población a reubicarse.

“Te voy a anotar, pero no te garantizo nada” es la triste respuesta de funcionarias que registran pedido de ayuda de pilarenses. Toda la ayuda va directo a albergues y refugios, pero -según informe de Angélica Giménez para la 970AM- se olvidan de los barrios donde no se puede entrar ni salir.

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Gallinas muertas, electrodomésticos descompuestos se ven en toda la ciudad, según la cronista. Muchas familias lo perdieron todo y entre las necesidades urgentes estarían los colchones, frazadas y ropa.


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